Archivos para noviembre, 2018


La mano se quedó vacía de repente. Se le ha robado lo que amaba, la calidez y el suave pelaje de la tierna vida.
¡Por favor! Ahora no sabe donde posarse.
Y le es imposible encontrar y sacar eso que oprime el corazón, está demasiado profundo.
La mano es solo una pobre mano desoladoramente vacía.
Y el corazón no consigue gestionar toda esa tristeza que le roba un latido, como si sorpresivamente a lo largo de las horas oscuras, la muerte lo pulsara con su negro dedo.

En Telegramas de Iconoclasta.

Estabas allí, ¿verdad, hijo de la gran puta?
Estabas allí con tu sagrado rabo erecto, observando como mi pequeño compañero se acurrucaba en mi brazo para sentir mi afecto infinito y decirme que me quería con un tierno y demoledor ronroneo.
Hijo de puta envidioso y pervertido.
Tú no eres Dios, no eres sagrado.
Solo eres un trozo de mierda semisólida flotando encima de mí, pringándome con tu apestosa y sucia omnipresencia corrupta y enferma.
Dios hijo de la gran puta…
Odio el aire en el que flotas.
Te odio tanto… Por cada ser querido que has matado.
Puerca Divinidad, eso eres nada más. Y sin divinidad, solo un cerdo enorme con el pellejo lleno de excrementos.
Tú no tienes designios, solo eres un retrasado mental sacando naipes al azar de una baraja podrida. Solo eres un puerco asesino sin cerebro, Mierdoso Dios.
Te jodía que nos quisiéramos, ¿verdad Sagrado Hijo de la Gran Puta?
Y te metiste en su cuerpo, entre su pelaje, como la mierda que eres para infectar su organismo.
Y te vi en un rincón de la casa acariciando tu divina polla de mierda, mientras él meaba sangre con un dolor espantoso.
Deseabas que yo también llorara sangre, te vi, hijo de puta. Vi tu sombra en la pared pulsando como una materia execrable, Yahvé de mierda.
Puto Dios, puerco Dios.
¡Hijo de la gran puta, mil veces! Puto cabrón…
Cuando muera me llevaré a la tumba todo el rencor y todo el odio que te tengo. Subiré al cielo para cortar tu divino cuello y mear en tu boca ensangrentada.
Hijo de puta, hijo de puta, hijo de puta…
Moriré con el firme deseo de asesinarte a ti y a esa puta de Madre Naturaleza.
Asesinos, trozos de mierda…
Os odio en cada espacio, en cada instante, os odio en cada bocanada de aire que llega a mis pulmones.
Cuando muera seré un alma infecta, una materia ponzoñosa, furiosa, preñada del odio más atroz que ningún puto ser humano o marrana divinidad pudiera imaginar.
No moriré en paz, moriré con el odio desintegrando mis huesos e incendiando mi alma, para ser tu asesino y el de Madre Naturaleza, esa que mata con una sonrisa de deficiente mental.
Hijos de la gran puta… Habéis matado a tantos que amaba…
Pero no existís, solo ocurre que la vida es una mierda y quiero salir pronto de ella para que deje de salpicarme de una puta vez.
Dioses hijos de puta, divinidades y entes repugnantes…
Podrida vida.
Ojalá existierais para asesinaros, puercos.

Iconoclasta

Ic

En Telegramas de Iconoclasta.

En Telegramas de Iconoclasta.

 

No fotografío lo que veo, fotografío lo que soy.
Estoy ahí, dentro y a su alrededor.
Estoy ahí y soy materia.
Soy ahí y soy bestia.
Soy sol y nube, luz y oscuridad, hierba y tierra y el graznido de un cuervo que anuncia deseo y muerte con el mismo tono enojado.
Fotografío lo que soy. Y soy parte de esa catedral de árboles y montañas que sol y nubes hacen templo de vida.
Hay coros que elevan al cielo las plegarias muertas y vivas antiguas como mi alma.
Fotografío lo que soy y nunca hubiera pensado ser tan bello.
Fotografío lo que soy: la libertad absoluta es abrumadora. Monumental.
Una vez fotografié lo que veía, hace eones de latidos. Y no me gustó, no me gusté.
Si fotografías lo que eres y no te gusta, te compadezco y te entiendo.
Conocí aquello.

 
ic666 firma
Iconoclasta
Fotografía de Iconoclasta.

Como decía en otra reflexión, cuando llegues a tu destino deja que tu montura descanse, apárcala en la sombra, límpiala de barro y revísale la presión de los neumáticos para no llevarte una desagradable sorpresa en el largo camino de vuelta.
Y por supuesto, lubrícala.
En fin, que cuando llegas a tu destino, te espera un trabajo de cojones.
Me saldría más a cuenta comprarme un burro.
Fui al estanquero a consultar qué coño llevan los cigarrillos que fumo habitualmente y dejó caer que, o necesitaba gafas o un psiquiatra.
Yo le respondí: “Hijo puta” y le compré otra marca de cigarrillos.
Tengo que buscar una bici un poco más ligera, aunque no sea tan eficaz para montaña. Es tengo que subirla cada día en el hombro hasta el primer piso, donde vivo y acabo fumando cuatro cigarrillos seguidos para calmar mis pulmones por el esfuerzo.

En Telegramas de Iconoclasta.

A veces me asusto porque parece que se le ha caído o perdido la cabeza. Es un histérico durmiendo.
Si mi naturaleza me dejara, dormiría tan resguardado del mundo como Murf (en la foto, es un gato).
Por poco que se me doble un poco el cuello durmiendo (además de babear), al despertar quedo tan doblado, con tanta torticolis, que parezco un amante de los cuadros de Nicoletta Tomás.
Incluso es capaz de respirar toda esa maraña de pelos. Gatos y su flexibilidad…
Cochina envidia.

Siento una tremenda comezón cerebral. No puedo asimilar esos rebaños de 10, 15 o 20 individuos humanos de todo rango de edad que pasean juntos por las montañas y los caminos.
Me chirrían los engranajes del hostil pensamiento.
Llamadme cabrón si os sentís mejor, yo lo haría si alguien me faltara el respeto como hago con la ralea humana, sinceramente.
Me la pela. Escribo y sufro/disfruto sin pudor alguno. Me joda o no.
No puedo aceptar vivir en una ciudad apestado todo el día por la chusma y cuando llega un momento en el que podría disfrutar de libertad, seguir con ellos, con esa plaga.
Qué cobardes son.
Qué poco valen como individuos.
Es lógico que cuando un pastor llama a las reses a manifestarse, acudan en grandes manadas adonde se les manda.
Solo sé que respiro aliviado de estar solo, de respirar libre soledad y ser absolutamente independiente de cualquier ser humano.
Si fuera como ellos y en algún momento de lucidez me diera cuenta de mi gregarismo bovino y cobardía, me suicidaría.
Los grupos y colectivos, son la humana indignidad de la sociedad. Solo el individuo es digno y susceptible de no ser exterminado.
Deberían leer esto con una navaja en la mano y clavarla profundamente en el cuello. Los cortes en la muñeca no suelen ser muy efectivos: cuando cortas un tendón (entre ellos están las venas) duele un millón. Es insoportable y el corte no acaba de profundizar
No es digno ir en rebaño en plena naturaleza, es el mayor acto de cobardía que se comete cotidianamente en todos los putos fines de semana.
El mejor día de la semana es el lunes. Los animales y los árboles respiran aliviados de tanto cobarde ramoneando en grupos gritones y sin elegancia.
Los lunes hay un silencio especial que no se parece en nada a ningún otro día de la semana. Mis pensamientos parecen hacerse audibles fuera de mi cráneo y me gusta esa potencia intelectual.
Por primera vez en mi vida, adoro los lunes desde que soy libre.
A veces me retrato a mí mismo para asegurarme que no soy como ellos y que realmente estoy solo y no loco.
Espero ansioso que llegue mañana y su gélido silencio.