Archivos para agosto, 2019

Las cosas más aburridas o/y tristes que marchitan mi optimismo y natural alegría son:

  1. Las sardanas (el fútbol y el tenis también)
  2. Las habaneras (el fútbol y el tenis también)
  3. Los playmobil (el fútbol y el tenis también)
  4. La Rosalía (el fútbol y el tenis también)
  5. El Tour de Francia, el Giro de Italia, la vuelta ciclista a España, etcétera… (el fútbol y el tenis también)
  6. El fútbol (y el tenis)
  7. El tenis (y el fútbol)

Orina demasiado solo y con una molesta erección matinal. Observa con desagrado el vello rizado jaspeado de gris cubrir el pubis, los cojones, enredarse sucio y obsceno en sus dedos.
Y la recuerda, recuerda con precisión sus palabras. “Quiero que te duela cuando no estoy contigo, quiero que sangres cuando esté lejos de ti. Si me amas, debe dolerte, mi amor. Sangra, mi macho bruto…”.
Se desnuda y entra en la ducha con una cuchilla de afeitar ya vieja.
Dirige el chorro a los genitales, primero fría y luego ardiendo, hasta que siente que quema. Su erección se hace aparatosa.
Y dolorosa, como ella quiere que sea.
Tira del prepucio para observar su glande brillante, como recubierto de aceite, se le escapa hambriento de los dedos, sin control.
Piensa en masturbarse; pero no… Ella se merece algo más.
Comienza a rasurar el pubis manteniendo el pene alejado con la otra mano, sintiendo como palpita la sangre furiosa…
Y presiona fuerte la cuchilla, que penetra demasiado en la piel y la arrastra cortando vello y algo de epidermis. Y sangra.
Hace una segunda pasada con más fuerza. Pequeñas gotas de sangre han caído en los dedos de sus pies.
Gime excitado, estrangula el pene para evitar masturbarse casi furioso, para retrasar el momento, para ella, por ella.
Luego rasura el bálano dos veces. Está tan duro, tan insensible, que se excede en los cortes y la maquinilla parece el instrumento de un carnicero. Le duele con tanto placer… Y golpea el glande para que no escupa un semen que aún no debe salir.
Limpia los restos con agua tan caliente, que le arranca un gemido de dolor cuando penetra en las heridas abiertas.
Eleva los huevos, y pasa la cuchilla por la porosa piel. Los siente llenos, grandes, pesados. Están fabricando leche como una puta vaca. Rasura sin cuidado alguno provocando cortes en la porosa e irregular piel del escroto.
Otra pasada que irrita hasta casi el delirio la delicada y sensible piel. Ella se los metía en la boca chupándoselos como caramelos.
Tiene que acabar porque no aguantará más. Literalmente se le escapa el semen ya.
Toma el teléfono e inicia un video. Enfoca con la cámara a sus pies que están sucios de ese asqueroso y rizado vello y gotitas de sangre. No los limpia, ella ha de ver cuanto la ama. El teléfono tiembla con paranoia en su mano por tanta excitación, registrando sus jadeos animales que hacen eco en las paredes del baño.
Toma el pene con el puño y con un fuerte tirón descubre el glande ante la cámara.
Mueve el teléfono por su pubis herido, filma las heridas del pene y retrasando un pierna, filma las de sus cojones.
Se masturba, y la sangre mana suavemente con ese masaje, sus dedos tienen vellos pegados y se han untado con la sangre que ella pide.
La ama tanto, que la empalaría sin piedad hasta que su coño de amada puta también sangrara.
No consigue sobrepasar el minuto y poco, eyacula y lo hace manteniendo el pene vertical jadeando como un animal en celo. El semen se escurre hasta el pubis y los cojones mezclándose con la sangre que cae en sus pies como un amor de color rosa. De carne sajada y limpiada en el mostrador de una carnicería.
“Me duele amarte, ¿lo ves, amor?”, dice enfocando la sordidez que cubre sus pies, antes de detener la filmación.
Luego se lo envía a su teléfono.

No puede más.
Ese semen, esa sangre, ese jadeo. Esa puta animalidad de su macho…
No deja de acariciar con brutalidad su vagina con una carda, un cepillo de púas metálicas para limpiar soldaduras de metal. Los labios de su vagina sangran irritados.
En la cama de la habitación del hotel, se desgarra alma y piel también por él. El amor y el dolor es cosa de dos.
Y deja correr su orina con obsceno descaro para que le duela más, y el teléfono capte sus gritos.
“¿Ves, mi bruto macho? Yo también te amo con dolor”. Recita entre jadeos para después apagar la cámara con los dedos pringados de su propia gelatina sexual.

Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

No puede ser…

Publicado: 30 agosto, 2019 en Chusma, Citas, Histéricas, Humor, Reflexiones
Etiquetas:, ,

¡Ay qué chocho!
Oye, pero aun así, a pesar de lo ridícula; esa mezcla de caricatura, mal arte, mal gusto, chabacanería, fetichismo, populismo y sensiblería; funciona. Ya lo creo que sí…
Ese leproso negro en brazos del Judas posmoderno es vasodilatador. Me la ha puesto dura.
No conocía mi retorcida y cruel libido.
Me voy a masturbar ya mismo, esta erección es épica.

Las culturas antropófagas lo son porque son humanos de segunda clase quienes las conforman. Esto es, demasiado deficientes mentales como para cazar.
La caza de las otras especies requiere ingenio, fuerza e inteligencia.
La antropofagia va de la mano de una endogamia que los hace con cada generación más idiotas. Es la razón de que estas culturas siempre han sido sometidas por un simple puñado de humanos de primera clase.
Y como son tontos del culo, se extinguen ellos solitos.
Los antropófagos (los que quedan y los que eran), en definitiva son una clase subhumana sin más valor que el puramente zoológico, ya sea como el de los ornitorrincos o las musarañas.
Se pueden esterilizar y dejar que mueran o bien, simplemente quemarlos junto con la maleza mala y podrida, bien para calentar cosas o para celebrar verbenas.
Iconoclasta: Catedrático de Biología pura sin artificios ni memes para idiotas.

La ciencia de la complejidad se basa en una nueva forma de ver las cosas que contrasta bastante con la filosofía que subyace a la ciencia newtoniana, que fundamentalmente se basa en el reduccionismo, el determinismo y el conocimiento objetivo.

Y ahora espera mi respuesta…
Estoy desesperado, no encuentro ninguna frase en google que haga creíble que lo he entendido.

Últimos momentos

Publicado: 26 agosto, 2019 en Sin categoría

Nos hemos corrido y yacemos boca arriba en la cama, yo miro a la derecha y ella a la izquierda. Cuando te has corrido brutalmente queda un hartazgo casi agresivo en los amantes que es preciso que se evapore durante el tiempo que la respiración recupera su ritmo sereno.
Es mejor no mirarse a la cara, no hablar, no romper el hechizo de la lasitud sexual.
No puedo evitar rozar el dorso de su mano y sentir sus suaves venas pulsando levemente. Es la piel que amo y bajo ella, corre sangre cremosa que lleva mi semen como una marca de posesión, como un bautismo pornógrafo.
Mi pene da un último latido, como el muñón que escupe la última sangre del decapitado, en un suspiro silencioso de una boca abierta tirada en las tablas de un cadalso; mi meato dilatado aún.
Unos párpados sin ojo…
Y sueño o deliro, porque cuando dejo mi pensamiento podrido sin control, inventa cosas sórdidas que no le cuento a ella que ya respira más suavemente.
Tres gotas de semen caen desde los pies del nazareno clavados en la cruz, una para su madre, otra para el legionario que le desgarra sus benévolas entrañas con una lanza y, la tercera que intenta fertilizar en la tierra una bondad que no arraiga.
Lejos llora Pilatos con una indefinible tristeza por una piel que ya no podrá arrancar a latigazos.
Y rezo silenciosa y apáticamente al encender un cigarrillo:
Padre nuestro, por el semen de tu hijo, dame el placer y otórgame la fuerza para que mi puta disfrute.
Y beso cuidadosamente su cabello, callando los trozos oscuros de mi historia íntima.
Susurrándole: “Mi puta, mi puta, mi puta…”
Responde contrayendo un poco el cuello ante la íntima y bella obscenidad que cosquillea en su oído. Sin mirarme y aún en silencio aprieta los dedos de mi mano con un “te amo, loco”.
Es un último momento, tan sereno, tan desinhibido…
Solo han pasado unos segundos; pero es un agujero negro el placer.
Distorsiona el tiempo hasta esa irrealidad que destruye cualquier asomo de mediocridad durante una eternidad.

Iconoclasta

Por fin salió el porqué los países que tienen selvas amazónicas han provocado incendios: el dinero de ese fondo global.
Macron se ha revelado como el capo de los timadores.
El G7 es la cueva de Alí Babá, ni más ni menos.
MDLM (más de lo mismo).
A pagar más impuestos toca.

Hay un ansia paranoica inquisitorial en los partidos de derechas como el PP, Ciudadanos, Vox y los nacionalistas paternalistas, sean de la autonomía que sean, por legislar y prohibir lo que cada cual hace con su cuerpo.
Hoy más que nunca el aborto debe ser libre.
Basta la máxima: no te importa una mierda lo que tu vecino haga, puerco envidioso, metomentodo hijo puta.
Cuando la sociedad está saturada de gente en demasía, de idiotas y de sexo ebrio, es cuando se precisa perentoriamente que la mujer preñada decida si aborta o no.
Ni siquiera debería estar legislado el aborto.
Cuanto más tiempo pasa, esta repugnante sociedad pletórica de envidia, molicie, corruptos, sofistas y arribistas, más libertades destruye.
Solo la embarazada tiene la decisión sobre si es conveniente abortar.
Tiene más libertad el enfermo mental que pide un trasplante de sexo.
Por no hablar del ricacho que se cambia la sangre cuando le sale de la polla o el coño para descontaminarse de drogas. Y eso que siempre hay carencia en los bancos de sangre.
Por no hablar de lo rápido que le trasplantan a un rico o político la polla o el coño si es necesario; para ellos no hay espera.
Si la preñada tan solo sopesa la posibilidad del aborto, es que algo no va del todo bien, panda de tarados guardianes de la puta vida esclava y mísera.
A menos que el hijo de la violada sea vuestro y queráis perpetuar vuestra mierdosa línea sanguínea.
Asquerosos tiranos de apestoso pelaje. Mierdosos.
Ojalá os esterilicen para que no sea necesario que una mujer aborte, guardianes palurdos del inquisidor decoro.
Que yo sepa a nadie le han obligado a abortar; no como vosotros que obligáis a comer mierda a los pobres y los obreros.
A tomar por culo, hijo putas; mejor se os da llorar por la amazonia, hipócritas.

Si no soy puta y gracias a dios soy hombre (macho): ¿Por qué me duelen tanto las rodillas?
Y este sabor a bacalao salado que no me puedo quitar de la boca…

En un prado dos gatos jóvenes jugaban con un ratón quitándoselo el uno al otro de la boca. Se lo pasaban bien.
El ratón se mantenía escéptico a cualquier tipo de alegría. Absolutamente indiferente, casi insensible a aquel momento de diversión (por decir lo mínimo, por no decir que le faltaba la cabeza).
Niños, atended al tío Iconoclasta: la violencia no es solo inevitable y necesaria, es además fuente de diversión para los que no son gatos también (excepto para un apático ratón descabezado).

N. del A.: Pensando en gatos he escrito “gatón” por ratón; soy adorablemente disperso de una forma espontánea y natural. Adoro estos momentos de violenc… de diversión que me llevan a ser tan jocoso.