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La selección genética de la especie humana por parte del poder religioso ha sido las más larga de la historia y su proceso aún sigue. Porque la política es otra religión preñada de ideologías y mandamientos. Y dada la baja intelectualidad y formación técnica o cultural de los líderes que surgen (corrupción, endogamia), se constituyen en sectas paganas lideradas por simples profetas o chamanes con corbata que predican sus ofertas sociales y económicas, que jamás cumplen, a una masa humana hambrienta de regalos, milagros y culto a la vida fácil.

Nacionalismos, comunismos, fascismos, liberalismos… Hay una amplia oferta de teología política. Y no tardará demasiado tiempo en llegar la adoración de los jugadores de deportes de masas como un rito importante. De hecho, hay visos de ello en la actualidad.

Hay un cómico que ha accedido a la presidencia de Ucrania y actores como presidentes, actores, gobernadores, alcaldes, alcaldes y empresarios sin formación humanística no técnica.

Unos apuntes sobre la evolución humana:

“Primeros homínidos: entre 7,5 y 5 millones de años atrás.

Homo sapiens sapiens la única especie que aún sobrevive de todo el género Homo, surgió hace 130000 años.

Desarrolla un lenguaje complejo 60000 años atrás.

A partir del 30000 AEC (antes de la era común) pueden hallarse objetos rituales de piedra y hueso.”(*)

Desde que surgieron los primeros cultos y ritos (animismo) a montañas, ríos, árboles o animales. Guiada la manada humana o tribu por un hechicero, comenzó la discriminación, persecución, exilio y exterminación de los ateos y agnósticos, o adeptos de otras sectas minoritarias en los asentamientos o campamentos nómadas.

En los primeros cien mil años de vida el homo sapiens sapiens consigue expandirse por el planeta sin aparente religiosidad, aunque es probable que desarrollara pequeños ritos de superchería.

Y la cima de la evolución humana: desarrolla el lenguaje.

A partir de treinta mil años atrás se encuentra en suficiente cantidad para teorizar sobre la aparición de los primeros ritos religiosos, objetos de culto de hueso y piedra.

En todas las civilizaciones y aún hoy en las actuales, los disidentes de la religión o superstición tribal eran eliminados de la población, de los puestos de poder y administración de los asentamientos humanos.

La religión o superstición servía además como excusa para invadir y apropiarse de territorios vecinos.

Durante milenios solo los creyentes y sumisos sobrevivieron y sobreviven al totalitarismo religioso. Actualmente se producen periodos de grandes genocidios contra las minorías religiosas, en Asia y África principalmente. En el siglo pasado además, en la Europa del Este con la guerra croata-bosnia. O el exterminio alemán de los judíos en la Segunda Guerra Mundial que incluye lo racial, social y religioso (una minoría cuantiosa de los exterminados, no eran judíos).

Hablan los historiadores, antropólogos y periodistas de limpiezas étnicas; pero poco se diferencian muchas de estas razas genocidas en sus continentes de la gente que exterminan, como las africanas, asiáticas o europeas, salvo en el culto religioso.

La población mundial mayoritariamente fue inducida por una selección genética violenta a aceptar la imposición y existencia de cualquier tipo de divinidad.

Con esta limpieza religiosa social, los individuos con el carácter predispuesto a adoptar una fe o superstición se reproducían entre iguales y naturalmente educaban a sus crías en la fe impuesta y sus ritos. Crías humanas que replicarían el mensaje genético que los predisponía a la credulidad y por tanto, al temor y la obediencia.

Lo que explica la propensión de abrazar la idea de la divinidad en el actual imaginario de la especie humana. Y la sumisión y adoración a las autoridades político-religiosas perdiendo alarmantemente desde inicios del siglo XXI libertades e incluso sacrificando sus necesidades biológicas a los decretos o mandamientos de los líderes político-sectarios.

El pensamiento libre y sin contaminación religiosa, desde 30000 años atrás hasta principios del siglo XIX era condenado y perseguido de forma cruenta, lo que marcó un retraso colosal en el progreso de la civilización, ya que todo esfuerzo debía estar dirigido hacia la adoración de los símbolos religiosos creados, que se traducía en el enriquecimiento de sus brujos, chamanes, ulemas, rabinos, sacerdotes, santones, reyes, aristócratas, terratenientes, militares, presidentes y dictadores.

Cualquier idea no religiosa, se consideraba herejía, penada con muerte o en el caso de las castas de prestigio, clases altas o aristocracia, con el exilio.

Fue en el siglo XIX donde tímidamente dio comienzo la alfabetización de la población, aprender a leer y escribir como un requerimiento indispensable para encontrar trabajo.

La especie humana a lo largo de estos miles de años ha derivado en otra raza de carácter endogámica, defectuosa, castrada de los atributos de la especie primigenia. Una raza más cercana a los mamíferos rumiantes. Y en la actualidad a los insectos sociales, como los himenópteros (hormigas, avispas, abejas) y neópteros (termitas).

Pasada la Edad Media, se eligió para los grandes asentamientos o ciudades la técnica arquitectónica de las abejas u hormigas para la estabulación de las reses humanas. Los ricos, dueños de las grandes extensiones geográficas, disponían así de un gran espacio, sacrificando pequeñas regiones para apilar o estabular a sus obreros o clases votantes.

A medida que pasaba el tiempo y se desarrollaba un código económico religioso de tributos y leyes contra la población a favor de las castas hechiceras o religiosas (las ricas), la política paulatinamente su fundía con la religión en el gobierno de los países. Hoy día la política se impone a la religión (salvo el islam, hinduismo y budismo), que permanece como un poder negro y oculto que da consuelo y un espejismo de dignidad a la explotación humana pobre o trabajadora.

La iglesia sentenció mundialmente en el año del coronavirus 2021: “Vacunarse es un acto de amor”.

Los endogámicos linajes religioso-políticos también sometidos a su propio sistema ganadero de mejora de la raza; religiosos en cuanto a que cualquier ideología como el nazismo o el comunismo son meras doctrinas conductuales basadas en la fe en un ser superior: el jerarca nazi o el presidente del comité. En la actualidad se afanan con febril actividad y con todos los medios disponibles de emisión de propaganda doctrinal en erradicar el intelectualismo, libre pensamiento e individualismo.

Se debe tener en cuenta que el poder o casta rica (una especie endogámica y castrada también) no es especialmente inteligente, solo hereda un estatus social y político. Con lo cual su escaso intelecto o mediocre inteligencia queda en evidencia ante intelectuales, libre pensadores y académicos. Esto no lo pueden permitir, mostrar su ignorancia e incapacidad; de ahí que se colectivice (globalización) el ingenio y la creación, para que toda autoría sea el resultado de una masa amorfa sin rostro y sin nombre, que un jerarca político “democrático” (eminentemente lerdo) sea el ejecutor de pastorear o liderar hacia tal fin.

El individuo es la pesadilla del estado y de toda religión.

No puede ni debe resaltar más humano que el que se encuentre en los círculos de poder. A excepción de los necesarios bufones de distracción de los rebaños humanos, como cantantes, actores, personajillos gurús de redes sociales y bustos parlantes televisivos que son designados por el poder político-religioso.

Es por esta endogamia de las razas gobernantes o pudientes, la razón de que al llegar un político a liderar el gobierno de un país, precisa de una corte de educadores con un presupuesto millonario a cargo de los insectos de la colonia, para que ofrezca una ilusión de cultura, conocimiento y capacidad intelectual ante la masa votante.

En el caso religioso, los conocimientos llegaron de Dios, por supuesto; a través de una legión de sacerdotes y frailes recopilando y transcribiendo información de libros, códices y pergaminos que almacenaban en sus sótanos para exclusivo uso y disfrute: oscurantismo. Actualmente el cristianismo y su iglesia, dedica un gran presupuesto en legiones de arqueólogos, historiadores, antropólogos y lingüistas buscando una mínima prueba de la existencia de Jesucristo. Quien dice cristianos, dice musulmanes y judíos.

Las democracias son gobiernos de estructura insectil, apoyados por el voto de esa raza humana primorosamente seleccionada y evolucionada mediante técnicas ganaderas como cualquier raza de vaca, toro, perro o gato; para el fácil pastoreo y obediencia y la longevidad del poder de los ricos o político-religiosos.

Cuando hablo de estructura insectil, me refiero a la comunicación estado-población. La población en esta era tecnológica recibe los impulsos eléctricos y químicos (como los insectos coloniales en sus colmenas y termiteros) que el estado envía como decretos de restricciones de libertad y necesidades biológicas; la población las recibe a través de sus teléfonos móviles y televisión, reaccionando esta masa insectil globalizada con obediencia o temor.

Según sea la frecuencia y tensión de los impulsos electroquímicos que emita el estado, la masa insectil reaccionará con obediencia, conformismo o euforia; pero jamás con violencia o crítica, porque la castración física y mental es total en las castas inferiores.

No hay guerras entre naciones desde hace siglos. Las guerras son entre las distintas sectas ideológicas o endogámicas familias millonarias que desean obtener todo el poder, el que otras sectas ostentan. Es prácticamente una guerra entre mafias.

Que los fenómenos meteorológicos llamaran la atención del hombre prehistórico tanto como para achacarlos a actos divinos (algo que teorizan los antropólogos e historiadores como el origen del culto religioso); no me parece una buena hipótesis. El clima no era nada nuevo, nacían y crecían con él, era su vida. No era fácil que llamara la atención algo tan cotidiano como las flores que se abrían y cerraban o los frutos que surgían de los árboles, la lluvia, el viento, la nieve… No había nada extraordinario en estos fenómenos.

Tuvo que haber una experiencia que sirvió como comburente para prender la idea de religión o ritual; como el delirio por fiebre, por narcosis, por ingesta de vegetales tóxicos, por locura, etc… Convirtiendo éstas alucinaciones en experiencias místicas que narraban a los miembros del clan.

La locura, cerebros enfermos de algunos de aquellos humanos.

Un cazador (cazadora no, puesto que olían más por la menstruación en un mundo sin compresas ni desodorantes) hambriento en un mal día de caza come los frutos que el bosque ofrece, algunos son tóxicos o narcóticos y alucina cosas raras que narra a su clan como una epifanía.

Entiendo así la aparición de lo religioso o esotérico por causa de delirios narcóticos, o enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia, cuyas imágenes se extendieron venenosa y paulatinamente durante miles de años hasta hoy.

Una vez creado un culto, al hechicero o sacerdote no le costaría demasiado inventar leyes y condenas así como mitos para impactar en los crédulos. Un ser que vive a costa de otros, al verse libre de tareas de supervivencia como la caza y recolección, disponía de mucho tiempo para perfeccionar sus mitos y profecías.

La religión, en los inicios de la humanidad, en sus primeros asentamientos se convirtió en ley y autoridad. Había tan escasa capacidad de comunicación (solo había comunicación oral, la escritura aparece sobre el 3100 a.C.,  o sea, 27000 años más adelante tras la aparición de los primeros cultos) que templos y parajes de culto se hicieron sumamente necesarios para el adoctrinamiento de la población.

El control estaba en el miedo y el castigo. A partir de estos dos conceptos, la religión se convirtió en el medio de gobierno que se ha mantenido durante más de treinta mil años.

En la actualidad y en la práctica el método de gobierno es el mismo: la fe, el oscurantismo y la credulidad insectil de la masa. Con otro decorado y otros ritos menos cruentos, pero infinitamente más psicológicos en una humanidad pervertida por los milenios, ya nacida para ser pastoreada o globalizada sin pudor ni escrúpulos por parte de los mismos endogámicos sacerdotes y hechiceros de la antigüedad.

*Breve historia de las religiones del mundo, Roberto Vivo.

Carta

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Iconoclasta

Que ya no fuera necesaria la fe, ni imaginarlo como ahora, con la imagen que cada uno cree que tiene.
Que existiera con rostro y cuerpo, grande o pequeño; pero táctil, opaco.
Lo que existe no tiene magia ni misterio.
¿Es que nadie lo entiende? Tener a ese Dios sería como ver siempre, durante toda la vida al mismo jerarca. Sus superpoderes e impunidad provocarían el odio hacia él.
El miedo y siempre el mismo rostro, como un castigo durante toda la vida llevaría al hastío.
La gracia de Dios está en su inexistencia inofensiva, protectora y bonachona de quienes le rezan por sus penas y banalidades.
Crédulos…
Es aterrador el infantilismo mezquino de la masa humana.
Si Dios existiera te haría daño, te arruinaría, te asesinaría por tus errores que son pecados en su ley.
Solo una vez mueras, se apiadaría de ti.
Sus cochinos volubles designios…
Devoraría a tus hijos para poner a prueba tu obediencia a sus órdenes, decretos, mandamientos.
La existencia de Dios sería la absoluta humillación y esclavitud de la especie humana.
Un rostro vulgar, una hipócrita y venenosa voz, una mirada malvada.
Ver todo eso todos los días, sin poder escapar de él…
Desearías asesinarlo antes de morir.
Su existencia sería el infierno, con millones de miserables adorándolo.
Algo tan sucio y grotesco como el cerdo que se folla a la puta en las películas enfermas.
Así de obsceno sería ese Dios y sus creyentes.
Un tirano inmortal que pasaría de padres a hijos, a nietos, a bisnietos…
¡Qué desesperanza de vida!
El Dios que te hundiría la cabeza en mierda porque tu vecino reza más.
¡Hijo de puta!
Imagina a Dios palpable, audible y visible destruyendo tu vida ocupándola en cada segundo con su mierdosa omnipresencia, hurgando en tu pensamiento. Destruyendo a los que amas por sus humores inescrutables, paranoicos y depravados. Favoreciendo a los indeseables, ignorantes, ruines y cobardes, colocándolos en el poder terrenal político.
Desearías no nacer en semejante mundo.
E imagina que naces, que ya estás en él.
La tristeza y la grisentería en tu piel como un aceite ácido que te deshace día a día lentamente, sin cura.

Iconoclasta

Los problemas religiosos de fe, obediencia, pecado, castigo, etc… Tanto de religiosos como de feligreses crédulos o ingenuos, existen y existirán porque van contra la libertad de la especie humana y su inteligencia creativa, lo que la diferencia notablemente de los insectos y mamíferos de ganadería.
Así fue antes del primer acto de fe de un primate hacia otro.
La religión busca pudrir la esencia misma del ser humano.
Denigrarla hasta la humillación disfrazada de buen ciudadano.
Por ello, pecados, incultura, fe, oscurantismo y esclavitud moral (adicción a los charlatanes), son las herramientas con las que el poder, ya sea religioso o su evolución: político; rige o pastorea a la población.
No todo el mundo es tan lerdo para dar su vida y voluntad al capricho de un dios, un mesías o un líder orador codicioso y ambicioso; pero siempre ha sido mayoría la chusma que precisa ser pastoreada para su mayor tranquilidad y descanso. Ahí reside la inmundicia, la suciedad e indignidad de toda democracia, en la masa ignorante o chusma otorgando el poder al estafador que es incapaz de ver.
Y por ello no hay individuos suficientes para regenerar y enriquecer la genética de una masa humana sucia y endogámica. Es endogámica porque se ha creado en todos los asentamientos político-religiosos (ciudades o pueblos) una selección de machos y hembras reproductoras afines y creyentes en los regímenes de pastoreo humano o gobierno de toda época, eliminando así al humano libre autosuficiente por una cuestión de envidia por parte de los mansos y la eliminación de disidencia por parte del estamento político-religioso.
La premisa del poder religioso/político es tan obvia que da risa su simplicidad ganadera: si pides (debido a tu ignorancia o pobreza intelectual o psicológica) que un pastor te guíe, te indique donde has de comer, beber y hasta donde puedes llegar; no es necesario pensar, los pastores lo hacen por ti. Y por otro lado para aplacar el sentimiento de humillación que pudiera desarrollarse, ahí está el político o el sacerdote subido al púlpito, para que lo critiques en alto ante el rebaño; sabiendo que dentro de ti reconoces tu incapacidad para conducirte y una patética obediencia vacuna, provinciana e ignorante. Luego gritarás para salvar una dignidad que no tienes: “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Eso se llama cobardía en su esencia más condensada. Y el político o el sacerdote, sonreirá frotándose las manos satisfecho del buen rebaño que pastorea y la piel, carne, sangre y oro que saca de ellos.
No es lo mismo obedecer con repulsión para sobrevivir en el estercolero social, que obedecer con fe. Es terrorífica y degradante la monstruosa plaga de obedientes fervorosos que conforma la mayoría votante en las venenosas democracias del planeta, convertidas al rancio fascismo o nazismo con el coronavirus o covid.
Hay unos pocos libres de pensamiento y actos, no precisan cuentos ni dioses que los protejan o guíen su destino. De esas cosas se encarga el ser humano si no es deficiente en su genética. Saben que la religión es dominación y la política su evolución; pero la democracia los mata, los asfixia, los aplasta y les hace la vida amarga como el cianuro. El peso de la mayoría es letal para el individuo.
La fe pudre el conocimiento racional y empírico. La obediencia ciega, pudre la dignidad.
Hay que recordar con la promesa religiosa “solo los mansos heredarán la tierra” o la política “un futuro mejor para los hijos”; que haga lo que haga la chusma, por muy cabestras que sean las reses votantes, nunca son suficientemente mansas; ni viven lo suficiente para hacer un futuro mejor, según sus charlatanes o gurús religiosos o políticos.
En la religiosidad y la política la pobreza es virtud porque das tu esfuerzo, tu dinero al estado, al poder. Y debilidad y pobreza son pasaporte al paraíso y un futuro mejor que nunca verás, ni tus hijos si los tuvieras.
La moda actual es que los multimillonarios, las grandes fortunas; actúen como guías espirituales y ejemplarizantes del rebaño humano. Es éticamente pornográfica toda secta constituida por un millonario decadente y aburrido, denigrante y vergonzosa la atención que les presta tanta res mugiente y votante.
Y en pleno dos mil veintidós tecnológico, es más obvia que nunca la imbecilidad de la población y la persecución y corrupción de la ética y la libertad por políticos y sacerdotes de cualquier secta religiosa o ideológica que, insultan sin descanso la inteligencia y ensucian la esencia humana.
Quien inventó el primer pecado, obtuvo la ansiada obediencia de las vacas y bueyes humanos.

Iconoclasta

Algún semi hombre impotente frente a una hoguera prehistórica nocturna con un collar de abalorios modelados con excrementos secos, predicó a aquellos monos humanos de la tribu que, se folla con la misión de procrear. Gozar es pecado, promiscuidad.
A medida que la civilización adquiría asentamientos fijos, los pecados, faltas y leyes se predicaban en templos construidos con el esfuerzo y la sangre de los creyentes para el brujo o sacerdote. Y más adelante, una casta de sacerdotes se hizo política.
Pocos hicieron caso de este follar reproductivo y gozaban; pero por mansedumbre, por miedo a las leyes de los dioses inventados por brujos y sacerdotes, aceptaron con falso arrepentimiento el pecado. Y por ello el castigo por el placer.
La humanidad es una especie imbécil y ha sobrevivido y evolucionado físicamente durante miles de años porque es plaga, como los insectos. Por muchos humanos que mueran, quintuplican sus nacimientos insectilmente.
Esta prédica religiosa y política, sobre la obediencia y el pecado de gozar se graba en las mentes de los niños con ejemplos de virtud, como pueden ser las hormigas y las abejas que trabajan hasta morir y sin lamentarse (de ahí también el uso actual del bozal o mascarilla en jerga nazi o fascista), para engordar a la puta reina.
Es un concepto llamado ahora “trabajo en equipo”, que se inculca desde tiempos inmemoriales en las mentes de los niños, para convertirse en la madurez en un mantra laboral siempre en boca del insecto u obrero productor humano. El trabajo en equipo consiste en anular la creatividad humana para evitar que ningún insecto sobresalga y usurpar el equipo de idiotas la inteligencia del individuo.
Al final, el 99,99 % (la minoría restante son líderes políticos religiosos y millonarios) de los cerebros humanos útiles solo trabajan como receptores de timos, dogmas y mandamientos fascistas, todo entra y nada sale de ellos.
Y como los líderes del panal u hormiguero son humanos, también son imbéciles; pero gracias a la enfermiza ambición genética y una paranoica codicia, han desarrollado instintos para convertirse en putas reinas del sucio termitero, con su imbecilidad intacta. Es la denominada suerte de los tontos, a los que se les aparece dios o la virgen y se consideran mesías de la mierda.
En fin, este pequeño ensayo explica que la especie humana, a pesar de los miles de años que holla sobre La Tierra, no pueda evolucionar: su reproducción insectil irremediablemente eterniza el gen imbécil.

Iconoclasta

Hay una raza de reses humanas, la crédula. La más numerosa en el planeta; la predominante. Por su característica principal: la fe, la credulidad; ha desterrado la inteligencia de su genética, puesto que la fe no requiere intelecto, solo obediencia; la evolución la ha liberado de esa pesada carga que es el intelecto.
Hoy, a esta raza que obedece a brujos, religiosos y políticos; para no humillar a sus individuos, se la conoce con el eufemismo “masa votante”.
A lo largo de los milenios de la historia, cientos de miles de generaciones han luchado de forma instintiva, agresiva y voraz contra la inteligencia (infectándola), el sentido común (corrompiéndolo) y la libertad (destruyéndola) de una forma inconsciente e insectil. Por puros impulsos eléctricos en sus pequeños cerebros que ellos mismos son incapaces de entender y que son ni más ni menos, los preceptos que sus amos, brujos, sacerdotes de todo pelaje y políticos les han inculcado.
Prácticamente, la raza crédula ha extinguido al primigenio ser humano cazador y creador o inteligente. Y grandes zonas del planeta han sido invadidas por individuos adaptados al servilismo medieval. En esta característica primordial de la raza crédula, políticos, dictadores, brujos, ideólogos y estafadores de todo tipo de sectas, encuentran la forma de acceder a la fama y al dinero millonario y fácil.
Esto explica porque a la menor oportunidad las “democracias”, gracias a una simple epidemia, se han convertido en dictaduras con los aplausos de sus crédulos o votantes. Y cuanto más represiva ha sido la dictadura contra esta raza, más reses se han vacunado y revacunado y adoptado el bozal (mascarilla en argot fascista) como símbolo religioso y prenda de vestir cotidiana.
Hay que precisar que los crédulos no han aceptado bozal, acoso, prisión y vacuna por miedo a su gobierno dictatorial, sino por fe.
Por auténtica fe en la salvación que les promete su caudillo elegido por ellos mismos “democráticamente”.
Dicen que todo pueblo se merece el gobierno que tiene; pero es mentira. No pueden elegir, es así de simple; carecen de capacidad de elección.
Ayuda que los jerarcas de esta casta, obedecen a la ley de: Cuando el cerdo (el político) prueba la sangre (la dictadura represiva o fascista) no quiere otra cosa. Esta ley también explica por qué las dictaduras son los gobiernos más longevos de la historia de la humanidad.
La gran virtud de esta casta humana, además de su fertilidad conejil natural y también forzada por la sanidad del estado (no todo iba a ser hediondo en los crédulos, algo bueno debía tener esta raza o casta para que tuviera tanto éxito demográfico); reside en la capacidad de recibir latigazos de su caudillo, sacerdote o brujo, sin renegar por ello o dolerse; esa insensibilidad al dolor hace que sea sumamente fácil y económico estabularla y conducirla. La letra con sangre entra o Quien bien te quiere te hará llorar, son sentencias aceptadas e inculcadas ya genéticamente en su básico intelecto, y explican clara y básicamente el funcionamiento intelectual de la casta crédula.
Generación tras generación a lo largo de los siglos, la obediencia de esta raza se ha hecho más fanática y obediente a sus amos y mesías. Se puede afirmar que la raza crédula ha perdido su primigenia humanidad. Las próximas generaciones carecerán de las básicas características humanas como, la capacidad de esfuerzo, la determinación, la independencia y el coraje. Lo que nacerá en las próximas generaciones, será una cosa híbrida de mamífero vacuno.
El auténtico ser humano, se extinguirá. Es muy difícil que un ser humano libre y pensante se decida a estropear su propio linaje con otra especie menor.
Este es el tan cacareado fin de la humanidad propia y puramente dicha.
No han sido precisas grandes catástrofes nucleares o naturales. La raza crédula ha ido extinguiendo al ser humano hasta llegar a nuestros días, en los que quedan tan pocos seres humanos libres, que la estirpe primera es irrecuperable ya.
No me gusta nada; pero alguien debía decirlo, describirlo y escribirlo; antes de que no quede nadie inteligente y esa raza crédula y sus sacerdotes que la azotan, corrompan la historia y la hagan mierda relegando al olvido al ser humano real y verdadero.

Una anécdota ilustrativa:
En marzo del 2020, con la epidemia de coronavirus o covid; algunos países decidieron emular la paranoica, genocida y delictiva dictadura de China: España, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Austria… Decidieron instaurar una férrea dictadura que conllevaba además, una libre actividad de corrupción y enriquecimiento fácil y rápido de la clase política. Y así adueñándose de la prensa y todo aparato de comunicación para instaurar su estado del terror, impusieron las más severas medidas de estrangulación, acoso y prisión contra la población y segregación racial (por su metodología). España fue la más dañina por su segregación, prisión y respiración, puesto que fue el único país occidental que obligaba a calzar el bozal en el hocico (mascarilla) a cielo abierto. Prácticamente el estado español, prohibía respirar.
Hace unos meses atrás viajó a España la Merkel, la presidenta alemana.
Le preguntó al Sánchez (presidente o caudillo español):
– ¿Cómo es que tanta gente lleva mascarilla (bozal) por la calle, en espacios abiertos? –le preguntó fascinada al caudillo español- ¿Aún es obligatoria?
– No, ya no es obligatoria; pero el pueblo español está muy concienciado de la prevención y profilaxis por la covid –respondió el caudillo con orgullo, obviando la cobardía y el pánico de un pueblo sumiso y sometido a una dictadura brutal.
La pregunta de la alemana, por si sola, ilustra el nivel de paranoia fascista de unos cuantos países como España y su pasmosa facilidad para retirar el decorado de una democracia, y volver de nuevo a principios del siglo pasado a la menor oportunidad.

Iconoclasta

El neonazismo actual ha surgido de una casta de azarosos políticos arribistas, hijos de viejos políticos y ricos burgueses que han abrazado la homosexualidad a través de generaciones decadentes usando la endogamia para mantener la riqueza en un reducido y selecto círculo. Y su arma más potente para instaurar el terror es la sanidad o veterinaria. Enfocadas al control de las masas por medio del simple y previsible método de enfermar y curar. En multitud de casos ni siquiera enferman, la hipocondría es una clase de cobardía ampliamente extendida en el ser humano, una característica congénita.
El fin de este fascismo homosexual sanitario: obtener la riqueza a través de la explotación masiva de la población, contenida y reprimida su economía, libertad y cultura con continuas crisis de todo tipo: sanitario, económico, bélico, climático, etc… La riqueza se extrae del obrero por medio del impuesto usurero y asfixiante por las más diversas trampas o estafas. El dinero robado va a parar directamente a las cuentas bancarias de los jerarcas y burócratas homosexuales sanitarios. Que en definitiva, suelen ser los amos de los bancos.
Los líderes de las antiguas “democracias” convertidas desde marzo del 2020 a nivel mundial en dictaduras homosexuales sanitarias, con maneras de un predicador o sacerdote; ofrecen a la población salvación a cambio de su sacrificio monetario.
Si no se había llevado a cabo semejante fascismo hasta ahora, ha sido porque no existían los medios tecnológicos adecuados para realizar con velocidad electrónica la maniobra masiva de infantilización, terror y religiosidad política sobre la chusma votante o plebe.
Este fascismo homosexual sanitario se lleva a cabo por medio de:

Emasculación de la clase baja o trabajadora: inhibición psicológica del deseo sexual entre macho y hembra a favor del homosexualismo. Las hembras no deben ser atractivas para evitar encender o excitar sexualmente a los machos. El estado decreta que sean agresivas o gordas y con poco atractivo. Se trata de un básico y experimentado control veterinario ganadero para la selección de los individuos (machos o hembras) aptos para reproducirse en la nueva sociedad del fascismo homosexual sanitario.
Los machos no homosexuales deben ser castrados, porque de una forma genética e instintiva todo macho en el planeta desarrolla un instinto territorial, íntimamente ligado con el reproductor. Es básica la humillación de su esencia humana y erradicación psicológica y física del instinto. Predicar que el macho es asesino y violador en potencia, es uno de los dogmas más incrustados en las mentes de los niños en las escuelas, hasta conseguir que sientan vergüenza y remordimientos de poseer genitales masculinos.
Con la homosexualidad así, inhiben la violencia y el instinto de defensa de los seres humanos, al menos en una gran cantidad de individuos. Y es que en la capacidad de defensa y ofensa de los machos en la naturaleza y su naturaleza, está el máximo obstáculo para la imposición de los dogmas y leyes del fascismo homosexual sanitario.

Educación sectaria: “¿Y por qué no ser marica?”. Lo que el dogma esconde es fácil de entender por lo comentado anteriormente: el instinto territorial del macho es el problema. Si se destruye la base humana genética instintiva (castración psicológica y química), se consigue una raza de cabestros sumisos, obedientes y fanáticos del estado y sus jerarcas homosexuales.
“Si el Caudillo es marica, no hay nada de malo en que vosotros os esforcéis en serlo también.”.
“La libertad es enfermedad” y además, crea machos agresivos que van contra las bendiciones que el estado fascista homosexual sanitario prodiga a su masa votante.
“Si sientes miedo, quédate en casa. Demuestra tu cobardía y no pretendas discutir. Hay policías de sobra para desparramar tu cerebro negligente en la sucia acera de cualquier ciudad.”.
Los audiolibros explotan como una fiesta de la incultura: inhiben la capacidad lectora y la analítica. Las próximas generaciones solo sabrán escuchar y olvidarán la lectura y la escritura. Y por tanto, la capacidad de síntesis. Es un oscurantismo tan evidente que es increíble que nadie lo vea. Y solo se puede explicar con la ignorancia que existe en el tejido social de los estados fascistas homosexuales sanitarios. El audiolibro asfixia el propio pensamiento al ser invadido por la voz que instruye constantemente sin dar tiempo a la reflexión.
Las palabras se las lleva el viento si no están escritas. Es básica la destrucción de anales y datos mediante palabrería y sofismas constantes. Una mentira entierra a otra mentira y a otra y a otra. La memoria histórica impuesta es una variable sin memoria, solo un dato a corregir cuando es preciso mediante los ordenadores del estado.

El cambio climático: “Los veranos son calurosos”. Es un decreto del estado fascista homosexual sanitario. Nunca antes se había decretado semejante ley tan infantil y al tiempo tan venenosamente dogmática. Es indispensable para llevar a la ruina económica, física y psicológica a las obreras y zánganos de la colmena.

Dieta estricta: para evitar elevados niveles de hormonas en machos y hembras que desencadenen el deseo sexual. Esto explica el alto precio de los productos alimenticios. Dejar al borde del hambre a la población, la llevará a aceptar gustosos a comer excrementos a falta de otra cosa.
Dietas bajas en azúcares para evitar el correcto alimento del cerebro (como ocurre con el veto económico al marisco) y un exceso de energía en los individuos. Alimentos bajos en proteínas para evitar el desarrollo muscular. La alcoholización y narcosis de la población para mantenerla alejada de la realidad de su fin único: ofrecer a las gordas reinas de la colmena su dinero y esfuerzo. Las dietas reducirán la libido de la población para un fácil y efectivo control demográfico de la clase trabajadora pobre u obrera.
Los niños gordos serán separados de sus progenitores y tratados por el estado fascista homosexual sanitario en internados dotados con nutricionistas e ideólogos para su cura o reacondicionamiento.

Prohibiciones de idiomas: según zona geográfica, según el folclore propio de cada taifa, región o autonomía para evitar que las obreras y zánganos comparen su nivel de pobreza con otras colonias o colmenas. Es necesario mantener a las colmenas privilegiadas aisladas de las esclavizadas en mayor grado. Evitará altercados molestos al estado homosexual sanitario.
En definitiva: un idioma único para los dogmas institucionales fascistas homosexuales y sanitarios, y el idioma del caciquismo nazi autonómico para la relación interpersonal.

Crisis climática o polución: erradicar del imaginario del pueblo el deseo de disponer de automóvil. Que llegue a ser algo que solo pueda mantener el estado y sus jerarcas nazis maricas. Una vez extirpada la ambición o deseo de disponer del tradicional coche que indica estatus social, la casa de propiedad será un capricho también y el estado decretará qué casas y cuantos metros cuadrados precisa cada unidad familiar.
El dinero que invierte la clase baja trabajadora en vivienda y coche, estará destinado a enriquecer a las gordas reinas nazis de las colmenas. Sin inquietudes de libertad, intelectuales o artísticas, el ser humano pasa a nivel de insecto, los hay reinas y luego los obreros.

La constante comunicación dogmática estado-cabestro: será suficiente alimento intelectual para la clase baja obrera. La pantalla del teléfono móvil es la pantalla parlante y vigilante de las viejas películas de ciencia ficción distópicas.

Biología y psicología: Que un individuo respire de forma natural, es anatema en el fascismo homosexual sanitario. Respira porque el estado así se lo indica. “Respira, para vivir has de respirar”. “Si hace calor, bebe agua fresca”. “Si hace frío, abrígate”. “No te esfuerces, no queremos individuos fuertes, ya está la policía para eso”. Son los repetidos dogmas fascistas que el individuo asume como un decreto del estado que le salva la vida. Ha llegado a tal punto la degeneración de las sociedades occidentales, que son incapaces de respirar por sí mismas. El dogma de su amo, el estado fascista homosexual sanitario, es lo último que recuerdan. Es la memoria de los peces en los mamíferos.
Aterrar a la población: el estado penitenciario fascista homosexual sanitario lo consigue mediante lo que llaman “días difíciles”, que profetiza un caudillo, ministro o sacerdote. A la población se la sume en el terror a morir con cualquier tipo de enfermedad, con una crisis que la arruinará y la abocará al hambre o con una guerra contra un tirano que no existe. El Estado homosexual sanitario, creará los medios necesarios para inhibir la segregación o producción de hormonas como la adrenalina, que pone en guardia al ser humano ante una situación de peligro o amenaza. Así pues, si la población encarcelada y privada de libertad a cambio de un espejismo de escapar de la muerte, recibe la consigna de aplaudir a sus carceleros y acosadores, ésta se siente conmovidamente obligada a ofrecer esa gratitud desde las ventanas de sus cárceles y como en una escuela dibujar cartelitos infantiles rezando que todo irá bien. La adrenalina no es necesaria para dibujar, lloriquear, deprimirse y aplaudir.
Así mientras miles mueren, millones aplauden. Y esos millones agradecen al fascismo penitenciario homosexual sanitario, el hecho de no estar entre los miles de cadáveres.
El estado crea la crisis económica con más días difíciles. Y con una parte de lo robado a la población, reparte cheques y bonos de limosnas, cuya función es mostrar su magnanimidad y gran paternalismo ante una población acobardada y decadente. Limosnas que servirán para incentivar el espíritu de mendicidad y brazos caídos de esa población aterrada y prácticamente castrada sexualmente.
El estado hunde a las clases bajas o trabajadores y luego realiza la escenificación de que los salva del hambre.
Gracias a la falta de azúcar y una alimentación deficiente que disminuye la fuerza y la voluntad, el pueblo acepta las limosnas y ofrece en sacrifico de gratitud el resto del jornal para que los días sean menos calurosos dentro de cincuenta o sesenta años.
De ahí a dejar que sea el estado quien eduque y programe a sus hijos, no hay ni siquiera un paso, solo un “gracias al caudillo marica por el favor que nos hace”.

Y lo verdaderamente agresivo está por llegar: mataderos para evitar la superpoblación. La guerra tiene un problema para el actual fascismo homosexual sanitario; puede destruir sus valiosas propiedades tan tenazmente robadas. El exceso de asexuados obreros debe ser eliminado con métodos respetuosos con las posesiones de las reinas de la colmena, los políticos fascistas homosexuales.

Iconoclasta

Cometer pequeños actos de rebeldía contra el evangelio del medio ambiente como no tirar (también conocido como “depositar” porque “tirar” suena muy duro para los oídos de una sociedad blandita y beata) las baterías en putos de recogida específicos, no hace daño al planeta y calma esa comezón anal que se hace tan irritante al no haber descanso día tras día de las homilías que predican lo urgente que es que te arruines y vendas a tus hijos desnudos por internet, para dar todo el dinero que puedas al estado y que salve el clima del planeta.
Pequeñas rebeldías inocuas que no molestan a nadie y sin embargo, te hacen sentir más humano y menos res de pastoreo y luego matadero. Pequeñas rebeldías que restauran tu nivel de dignidad; algo muy importante, tal vez lo más importante en el cómputo de satisfacciones que te pueda dar la vida.
Hay que cuidar la dignidad propia.
Los jerarcas y burócratas que gobiernan usan aviones para ir de putas o a la playa. ¿Qué son un par de pilas AAA y cuatro alcalinas AA tiradas en la papelera o la bolsa de la basura, comparadas con las toneladas de combustible que queman miles de aviones cada día en viajes oficiales de miles de burócratas y jerarcas, militares y turistas dejando esas preciosas estelas que duran densas en el cielo, incluso horas?
Por no hablar de los residuos químicos y nucleares, medidos en metros cúbicos de los que se despreocupan con una autorización aburrida sin sentirse especialmente delincuentes de nada?
No pierdas ni malgastes energía caminando hacia un punto de recogida, hace calor y te puede dar un golpe. Y por otra parte suelen estar lejos y te miran mal si entras y no compras. Tíralas allá donde te sea más cómodo. No pierdas un tiempo de vida que es más valioso que la de quienes forman el estado, el gobierno. Tú vivirás poco y mal y ellos mucho y exquisitamente, sin tener que bajar del avión con las pilas en el bolsillo para dejarlas en un punto de recogida. Por ello, porque tu vida es escasa, como ocurre con las cosas pocas, es también muy valiosa.
Y dejémonos de monsergas, tu vida es la más valiosa del mundo porque sencillamente es tuya, qué cojones.
No la gastes en gestiones de basuras, que además ya pagas por ellas con impuestos que son auténticos delitos de usura y extorsión. Impuestos que te roban el esfuerzo y la salud.
Que recojan mierda ellos con la boca si tanto les gusta, los jerarcas y burócratas.
Son ellos quienes lo estropean y ensucian todo, incluso tu vida.
Te creen imbécil, es inevitable; pero no te lo creas tú ni actúes como tal, pringao.
Y además, sabes muy bien que millones de obedientes y buenos ciudadanos, orgullosos y fervorosos creyentes de ese evangelio que los hace mortificados pecadores y culpables del cambio climático, se dedican a clasificar sus inmundicias laboriosamente y casi con primor se dirigen con sus mini bolsitas a los distintos contenedores de basura, jugando a hacer parejas con colores, o bien pareciera que archivan documentos importantes que depositan con cuidado.
Ergo el planeta está a salvo porque otros con fervor religioso, lo cuidan. Tómate un descanso con las putas pilas.
No emplees un tiempo de la poca y valiosa vida que tienes mientras el estado lo usa en meterse largas rayas y limpiarse por frotamiento los piños con los restos de farlopa.

(Como poseo un estilo literario fastuoso, fascinante, sabio, sarcástico, cómico, trágico, académico y realista que podría llevar a pensar que narro hechos reales o bien apologizo sobre cosas feas, he de decir que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia y no puedo parar de reír por una alergia casual que volaba por aquí.
Iconoclasta, el hombre definitivo)

Iconoclasta

Es un error creer, asumir y acatar lo que está escrito con certificado de antigüedad. Con la excusa del atavismo.
Si ello ocurre (el acto de fe) el acatamiento se debe a que la conciencia social ha degenerado y caído a la altura de los insectos coloniales. Donde el pensamiento único no es más que la orden de una gorda reina que lanza pequeñas descargas eléctricas a las estúpidas obreras. No existe así, humanidad, no hay rastro de ella.
Cuanto más antiguas son las leyes y mandamientos, más dirigidas están a explotar y castigar al esclavo. Fueron creadas para proteger y enriquecer a los amos.
Actualmente al esclavo se le conoce como obrero o trabajador; y el amo es el político, el sacerdote, el juez, el militar y el millonario.
Las leyes no cambian y si cambian es a peor, porque a medida que pasa el tiempo se suman más clases a la categoría de amo.
Con el neonazismo surgido con la pandemia de coronavirus y su catecismo de conversión de la colectividad humana a colmena de conciencia insectil, estéril y dócil; todo decreto, ley o “prudencia”, adquiere carácter de precepto religioso, acatado como acto de fe entre los esclavos de esta fracasada y muerta sociedad del conformismo cómodo y el consumismo paranoico e irracional.
Cuando la cobardía y la abulia se convierten en virtud, la violencia y su selección es necesidad biológica.
O un meteorito provoca una extinción rápida que elimine una plaga (la especie humana degenerada) o que las armas no cesen hasta que mueran los necesarios.
Son cosas que se piensan de una forma natural cuando gozas de la sabiduría adquirida con la experiencia de malvivir en una degenerada sociedad sin valores y dependiente de los amos y sus medios.

Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

Es muy peligroso para la especie humana el nivel de decadencia alcanzado por las sociedades consumistas o urbanas.
En las ciudades se ha desarrollado una especie humana producto de la endogamia, castrada de las básicas características humanas.
No es lo mismo ser un humano puro que el nacido o criado en una granja humana, estabulario o ciudad. La raza humana de ciudad es una especie de mucho menor valor que la libre.
Solo unos pocos intelectuales y unas pocas rarezas que nacen sorpresivamente a pesar del cuidado de los criadores de cerdos o políticos; no conseguirán ya devolver a la especie humana su pureza, o propiamente dicho, su condición humana.
De la misma forma que se han creado líneas genéticas de ganado vacuno manso, las mismas líneas sanguíneas mansas, obedientes, infantiloides e indolentes se han recreado entre el ganado humano de las ciudades.
Y lo peor es que internet, televisión y telefonía móvil, contaminan incluso los pequeños pueblos con su alcance, con la misma degeneración genética.

Iconoclasta

Los fascistas del coronavirus y sus consejos domésticos… Qué vergüenza y poca clase tienen con su oratoria de puritanos para niños de tres años.
Una vez demostrados los buenos resultados de obediencia, mansedumbre y fe de la población en sus líderes y gobiernos neonazis occidentales y europeos particularmente, que han gestionado la epidemia de coronavirus; prosigue el saqueo a la economía de la clase pobre o trabajadora (en España prácticamente, parias).
Tal y como está ocurriendo aún con el coronavirus, el neonazismo con una buena experiencia acumulada y con la prensa totalmente prostituida a sus decretos, ha censurado toda noticia (sobre todo real e importante) que no haya sido inventada o decretada por él, por cualquiera de los líderes de las ya muertas democracias europeas y occidentales en general. Con la censura y el oscurantismo, preservan la decadente fe y mansedumbre de sus aniñadas poblaciones vacunadas en sus designios, decretos y futuras vacunas u ortopedias de control.
Con la misma exitosa táctica invasiva de lavado cerebral de los mansos y vacunados, el neonazismo del coronavirus inunda con imágenes de los refugiados ucranianos de la guerra y mensajes de piedad, las pantallas móviles o de salón de sus ciudadanos; para que tomen nota de lo que ocurre cuando los pequeños no obedecen a sus mayores y profesores. También adoctrinan sobre la caridad a países pobres como España para que el poco trabajo que tienen sus habitantes se lo cedan a los refugiados, ya que al igual que vacunarse, arruinarse por un ucraniano/a/ito/ita es un acto de bondad (según el Papa decretó).
Y con el alto burócrata y jerarca neonazi aconsejando (ahora por las buenas) lo que cada uno tiene que hacer en su casa, el 2º Acto de la Estafa y Golpe de Estado Neonazi a los Derechos Biológicos, va viento en popa.
No sé con cual de las tres posibilidades imaginadas, seguirá el 3er Acto de la Estafa; pero es seguro que acabará con mucha más violencia y muertes en las calles de Europa de las que por ahora se pueden ver en Ucrania.
Si no es por las armas, los decadentes habitantes occidentales morirán por hambre y enfermedad en cantidades industriales. Y serán muertes y miseria impuesta por otras naciones invasoras.
El Neonazismo Occidental del Coronavirus ha demostrado a Oriente que gobierna sociedades decadentes, de gran mansedumbre y cobardía; habitantes absolutamente dependientes de los dictados de sus caudillos; y por tanto, son naciones que se pueden invadir, saquear y ocupar con mucha facilidad. Solo necesitan como está ocurriendo ahora, que corran las imágenes de la violencia y penurias que pueden provocar los fascismos orientales, para que los occidentales agachen su cabeza alimentándose con trocitos de mierda.

Iconoclasta