Archivos para marzo, 2015
La Barbie y los próceres de la sociedad
Publicado: 31 marzo, 2015 en Histéricas, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Ultrajant
Viaje al futuro
Publicado: 31 marzo, 2015 en Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Ultrajant
Si tengo suerte y trasciendo, un día alguien me verá en una foto así: desgastado, desleído y difuminado por el tiempo.
Tal vez me encuentren en un puesto ambulante cuyo propietario es uno de esos coleccionistas que rebuscan entre los restos de las casas abandonadas y venden fotos antiguas por unos céntimos la decena.
Y pudiera ser que alguien tome mi imagen entre sus dedos y observe el desgaste. Intentará trasladarse al tiempo en el que viví y no entenderá porque me hice mi propio retrato de Dorian Gray desgastado y devastado.
Y concluirá que hay mejores cosas en las que pasar el tiempo mientras lanza la foto a una lado para elegir otra mejor.
Posiblemente sea un contumaz optimista y mi imagen una incómoda prueba de lo que le espera.
Es una forma de viajar al futuro y seguir molestando.
No se librarán fácilmente de mí.
La gente muere, y después las casas que los cobijaron. Decadentes como el pelaje triste de los animales que han perdido a su amo, a su amigo.
O las abandonan, hay casas mejores, donde no ha no muerto nadie, donde en las paredes no aparecen manchas de penas y añoranzas.
Con mejor aislamiento térmico, con mejores servicios. Más baratas de mantener.
Ya nadie se acuerda que esas viejas habitaciones y escaleras se construyeron con ilusión, habían sueños subiendo ruidosamente las escaleras, eran refugio de frío y calor, de viento y lluvia. Allí se amaron y sangraron.
Viejas paredes revestidas de mentiras y dolorosas verdades. El olor a leña y cocinas de carbón está metido entre las piedras de sus muros.
No se hicieron pensando que un día se derribarían, por eso se hacen viejas y decadentes.
Los edificios modernos son fáciles de derribar por normativa urbanita y con ellos, la miseria que contienen.
Viejas casas, ostentosos museos de la cotidianidad, de la vulgaridad… No habían gentes mejores entonces, como no las hay ahora. Solo sueños rotos, sueños de infancia que la edad hace imposible. Y ellas son el vergonzoso testimonio de los castillos de arena.
A veces la muerte alcanza a lo que nunca estuvo vivo; pero contuvo vida.
¿Por qué hablan tanto y tan rápido?
Me estresan, no entiendo.
Tal vez es el horario de verano, una hora robada al cuerpo. Tienen que desahogarse.
Pero es agradable, pienso con cinismo que mejor así. Me hace invisible, mientras hablen entre ellos, no me molestan a mí.
La misantropía siempre presente… Los hay que tienen a Pepito Grillo como conciencia y yo, me tengo a mí mismo.
(Aunque no lo parezca, en esa mesa estoy sentado y fumando)
La crisis y el pensamiento
Publicado: 29 marzo, 2015 en Conclusiones, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Ultrajant
Demasiado fuerte
Publicado: 28 marzo, 2015 en Conclusiones, Lecturas, Maldito romanticismo, ReflexionesEtiquetas:humor, Ultrajant
Me hubiera gustado tener la capacidad de llorar, no ser tan fuerte.
¡Maldita fortaleza que no aporta consuelo alguno!
Las lágrimas se convierten en ira antes de brotar y siento que voy a estallar y ensuciar el mundo con mis restos.
Y sale un poco de sangre por el grito desgarrador que hace mierda la garganta.
Una lágrima solo, una pizca de humanidad me haría sentir bien en este lugar, en este tiempo, porque hay cosas por las que llorar. Hay cosas por las que emocionarse si se es humano.
Pero no… Ni llanto ni emoción, solo un frío desprecio, una mirada torva que asusta al viento.
Como si no fuera conmigo todo ese dolor.
Toda esta prisión.
Una vez muerto, tengo planes, y no está entre ellos quedarme entre vosotros para ver más de lo mismo. ¿Qué gracia tendría entonces morir?
Tengo mis aficiones.
Al fin y al cabo, ya estoy muerto para alguien, para algunos. Unos pocos. Muy pocos, no soy habitual en fiestas y reuniones.
Si puedo ser un vapor flotando, ya no tendré que fatigarme arrastrando estos kilos de carne y hueso por calles y carreteras buscando un lugar dónde esconder a los curiosos mi ambiguo cadáver.
Es como estar muerto a medias. Muerto a veces.
Es asombroso lo que escribo para intentar dar algo de interés a una vida tan anodina.
Cuando muera completamente echaré de menos papel y tinta.
No quiero comer el cuerpo de Cristo, se me pega al paladar. Y su sangre me da náuseas, prefiero la cocacola y un cigarro.
¿Cómo puede obtener perdón y comprensión un ser como yo? Contésteme padre. Suélteme alguna teología al uso, algo suave para que acabemos con esto rápidamente. O simplemente decláreme inocente y olvidamos esta embarazosa confesión.
Ella es católica y a mí me la suda todo esto; pero es necesario este trámite para follarla.
Usted entiende, padre. Ella es un tanto susceptible con estas cosas; pero usted y yo tenemos cierta experiencia. Mejor no nos complicamos: «Perdóneme, padre, porque he pecado», y me hace el dibujo de la cruz en el aire y yo me voy a follar con mi novia con cara de santo y no perdemos el tiempo ni la paciencia.
Gracias… ¿No me va a decir un «ego te absolvo», siempre me ha gustado eso en las películas.
Cumple años Mariah Carey
Publicado: 27 marzo, 2015 en Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Pablo López Albadalejo, Ultrajant