Archivos para julio, 2008

El amor que todo lo confunde

Publicado: 30 julio, 2008 en Libros

El político terrible

Publicado: 17 julio, 2008 en Citas

Danton (político durante la revolución francesa) fue el listillo que dijo:

 

                                        Danton 

Seamos nosotros terribles para evitar que el pueblo lo sea.

 

Sus últimas palabras antes de ser guillotinado fueron:
No os olvidéis, sobre todo no os olvidéis de mostrar mi cabeza al pueblo: merece la pena.

 

Los hay consecuentes hasta el final.

Tiene su mérito.

Buen sexo.

Y ahora los sanfermines

Publicado: 10 julio, 2008 en Histéricas
España es un país pobre pero muy festivo.
No nos gusta dar un palo al agua, somos alérgicos de una forma congénita al trabajo, pero somos muy espirituales y divertidos.
Borrachos todos: cuando en Brasil acaban los carnavales, veníos a España, la fiesta continúa. Y todos los días del año.
Coño, alguien se tira un pedo y se monta una fiesta.
El subdesarrollo económico e industrial siempre trae consigo algunas otras distracciones.
 
Encierro Sanfermines

Euromierda 2008

Publicado: 5 julio, 2008 en Histéricas
Al fin… Oé-oeoeoeoeoeoé (este grito me parece tan básico que siento vergüenza al escribir su onomatopeya).

Eurocopa 2008

Es precioso ver toda esa carne envuelta en tela roja. Al menos en la foto y quietos, porque cuando pronuncian sus sonidos animales y se mueve la manada de un lugar a otro, son molestos como un herpes genital.

El César debía dar a su pueblo espectáculos para que no se dieran cuenta de que sus vidas eran miserables. Sólo ha cambiado el decorado.

Miles de paletos sin un duro, se gastan lo poco que ganan en ver a millonarios jugar con una pelota. Y volverán a sus grises días de trabajo con una renovada energía porque un equipo de fútbol les ha demostrado que ellos son unos fracasados que jamás ganarán lo que gana un sólo jugador en mil vidas en las que se reencarnen.

Por fin se acabó la telenovela de la Eurocopa.

Y las histéricas reses vuelven borrachas y felices a su redil sin saber bien porque sienten esa sensación de ridículo que los avergüenza en lo más interior.

Aunque tampoco tienen mucha profundidad cerebral.