He fallado.
¿Qué ha pasado?
Prometí no llorar. Y ahora no puedo parar, joder.
¿Qué hubiera pasado si alguien me ve?
Algo está mal, muy mal.
Se me pudre el alma por dentro, duele algo muy profundo a lo que no puedo llegar.
Si alguien hubiera estado a mi lado, hubiera sido vergonzoso.
¿Cómo ha podido ocurrir? Me he doblado con un vómito y las lágrimas se han caído de mis ojos, era como si perdiera el alma con ellas.
Qué miedo. ¿Y si alguien me hubiera visto? ¿Cómo le explicas que de golpe te atacan los miedos y los dolores y las lágrimas manan imparables? ¿Cómo explicas lo que quedó atrás y lo que quedó muerto?
¿Cómo le explicas que algunas cosas salieron mal?
¿Cómo explicas que unos te quieren por unos actos y otros te odian por los mismos?
Que te sientes rasgado en dos.
Ya no estoy entre nadie, no debería ocurrir.
¿Cómo explicas que te duele la vida de repente? Qué hay pasados que a traición te clavan un alfiler en la rodilla.
Que hay un presente en el que caminas solo y crees estar a salvo de cosas que duelen porque te mantienes al margen de la vereda, por donde nadie anda.
Hay futuros en los que no necesito pensar, porque son tenebrosos como boca de lobo.
El café me ha caído mal en el estómago, debe ser eso.
Sentado en la silla de la terraza del bar, he doblado el cuello hacia atrás para ver el cielo.
Una mujer me ha mirado extrañada, porque he suspirado al sentir el peso del aire en el rostro.
Me gusta mirar al cielo y sentir su presión en el rostro. Es mi momento de libertad, creí tenerme controlado. Lo hago a menudo, es como desconectar de la realidad. Solo funciona a cielo abierto.
Perdón, he fallado, prometí no llorar…
He visto que las nubes se movían veloces y he querido ir con ellas, pero me he encontrado clavado a la silla.
No me acordaba de mi imposibilidad y he sentido vergüenza de mí.
Ha sido un mareo repentino y un sudor frío en la frente, me he levantado como si padeciera un dolor y he caminado todo lo rápido que he podido hacia mi casa.
«Voy a llorar… No por favor, ya ha habido bastante. Por favor…».
Intentaba controlarme por el camino.
«Aguanta, allí no hay nadie»
He abierto la puerta de la casa y ya no he podido más.
Prometí no llorar, ser fuerte.
Soy un mierda.
Y mira lo que has hecho, el suelo está perdido de lágrimas. Hay rostros en ellas, como si fueran bolas mágicas de cristal. Y hay lágrimas claras que confortan con su claridad.
Dan sosiego.
Ahora llueve y moqueo como un crío.
Me tranquiliza que el cielo llueva conmigo, es como si me hiciera compañía. Me dice: «¿Ves? Yo también lloro y no pasa nada» . «Llora tranquilo, todo está bien»
Y le creo.
Lo escucho con cariño… Es un buen tipo el cielo.
Los que lloran deben estar solos, porque asustan con su llanto repentino a los que aman y les aman.
Los llorones se han de desterrar a tierras lejanas y remotas.
¿Qué hubiera pasado si lloro en la calle, ante todos? ¿O ante alguien a quien amas?
La haría sufrir…
«Vamos, llora tranquilo, de verdad, no pasa nada».
Ya va pasando…
La música hace bien. El tabaco me templa.
Me limpio las lágrimas con el dorso de la mano y miro en la casa, con miedo a que pudiera haber alguien escondido viéndome llorar.
Ya pasó…
Maldito cielo que me doblas y haces de mí un niño llorón.
Archivos para julio, 2015
Prometí no llorar
Publicado: 31 julio, 2015 en ReflexionesEtiquetas:desconsuelo, prosa dramática, Reflexiones
Sin garantía sanitaria
Publicado: 31 julio, 2015 en Chusma, Conclusiones, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas, Ultrajant
(El cartel dice en catalán: Agua sin garantía sanitaria)
No sé si se refieren a que no te garantizan la zona lumbar, debido a la aterradora cercanía del chorro o caño de agua respecto a la perpendicularidad del suelo.
Puede uno beber y volver a casa en forma de escuadra y servir de soporte a algún cenicero o jarrón, que las mujeres encuentran utilidad a todo.
Si se refieren a la cuestión de la potabilidad del agua: no lo entiendo.
Hay días que en lugar de una fuente, parece el sitio donde se aparece una virgen por la cantidad de gente que hay.
Llenan garrafas y garrafas de agua. Y eso que el agua está barata en este lugar, si vivieran en una gran ciudad, seguramente acamparían indefinidamente frente a la fuente sin garantía sanitaria.
La generosidad y la dignidad son las dos grandes desconocidas e ignoradas cualidades de la chusma.
Hace un rato escribía de seres indignos…
Todo cuadra en este mundo cruel.
No sé qué tiene que ver el viernes con el color de los zapatos de la deseable mujer que camina hacia la panadería; pero a lo mejor por ser viernes la indignidad resurge con fuerza.
Yo que sé.
Animales indignos
Publicado: 31 julio, 2015 en Conclusiones, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas, Ultrajant
De izquierda a derecha:
1.Leopardus babosus asquerosus (repugnante y vulgar babosa).
2.Rana viva.
3.Rana muerta.
Siempre fotografío seres indignos. Hay gente que fotografía ciervos, jabalíes, zorros, ardillas, águilas…
Comienzo a sentirme como una mujer que escucha a sus amigas hablar de las grandes dimensiones de los rabos de sus ligues, y luego ve con aflicción que no son como para hacerles fotos.
Éste es un mundo ingrato.
Y no será porque no me meto en plena naturaleza.
Me han salido raíces entre las uñas.
De ranas aplastadas podría hacer catálogos y centenares de montajes pop como los de Andy Warhol y su celebrada lata de sopa Campbells.
¡Qué triste!
Y si alguien tiene fotografías de ovnis o apariciones extrañas, que sepa que no es para sentirse orgulloso tener una enfermedad mental.
En otra vida
Publicado: 31 julio, 2015 en Citas, Conclusiones, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas, Ultrajant
Podría pensar que en otra vida…
Pero…
La existencia no es un juego de disfraces, ni un teatrillo de aficionados. No hay ensayos.
Lo perdido y lo errado no pueden encontrarse ni enmendarse. Solo hay una única vida, pequeñines míos.
No le veo tanta tragedia (o ninguna) a lo perdido, a los errores que cometemos o los que nos cometen.
No necesito otra vida ni arreglar nada.
Estoy bien así, estoy orgulloso, o más bien soy indiferente a mis errores, si es que alguna vez he cometido alguno.
De lo perdido… Me gustaría saber quién es el cabronazo que se encontró mi encendedor caro, carísimo. Me da una rabia…
Ojalá se queme el hocico con él.
Cumple años Emilia Fox
Publicado: 31 julio, 2015 en Citas, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas, Ultrajant
Permanecer
Publicado: 30 julio, 2015 en Conclusiones, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas, Ultrajant
Lo dejas todo atrás, como si ya hubiera acabado. Te retiras, ya no eres del mundo. Solo viajas hacia la plácida muerte. Es un tránsito, quieres fumar tranquilo.
Y la sinfonía llega atronadora, expandiéndose como un manto blanco. Anuncia que no habrá descanso, que habrá más amor y más batalla. Más devastación.
Vete, huye.
Y te convences para protegerte de un nuevo cansancio, que has de estar fuera, que son aguas que no has de beber. Que te dispense la vida de apegos y amores.
Ya cumpliste.No te queda tiempo.
Has de ser oculto y secreto, estás apagado, estás acabado. Te repites a ti mismo como una letanía.
Pero las venas se dilatan y revelan la verdad: no hay cansancio. Solo es hartazgo que pasa con cada segundo.
Maldices tu fuerza y envidias a los ancianos que miran con los ojos cerrados al sol.
Y el corazón galopa con acordes de amores ignotos de nuevas posibilidades e imposibilidades, aceptas con determinación lo malo y lo bueno.
Y estallas como una supernova en el negro espacio iluminando a tu pesar caminos que no querías ver.
Permaneces atento, permaneces en la vida. Duela o no.
No hay otra cosa que hacer hasta morir, dice el alma.
Y tiras la colilla porque te molesta para encender otro cigarrillo.
Hay que apresurarse, aunque no sabes para qué.
Avanzas a la luz, y te muestras, no sabes a qué o quien; pero eres un gladiador deslumbrado en la arena.
Otra vez…
¡Hola, vengo a amarte!
Sé que es raro y podría decirse que precipitado.
Al grano.
He quemado mucha vida ya y si no aligero los trámites no tendré tiempo a ofrecerte la fuerza que aún poseo, me refiero a la pasión. No vayas a pensar que me voy a poner a realizar una exhibición gimnástica. De ahí estos cohetes propulsores que llevo a la espalda. Tengo prisa como el Coyote por cazar al Correcaminos.
Está bien, mi cultura es un tanto básica, pero lo puedo arreglar leyendo a Nietzsche o a Kierkegard, incluso a Stephen King.
Opción A: Puedes amarme de buena fe, sin miedo, porque en esencia soy bastante corto e inofensivo (pero hasta cierto punto, no te frotes las manos con esa sonrisa endiabladamente hermosa).
Opción B: Me envías a la mierda sin ningún tipo de alegría ni sutileza. Ya te digo que el tiempo apremia para todo.
Porque si optas por la B, emplearé dos semanas en hundirme: me insultaré cruelmente frente al espejo todos los días, todas las horas. Caminaré hasta que me sangren los pies y aguantaré los cigarrillos encendidos entre los labios, todo el tiempo que ardan, para que me escalde y enrojezca el humo estos preciosos ojos verdes que dios me ha dado. Seré absoluta, decidida y tenazmente cruel conmigo.
Lo juro por la vida de los vecinos de arriba que dejan la escalera perdida de meados de perro.
Si optas por A (no sería nada extraño dada la calidad de la mercancía que te ofrezco rápidamente) no te asustes. No habré muerto ni mi cerebro habrá sufrido parálisis.
Simplemente se tratará de un ataque de virulenta emoción. Fulgurante y aguda como el sarampión de los niños. El babeo pasará en dos minutos, no te vayas a pensar que siempre será así tu hombre. Y la erección no indicará un exceso de lujuria, soy romántico hasta el empacho.
Lo que ocurre es que el pene se olvida que forma parte del conjunto de órganos del resto del cuerpo y se luce por su cuenta, independientemente que el alarde sea justificado o no a sus proporciones.
Dijéramos que es orgulloso; pero no vanidoso.
Somos dos buenos tipos en general.
En cuanto pase mi patético marasmo, besaré esos maravillosos labios que me enloquecen, te tomaré la mano y te diré cuanto te quiero haciendo cosquillas en tus oídos. Te contaré lo que he esperado y soñado caminar de la mano de mi bella amada. Luego compartiremos todo eso que llaman vida y dentro de unos años (espero que muchos) serás una feliz viuda. Esto último, es el típico toque de tragedia que todo romance intenso y devastador que se precie de serlo, ha de tener como contrapunto a tanta felicidad que podría rozar la cursilería. Está todo controlado, mi amor.
¡Qué nervios!
Vaya…
He de confesar que la opción C: quedarme hablando solo, no la había previsto.
Ni que le hubiera estado vendiendo un seguro…
La tomaré como la opción B: a la mierda sin ningún tipo de alegría ni sutilezas.
¡Maldita sea…! ¿Qué habrá salido mal?
He de comprar colirios.
Vaya dos semanas me esperan.
Soy distorsión
Publicado: 30 julio, 2015 en Absurdo, Conclusiones, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas, Ultrajant
Cuanto más te miras en el espejo, más te desconoces.
Hasta que miras a un extraño, incluso llegas a temerle.
Quisiera saber como me verían mis queridos muertos ahora, la última vez que hablamos yo era joven.
Me hubiera gustado envejecer y que ellos lo vieran, hubiera sido bonito.
Ese no soy yo.
Soy una distorsión de mí mismo.
¿Verdad, mis queridos muertos? Vosotros me hubierais visto con ojos brillantes. Hubierais sido amables con ese rostro que no conozco.
Fantasía
Publicado: 28 julio, 2015 en Chusma, Conclusiones, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas, Ultrajant
Hay lugares hermosos, donde los animales juegan felices y los humanos conviven sin despreciarse demasiado. No es perfecto; pero sí razonablemente soportable en su cursilería.
Los cuentos de fantasía siempre se permiten licencias imposibles.
Están bien si disfrutas de cierto grado de inmadurez, no es del todo denigrante.
Lo importante es la madurez de no creerlo.