Archivos para septiembre, 2015

Árbol mutante

Publicado: 30 septiembre, 2015 en Absurdo, Conclusiones, Humor, Lecturas, Maldito romanticismo, Reflexiones
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Retorcido, mutado, canceroso, y aún así, frondoso.
Exhuberante.
O tal vez sea un árbol que ha parasitado un cadáver. Tal vez, en el tiempo de los árboles esté gestando un alien.
Tal vez el alien murió al reventar a su anfitrión.
Tal vez sea una castaña mutante.
Tal vez… Sería una buena idea dejar de escribir pendejadas.

El «angelito»

Publicado: 30 septiembre, 2015 en Chusma, Citas, Lecturas, Libros, Reflexiones
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Tiene gracia porque el «angelito» está muerto, el muy cerdo; pero maldita la gracia que tenía el bicho.
No puedo parar de reír imaginando al idiota haciéndose el beato.
Qué risa…
(El mito de Hitler, de Ian Kershaw)

Ganchos promoción

Relato de ciencia ficción, en Issuu.

Semen Cristus

Relato de suspense y sexo, en Issuu.

El mundo como me gusta

Publicado: 29 septiembre, 2015 en Conclusiones, Humor, Lecturas, Maldito romanticismo, Reflexiones
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El frío prende en el pelaje y el ánimo de los seres humanos. Llega como una limpieza periódica y necesaria, largamente esperada.
A veces, pocas, el mundo es como me gusta: casi vacío.

El Hombre Sierpe, de Iconoclasta

Publicado: 29 septiembre, 2015 en Lecturas, Libros, Terror
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El hombre sierpe promoción

Relato de terror y sexo, en Issuu.

Sexo en el Sistema Solar, de Iconoclasta

Publicado: 29 septiembre, 2015 en Humor, Lecturas, Libros
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Sexo en el Sistema Solar

Sexo en el Sistema Solar, el Probador de Condones y su odisea espacio sexual. En Issuu.

Puercos

No puedo creerlo, hay tantos metros cuadrados… Hectáreas y hectáreas de montaña y me he encontrado con esos dos asquerosos.
La pareja que va unos metros delante mío consigue ir tan lenta como yo y todo es rojo.
Par de asquerosos… No puedo rebasarlos, caminamos a la misma velocidad y yo no puedo ir más rápido. Solo me queda sentarme en un banco y esperar que esos apestosos se alejen.
Que se pudran.
Mi lentitud me da un tiempo precioso para odiarlos, para desear su exterminio entre dolores atroces que se arranquen los ojos de dolor.
Es tan fácil odiar a esos dos puercos con solo ver sus lomos semi curvados, como si estuvieran cansados siempre. Cansados de ser la mierda que son.
Pienso que están parasitando un estado evolutivo que no les pertenece. Que viven por ser garrapatas de otras genéticas que sí son aptas para la vida.
Ningún hombre o mujer con algo de clase, interés o energía, puede caminar tan lento sin convertirse en algo que meter en una trituradora de carne.
Si fueran viejos lo entendería, si fueran tullidos también; pero dejan una estela en el aire que huele a mierda, como si cagaran al mismo tiempo que caminan.
Tienen tiempo para ello, hijos de la gran puta.
Huelo lo puerco y lo miserable, soy sensible a ello. Siento mi piel sucia y mis pulmones enfermos por compartir el aire de esa pareja de marranos abúlicos, inapetentes, átonos, mal formados…
Con tan poca clase que hacen necesario y justo el asesinato.
Entendería esa lentitud y abulia si el macho de mediana edad le metiera la mano en el coño para acariciarla; pero son dos marranos de mierda que solo saben meterla y tragarla mecánicamente, en la oscuridad, con asco de verse a sí mismos. Solo espero que no tengan hijos, y si los tienen, que mueran sin dejar descendencia.
Que mueran ahora, todos.
Pareja de vagos, parias, mediocres.
Vuestro ánimo es un gas apestoso que ofende todos mis sentidos.
Puercos lentos…
Tarados abúlicos que estáis en el mundo con la única función de ser estiércol, abono.
Si hubierais existido unos siglos más atrás, os hubieran comido los lobos, los osos. Os hubieran destripado vuestros propios compañeros de tribu, pareja de puercos.
Puerco él, puerca ella.
Lo noto, siento correr vuestra mísera genética por mi ropa. Si mi bastón tuviera punta afilada, os desgarraría las entrañas entrando por vuestros repugnantes esfínteres, hasta que vomitarais vuestros propios intestinos.
Os odio con cada paso lento que dais. Me ofende vuestra vida, me agrede el sonido de vuestros putos pies casi arrastrándose.
Os metería un caballo de petróleo en vena.
Parias puercos…
Vuestra energía cae al suelo como un excremento y me siento sucio de pisarlo.
Ojalá el cáncer os coma y muráis entre sufrimientos inimaginables.
Putas de la especie humana… Os deseo tormento, desgracias hasta la hora que dejéis de respirar.
Subnormales que vivís una evolución que no merecéis que otros trabajaron.
¿Por qué estáis vivos? Es desesperante ver durante tantos minutos vuestra lomos, vuestras nucas ideales para clavar algo metálico y agudo en ellas.
Durante todo el puto camino…
Hijos de la grandísima puta… Me van a estallar las venas de las sienes.
Si yo he tenido mala suerte de encontraros, os deseo la suerte de padecer la enfermedad más terrible y más dolorosa.
Y encima votaréis en elecciones como si tuvierais inteligencia para ello.
Os odio, siento asco solo por veros. Todos mis sentidos dicen que deberías estar perdiendo los dedos y las manos, infectos de lepra.
Hijoputas.
Falta justicia y falta selección natural.
Tarados que vivís de los esfuerzos de otros genes.
Morid, puercos. Y vuestros hijos.
Que no quede rastro de vosotros en toda la capa de la tierra.
Ojalá os aplaste un camión.
Mierda de paseo, me lo han jodido.
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Iconoclasta

El «poderoso» cielo

Publicado: 27 septiembre, 2015 en Chusma, Conclusiones, Humor, Lecturas, Reflexiones
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El poderoso cielo

El cielo amenaza, sobrecoge el ánimo de todas las bestias que bajo él viven e ilusiona creando falsas ilusiones de nuevos aires.
Lo cierto es que todo muere y vive bajo él sin magia alguna. A él no le importa, ni siquiera sabe que existe él mismo.
En el fondo me da lástima que algo tan majestuoso y poderoso sea tan inerte, tan inanimado.
Vacío de voluntad.
Tan muerto, muerto, muerto…
Por mucho que sueñen millones de seres mirándolo y pidiendo gloria en sus vidas.
Patético, los pusilánimes depositando esperanzas en lo muerto.
Aunque no sé que es peor, si esto o tocarle la chepa a un jorobado para tener suerte.

El papel vivo

Publicado: 26 septiembre, 2015 en Lecturas, Maldito romanticismo, Manuscritos, Reflexiones
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El papel vivo

Cuando el papel queda escrito adquiere un sonido crujiente, un peso y un relieve que provocan adicción de acariciar su superficie y pasar las hojas sin leer siquiera. El pensamiento se ha hecho sólido. Se puede acariciar, rasgar y llevar al pecho o las labios.
Las palabras son la vida de la hoja de papel de un cuaderno tan usado…
La tinta es su sangre y la mano que escribe su corazón convulso.
Siempre convulso…
Luego un teclado y una edición evitará que esas hojas de papel nos dejen desnudos e indefensos.
Aunque no es fácil prostituir el papel una vez ha cobrado vida.