Archivos para julio, 2022

La única tierra prometida es la que ella pisa.
La que amo, la que añoro, la que necesito, la que quiero abrazar, la que me la pone dura, la que quiero follar, poseer, amamantar, con la que quiero empezar y acabar el día. La que quiero solo besar…
Una grandiosidad de alma y coño…
Y yo un poco cosa, un paria de la tierra demasiado alejado de todo. Infinitamente lejano de lo que amo.
Un nómada en el planeta buscando sus huellas.
Con el corazón partido en dos, una mitad roja y brillante que corre miles de kilómetros por delante de mí, hacia la diosa.
Y la otra negra, como podrida, que envía con golpes dolorosos la sangre a las venas que parecen reventar de un cansancio, de un hastío, de una eterna puta suerte que no cambia. Y aun así, me mantiene mierdosamente vivo enviando sangre a mi polla amoratada. Una sangre que parece coagularse y hacer del rabo una maza mórbida, obscena, de violenta penetración ávida y feroz.
Me gustaría que fuera más gorda, más larga; pero nada es perfecto.
Tengo que trabajar este problema, algo cosmético antes de violar a mi diosa si eso ocurriera.
“Oye viento, dile a la diosa que llego. No sé dónde estoy, pero voy”.
Deliro por el camino creando esperanzas en el Páramo de la Desesperanza. Esperanzas de magnitudes tan grandes como el amor desesperado que me lleva a desintegrarme, a erosionarme en mi camino hacia ella. Esperanzas colosales que no me caben en el pensamiento y se marchitan. Dejo un rastro de alegrías muertas tras de mí.
También imagino mis dedos extendiendo pequeñas ternuras por su piel, y siento unas repentinas ganas de llorar…
Le vendo la parte sucia de mi alma al diablo que la desea. Ha emergido de un espejismo de gas que flota sobre la tierra quemada por el sol.
“Te la cambio por unos miles de kilómetros y de años que me acerques a ella.”.
Se ríe y me dice “Vale”. Sabe que no tardaré en morir y tendrá mi alma entera sin nada a cambio. Bueno, no puedo hacer gran cosa contra ello.
Solo espero que cuando llegue a ella no muera, sería una broma de mal gusto. Que me dé tiempo a mentirle jurándole que estaré con ella toda la vida.
Porque sé que he gastado ya toda mi eternidad en fracasos; como el astronauta que sale al espacio y solo ve muerte. Tanto afán, tanta ilusión alimentando sensaciones y fantasías, para acabar flotando en toda esa letalidad aséptica. Lo único que escucha es su respiración y se deprime. El universo no hace ruido, solo es un inmenso vertedero de piedras que no permite el más mínimo jadeo de vida.
Al menos los cementerios tienen la gracia de los epitafios.
Sin embargo, el espacio que ocupa mi diosa de pezones lamibles y plenos de vida, es la máxima expresión de lo carnal en un mundo de ángeles asexuados.
Tiene suerte de que no es un planeta, porque no podría evitar estrellarme contra ella, su atracción es como la de un agujero negro. Y me pregunto si su coño me absorberá y sacará de aquí. Me lo pregunto con un hálito de esperanza dándole la espalda al diablo que aún sonríe astuto detrás de mí, esperando que muera.
El sol incide con una hiriente verticalidad sobre mi cabeza y crea entropía en mis neuronas ardiendo. Me encuentro calculando la órbita de aproximación de mis dedos entre lo más íntimo de sus muslos. Y mientras me acerco en elipses cada vez más pequeñas, le rezo que la amo.
Y flotan blancas lágrimas en el espacio que se congelan con un dolor en mis cojones.
El sol me evapora la razón en este páramo sin horizonte y antes de olvidar quien soy, lanzo un beso a mi amor, que corre a la velocidad de la luz antes de que el sol también lo evapore.
Yo camino con determinación; pero el diablo, dale que te pego, me susurra: Muérete ya. No te quiere, no te quiere, no te quiere…
Qué tentador es el hijo puta…
Te quiero cielo, voy a ti, dame unos minutos.
Y con una carcajada vomito todos los dolores añejos y rancios, son de carne podrida.
Es un peso que me quito de encima y el diablo los devora con glotonería.
Es hora de dormir, mañana será otro día.
“Sí, mañana. Duerme”, dice el Astuto en mi oído.
Bendita sea la horizontalidad de la muerte.

Iconoclasta

La estupidez más grande jamás noticiada: La guerra es vida.
Los borrachos defendiendo su cobardía e hipocresía con frases de redes sociales idiotas. No jodas, qué nivel…
Es para partirse el rabo y desear que les llegue un misil de vida a esos tarados.
Este panfleto del fascismo maricón sanitario es una buena muestra de la “solidaridad” de la chusma. Por lo visto, jugar, bailar, emborracharse, drogarse y reír hasta mearse, es un homenaje a aquellos que se están matando en la guerra.
La sociedad está llegando a límites de una degeneración, decadencia y retraso mental que la simple guerra no es suficiente, se necesita algo que limpie la estirpe humana: muertes más rápidas y multitudinarias, genocidios efectivos antes de que la línea genética humana se estropee definitivamente.

Las doctrinas y dogmas del Estado Penitenciario Fascista Español del coronavirus, la guerra ruso-ucraniana y el crack económico de la clase baja trabajadora por los impuestos de usura por cambio climático; están constituyéndose ya en una nueva biblia del fascismo.
Los niños no son custodia, pertenecen a los padres, mierdosos hijos de puta.
Junto a: “La libertad es enfermedad”, “Ponte el bozal y calla”, “Vacunarse es un acto de bondad”, “Aplaude a tus carceleros”, “Alabados sean los días difíciles que el Nuevo y Normal Caudillo decreta” y otros muchos que me parecen ya cansinos de escribir; ahora hay que sumar el de la taifa madrileña (siempre hay que dudar de la prensa, pero a la vez pensar con cojones que, si algo malo es posible, en España se comete): “Si eres pobre ¿para qué cojones quieres hijos”.
Sí que son días difíciles, al menos para el libre pensamiento, la cultura, el conocimiento y la ética. La moral sin embargo, va viento en popa, la moral fascista penitenciaria en España va tan bien, que pronto se quemarán en público brujas con el clamor popular endogámico tan típicamente español.

El neonazismo actual ha surgido de una casta de azarosos políticos arribistas, hijos de viejos políticos y ricos burgueses que han abrazado la homosexualidad a través de generaciones decadentes usando la endogamia para mantener la riqueza en un reducido y selecto círculo. Y su arma más potente para instaurar el terror es la sanidad o veterinaria. Enfocadas al control de las masas por medio del simple y previsible método de enfermar y curar. En multitud de casos ni siquiera enferman, la hipocondría es una clase de cobardía ampliamente extendida en el ser humano, una característica congénita.
El fin de este fascismo homosexual sanitario: obtener la riqueza a través de la explotación masiva de la población, contenida y reprimida su economía, libertad y cultura con continuas crisis de todo tipo: sanitario, económico, bélico, climático, etc… La riqueza se extrae del obrero por medio del impuesto usurero y asfixiante por las más diversas trampas o estafas. El dinero robado va a parar directamente a las cuentas bancarias de los jerarcas y burócratas homosexuales sanitarios. Que en definitiva, suelen ser los amos de los bancos.
Los líderes de las antiguas “democracias” convertidas desde marzo del 2020 a nivel mundial en dictaduras homosexuales sanitarias, con maneras de un predicador o sacerdote; ofrecen a la población salvación a cambio de su sacrificio monetario.
Si no se había llevado a cabo semejante fascismo hasta ahora, ha sido porque no existían los medios tecnológicos adecuados para realizar con velocidad electrónica la maniobra masiva de infantilización, terror y religiosidad política sobre la chusma votante o plebe.
Este fascismo homosexual sanitario se lleva a cabo por medio de:

Emasculación de la clase baja o trabajadora: inhibición psicológica del deseo sexual entre macho y hembra a favor del homosexualismo. Las hembras no deben ser atractivas para evitar encender o excitar sexualmente a los machos. El estado decreta que sean agresivas o gordas y con poco atractivo. Se trata de un básico y experimentado control veterinario ganadero para la selección de los individuos (machos o hembras) aptos para reproducirse en la nueva sociedad del fascismo homosexual sanitario.
Los machos no homosexuales deben ser castrados, porque de una forma genética e instintiva todo macho en el planeta desarrolla un instinto territorial, íntimamente ligado con el reproductor. Es básica la humillación de su esencia humana y erradicación psicológica y física del instinto. Predicar que el macho es asesino y violador en potencia, es uno de los dogmas más incrustados en las mentes de los niños en las escuelas, hasta conseguir que sientan vergüenza y remordimientos de poseer genitales masculinos.
Con la homosexualidad así, inhiben la violencia y el instinto de defensa de los seres humanos, al menos en una gran cantidad de individuos. Y es que en la capacidad de defensa y ofensa de los machos en la naturaleza y su naturaleza, está el máximo obstáculo para la imposición de los dogmas y leyes del fascismo homosexual sanitario.

Educación sectaria: “¿Y por qué no ser marica?”. Lo que el dogma esconde es fácil de entender por lo comentado anteriormente: el instinto territorial del macho es el problema. Si se destruye la base humana genética instintiva (castración psicológica y química), se consigue una raza de cabestros sumisos, obedientes y fanáticos del estado y sus jerarcas homosexuales.
“Si el Caudillo es marica, no hay nada de malo en que vosotros os esforcéis en serlo también.”.
“La libertad es enfermedad” y además, crea machos agresivos que van contra las bendiciones que el estado fascista homosexual sanitario prodiga a su masa votante.
“Si sientes miedo, quédate en casa. Demuestra tu cobardía y no pretendas discutir. Hay policías de sobra para desparramar tu cerebro negligente en la sucia acera de cualquier ciudad.”.
Los audiolibros explotan como una fiesta de la incultura: inhiben la capacidad lectora y la analítica. Las próximas generaciones solo sabrán escuchar y olvidarán la lectura y la escritura. Y por tanto, la capacidad de síntesis. Es un oscurantismo tan evidente que es increíble que nadie lo vea. Y solo se puede explicar con la ignorancia que existe en el tejido social de los estados fascistas homosexuales sanitarios. El audiolibro asfixia el propio pensamiento al ser invadido por la voz que instruye constantemente sin dar tiempo a la reflexión.
Las palabras se las lleva el viento si no están escritas. Es básica la destrucción de anales y datos mediante palabrería y sofismas constantes. Una mentira entierra a otra mentira y a otra y a otra. La memoria histórica impuesta es una variable sin memoria, solo un dato a corregir cuando es preciso mediante los ordenadores del estado.

El cambio climático: “Los veranos son calurosos”. Es un decreto del estado fascista homosexual sanitario. Nunca antes se había decretado semejante ley tan infantil y al tiempo tan venenosamente dogmática. Es indispensable para llevar a la ruina económica, física y psicológica a las obreras y zánganos de la colmena.

Dieta estricta: para evitar elevados niveles de hormonas en machos y hembras que desencadenen el deseo sexual. Esto explica el alto precio de los productos alimenticios. Dejar al borde del hambre a la población, la llevará a aceptar gustosos a comer excrementos a falta de otra cosa.
Dietas bajas en azúcares para evitar el correcto alimento del cerebro (como ocurre con el veto económico al marisco) y un exceso de energía en los individuos. Alimentos bajos en proteínas para evitar el desarrollo muscular. La alcoholización y narcosis de la población para mantenerla alejada de la realidad de su fin único: ofrecer a las gordas reinas de la colmena su dinero y esfuerzo. Las dietas reducirán la libido de la población para un fácil y efectivo control demográfico de la clase trabajadora pobre u obrera.
Los niños gordos serán separados de sus progenitores y tratados por el estado fascista homosexual sanitario en internados dotados con nutricionistas e ideólogos para su cura o reacondicionamiento.

Prohibiciones de idiomas: según zona geográfica, según el folclore propio de cada taifa, región o autonomía para evitar que las obreras y zánganos comparen su nivel de pobreza con otras colonias o colmenas. Es necesario mantener a las colmenas privilegiadas aisladas de las esclavizadas en mayor grado. Evitará altercados molestos al estado homosexual sanitario.
En definitiva: un idioma único para los dogmas institucionales fascistas homosexuales y sanitarios, y el idioma del caciquismo nazi autonómico para la relación interpersonal.

Crisis climática o polución: erradicar del imaginario del pueblo el deseo de disponer de automóvil. Que llegue a ser algo que solo pueda mantener el estado y sus jerarcas nazis maricas. Una vez extirpada la ambición o deseo de disponer del tradicional coche que indica estatus social, la casa de propiedad será un capricho también y el estado decretará qué casas y cuantos metros cuadrados precisa cada unidad familiar.
El dinero que invierte la clase baja trabajadora en vivienda y coche, estará destinado a enriquecer a las gordas reinas nazis de las colmenas. Sin inquietudes de libertad, intelectuales o artísticas, el ser humano pasa a nivel de insecto, los hay reinas y luego los obreros.

La constante comunicación dogmática estado-cabestro: será suficiente alimento intelectual para la clase baja obrera. La pantalla del teléfono móvil es la pantalla parlante y vigilante de las viejas películas de ciencia ficción distópicas.

Biología y psicología: Que un individuo respire de forma natural, es anatema en el fascismo homosexual sanitario. Respira porque el estado así se lo indica. “Respira, para vivir has de respirar”. “Si hace calor, bebe agua fresca”. “Si hace frío, abrígate”. “No te esfuerces, no queremos individuos fuertes, ya está la policía para eso”. Son los repetidos dogmas fascistas que el individuo asume como un decreto del estado que le salva la vida. Ha llegado a tal punto la degeneración de las sociedades occidentales, que son incapaces de respirar por sí mismas. El dogma de su amo, el estado fascista homosexual sanitario, es lo último que recuerdan. Es la memoria de los peces en los mamíferos.
Aterrar a la población: el estado penitenciario fascista homosexual sanitario lo consigue mediante lo que llaman “días difíciles”, que profetiza un caudillo, ministro o sacerdote. A la población se la sume en el terror a morir con cualquier tipo de enfermedad, con una crisis que la arruinará y la abocará al hambre o con una guerra contra un tirano que no existe. El Estado homosexual sanitario, creará los medios necesarios para inhibir la segregación o producción de hormonas como la adrenalina, que pone en guardia al ser humano ante una situación de peligro o amenaza. Así pues, si la población encarcelada y privada de libertad a cambio de un espejismo de escapar de la muerte, recibe la consigna de aplaudir a sus carceleros y acosadores, ésta se siente conmovidamente obligada a ofrecer esa gratitud desde las ventanas de sus cárceles y como en una escuela dibujar cartelitos infantiles rezando que todo irá bien. La adrenalina no es necesaria para dibujar, lloriquear, deprimirse y aplaudir.
Así mientras miles mueren, millones aplauden. Y esos millones agradecen al fascismo penitenciario homosexual sanitario, el hecho de no estar entre los miles de cadáveres.
El estado crea la crisis económica con más días difíciles. Y con una parte de lo robado a la población, reparte cheques y bonos de limosnas, cuya función es mostrar su magnanimidad y gran paternalismo ante una población acobardada y decadente. Limosnas que servirán para incentivar el espíritu de mendicidad y brazos caídos de esa población aterrada y prácticamente castrada sexualmente.
El estado hunde a las clases bajas o trabajadores y luego realiza la escenificación de que los salva del hambre.
Gracias a la falta de azúcar y una alimentación deficiente que disminuye la fuerza y la voluntad, el pueblo acepta las limosnas y ofrece en sacrifico de gratitud el resto del jornal para que los días sean menos calurosos dentro de cincuenta o sesenta años.
De ahí a dejar que sea el estado quien eduque y programe a sus hijos, no hay ni siquiera un paso, solo un “gracias al caudillo marica por el favor que nos hace”.

Y lo verdaderamente agresivo está por llegar: mataderos para evitar la superpoblación. La guerra tiene un problema para el actual fascismo homosexual sanitario; puede destruir sus valiosas propiedades tan tenazmente robadas. El exceso de asexuados obreros debe ser eliminado con métodos respetuosos con las posesiones de las reinas de la colmena, los políticos fascistas homosexuales.

Iconoclasta

La imagen de los jerarcas españoles del fascismo homosexual sanitario con el bozal prieto en el hocico, reemplazan a las típicas figuritas de plástico del toro y la bailaora sevillana.

Alex, el personaje central de La naranja mecánica se imagina al leer la biblia que es el soldado que azota a Jesucristo arrastrando la cruz.
Si yo hubiera vivido en aquel momento y lugar y de no haber sido un cuento, hubiera hecho lo mismo que hoy con los nazis del coronavirus, sus jerarcas, iluminados y la masa crédula: me habría ido a dar una vuelta por el desierto para alejarme de esa masa de hijos de puta compuesta por los puercos sacerdotes del Sanedrín, los judíos fanáticos hijos de puta apedreadores, los llorones pusilánimes que se lamentaban por la suerte del mesías loco, del mesías loco y de los putos policías romanos de mierda.
Y paseando ya a cinco kilómetros de Jerusalén un poco relajado por el silencio y la lejanía de esa piara de subnormales, desearía con una ingenua y tierna sonrisa en mi bello rostro, que ojalá, Poncio Pilatos ordenara clavarlos a todos en cruces, mandara picharles los pulmones a lanzazos y luego les hubiera pegado fuego a todos.
Y que ni uno solo vivo hubiera quedado. Ésta es mi voluntad.
Luego, para descansar de mi meditativo caminar en pos de la decencia humana y una vez muerto el nazareno loco y acabado el follón en el cochino y abarrotado Jerusalén, me hubiera fumado unas hojas de marihuana a la sombra de Judas ahorcado, y ya sin asomo de irritación cerebral alguna, “pa casa”.
Siempre he sabido que cualquiera que fuera el lugar o tiempo en el que me parieran, sería siempre un buen tipo en general.
Y bueno, como ocurrió con YO y Franco, con YO y Hitler lo mismo: lo hubiera ido a jalear a sus mítines y desfiles la puta de su madre; porque YO nasti de plasti.
Nunca he sentido deseos de moverme entre decenas y decenas de miles y miles de reses humanas arrebatadas por la luz del ilustre prócer para chupársela, sea cual sea su pelaje.
Además, de hijos de puta vamos “sobraos” y nacen con tanta frecuencia que aburren un huevo.
En fin, tengo que confesar que gracias a ser un buen tipo en general, lamentablemente también, siempre he tenido el mal fario de que nunca tendría un buen puesto de trabajo, ni gozaría jamás del trato de favor (económico, sin sexo a menos que sea una tía buena) de un corrupto funcionario.
Incluso pienso, que de alguna manera he desarrollado alergia a la riqueza.
A veces es un asco ser tan buen tipo…

Iconoclasta

La tipa esta se cree Scarlett O’Hara: “A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!”.
Solo que la tipa obvia sin sutileza ni ingenio el aspecto fascista y corrupto del argumento de su película, una mala película y una patética actriz. Seguro que tiene a una negra gorda en su casa limpiando los cagaderos con la lengua.
Ni pasará hambre ni le faltará un jornal pornográficamente alto en toda su vida. Podrá invertir en burdeles de lujo sin duda alguna para sus secuaces fascistas y extorsionadores. “La farlopa está servida en el vientre de la puta”, anuncia la madam a sus amigos.

Es justamente lo que se ve cada día de playa desde que nací, solo varía que en la realidad la arena y el agua están llenas de mierda y la foto no se podría hacer por la cantidad de reses humanas que ocupan la playa, no queda espacio para la cámara fotográfica y por eso han montado un escenario tipo Los Diez Mandamientos (por su colorido y religiosidad) para lanzar el dogma de: “Yo te enseño a respirar que tú no sabes, cabestro”.
Aquel célebre gag de Tip y Coll que mostraban como se llena un vaso de agua con una jarra tuvo la genialidad de la gracia, el ingenio y el sarcasmo. Esto de la Igualdad Penitenciaria Fascista es pura doctrina venenosa que viene a decir: como el pueblo español es un conjunto de deficientes mentales, les vamos a decretar que pueden ir a la playa sean como sean, pesen lo que pesen y sin distinción del color del pelaje.
La Igualdad Penitenciaria Fascista, es solo un compendio de dogmas fascistas para invadir los actos más cotidianos y triviales de la vida, es la táctica nazi que distingue a todo fascismo e ideología de la represión y el oscurantismo. Que el pueblo tenga la constante náusea de que el estado está subido a su chepa en todo momento.

Y es que no podía ser de otro modo, al fin y al cabo, el ex Cacique Autonómico gallego fue una gran figura del encarcelamiento, de la represión, el acoso y la privación de toda libertad a la ciudadanía gallega con el timo del coronavirus en la taifa que gobernaba con brazo firme; pero podrido.
Es lógico que sean culo y mierda él y su Caudillo Penitenciario.
Para quien con esa ignorancia infantiloide quiera ver concordia, que no sea lelo: las felaciones entre fascistas solo tienen final feliz para ellos mismos, que se saborean obscena y voluptuosamente los labios cremosos con ojitos tiernos.
Y eso es malo para el resto de los españoles que no son ambiguos, ni fascistas, ni ladrones, ni corruptos. La cueva de Ali Babá en España va a elevar a la enésima los proverbiales cuarenta ladrones.
Pronto contarán sus billetes de euros entre cariños y ternuras retozando entre sábanas de raso y farlopa, con la bandera arcoíris ondeando gallarda y erecta frente a la ventana de una alcoba de la Moncloa.
Así que ya tenemos parejita de hecho para eternizar el encarcelamiento, el acoso, la ruina, la corrupción y la erradicación de toda libertad en España. Ahora los dictadores llegan a pares.
Joder… Gracias a que los políticos son arcoíris puro en la España Penitenciaria Fascista, se me encariñan como niños en celo en un verbo.
¡Qué asco!

Ya nos podemos dar por muertos en Cataluña.
La Caciquería Nazi Catalana va a obligarnos a pagar hasta en carne (cosa sexual) con los hijos, hijas e hijes y con los nietos, nietas y nietes para soportar el robo por electricidad que van a cometer. Van a cobrar el kilowatio a precio de cocacola o colilla de cigarrillo.
No es una broma, vamos a cagar sangre…
No podía ser peor noticia.
Más usura, más extorsión y seguramente, más cárcel y prohibiciones de ocio. Cortes de luz según le apetezca y convenga al Cacique Catalán. El fascismo catalán es ya demencia pura, sadismo sin control. Codicia babeante… Y una impunidad nazi digna de derramar sangre.
Descanse en paz el obrero en Cataluña.
Y aplausos a los esclavistas catalanes.