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Que ya no fuera necesaria la fe, ni imaginarlo como ahora, con la imagen que cada uno cree que tiene.
Que existiera con rostro y cuerpo, grande o pequeño; pero táctil, opaco.
Lo que existe no tiene magia ni misterio.
¿Es que nadie lo entiende? Tener a ese Dios sería como ver siempre, durante toda la vida al mismo jerarca. Sus superpoderes e impunidad provocarían el odio hacia él.
El miedo y siempre el mismo rostro, como un castigo durante toda la vida llevaría al hastío.
La gracia de Dios está en su inexistencia inofensiva, protectora y bonachona de quienes le rezan por sus penas y banalidades.
Crédulos…
Es aterrador el infantilismo mezquino de la masa humana.
Si Dios existiera te haría daño, te arruinaría, te asesinaría por tus errores que son pecados en su ley.
Solo una vez mueras, se apiadaría de ti.
Sus cochinos volubles designios…
Devoraría a tus hijos para poner a prueba tu obediencia a sus órdenes, decretos, mandamientos.
La existencia de Dios sería la absoluta humillación y esclavitud de la especie humana.
Un rostro vulgar, una hipócrita y venenosa voz, una mirada malvada.
Ver todo eso todos los días, sin poder escapar de él…
Desearías asesinarlo antes de morir.
Su existencia sería el infierno, con millones de miserables adorándolo.
Algo tan sucio y grotesco como el cerdo que se folla a la puta en las películas enfermas.
Así de obsceno sería ese Dios y sus creyentes.
Un tirano inmortal que pasaría de padres a hijos, a nietos, a bisnietos…
¡Qué desesperanza de vida!
El Dios que te hundiría la cabeza en mierda porque tu vecino reza más.
¡Hijo de puta!
Imagina a Dios palpable, audible y visible destruyendo tu vida ocupándola en cada segundo con su mierdosa omnipresencia, hurgando en tu pensamiento. Destruyendo a los que amas por sus humores inescrutables, paranoicos y depravados. Favoreciendo a los indeseables, ignorantes, ruines y cobardes, colocándolos en el poder terrenal político.
Desearías no nacer en semejante mundo.
E imagina que naces, que ya estás en él.
La tristeza y la grisentería en tu piel como un aceite ácido que te deshace día a día lentamente, sin cura.

Iconoclasta

El engaño es una constante en la vida cotidiana y la más eficaz arma de supervivencia en sociedad.
El arma más instintiva y pura con la que está dotada la especie humana. Es tan natural y está tan arraigado el engaño en el genoma humano, que por mucho que luchen los progenitores y educadores por lavar el cerebro o adoctrinar a las crías humanas con el concepto de “verdad” o “sinceridad”, fracasan estrepitosamente.
Claro que los progenitores y educadores, son mentirosos profesionales, eso de: “haz lo que yo digo y no lo que hago”, es una táctica cuanto menos, ingenua e infantil. Porque las crías se hacen adultas con todo su bagaje genético en erupción y es imparable el desarrollo de sus armas de supervivencia.
Si quieres tener dinero para comer, en el mundo laboral e incluso en el social, debes callar lo que piensas y decir exactamente lo que quieren oír.
Luego, cuando tengas oportunidad y seguridad de impunidad, harás lo que debas y te beneficie. Siempre y cuando no te hayan emborrachado para convertirte el lunes, en una res obediente y desprotegida, sin capacidad de engañar con inteligencia y premeditación.
La única verdad es lo que piensas, es tu biblia (ya sé que pensar no es popular en gran parte del ganado humano). Lo que te dictan padres y estado es un engaño cuyo origen está en la ignorancia, en la perversidad (pura maldad para joderte e imponerse ellos a ti); o lo más probable: en la envidia, para que nunca seas más que ellos o ganes más dinero (sean padres, amigos o políticos de mierda).
En definitiva, es la mentira la que nos hace libres, o al menos, silenciar herméticamente nuestra verdad.
Dicen que el movimiento se demuestra andando: observa a cualquier ser humano, sobre todo si es de raza política o adinerada y verás como arrastra tras de sí, como una sombra más, una hipocresía como un excremento seco.

Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

Hay gente que se esfuerza en entender y buscar la razón que explique tanta banalidad y engaño político y económico con argumentos apoyados en la fe de que la sociedad es capaz de encontrar algo de justicia entre las leyes creadas para defender el dinero y el poder; y así defender libertad y dignidad. Creen sinceramente convencidos por una lógica y una ética que no existen, que las cosas pueden cambiar; repararse más concretamente de forma pacífica, negociando o pactando.

Es mentira, es una ingenuidad creer algo así.

Y así transcurre todo inamovible, con las mismas esperanzas y frustraciones durante milenios.

No pueden asumir, debido a un pensamiento condicionado e integrado en la sociedad, que los más altos valores que rigen toda sociedad basada en poder y obediencia (de hecho, no existe otro tipo de sociedad), es la envidia, la ambición y la represión.

Cuando toda esa mezquindad se quiere explicar o excusar mediante leyes, política y moral; se otorga impunidad a los grandes estafadores electos, a los tiranos y a los ministros religiosos.

Si un estafador es tratado como político es impunidad.

Solo saliendo de ese círculo vicioso (como ocurrió durante un breve tiempo con la Revolución Francesa, una excepción que rara vez se da en la historia), se puede identificar correcta y realmente a los políticos y su ambición desmedida de poder y dinero. Al reconocerlos como criminales, la conciencia propia se relaja y el pensamiento se hace más grande y potente una vez liberado del yugo de la presión social que excusa lo inexcusable por medio de esperanzas y argumentos que se esconden tras un grueso pellejo de estafa, cobardía, ignorancia e indolencia.

Saber que todo permanecerá igual que los milenios pasados o peor, otorga de por sí al pensador una visión clara, la herramienta necesaria para su liberación intelectual con la que a su vez, podrá asumir y entender que política, economía y religión son un conjunto de degeneraciones que más tienen que ver con la ganadería que con la humanidad.

Saber y entender que el poder de las actuales pseudodemocracias ahoga y asfixia, que no hay protección alguna a pesar de lo que te roban y pagas, es un acto de madurez contra tanta estafa, tiranía e hipocresía.

No dar crédito a los grandes estafadores de la política, la economía y la religión, es dignidad.

Por la evolución de millones de generaciones castradas mentalmente a lo largo de la historia, el instinto de defensa y supervivencia se ha fulminado definitivamente en la especie humana. Y esperan encerrados en sus establos produciendo la miel y leche necesarias para alimentar el poder político, religioso y económico; esperan con fe ciega que sus ministros y sacerdotes los guíen y los salven del hambre y la enfermedad.

Lo que en un tiempo lejanísimo se arreglaba por la fuerza y evitaba así la proliferación de cobardía, ambición y envidia, ahora se eterniza con sesudas discusiones y explicaciones de erróneas y amañadas comprensiones nacidas de la decadencia actual con votos, aplausos, fanatismos y militancias.

Y así, el poder actúa cada vez con más impunidad y virulencia, con el beneplácito de sus ingenuos votantes frustrados que, prefieren engañarse a sí mismos a realizar el esfuerzo de la correcta y digna defensa; pero sobre todo, si reconocen la degeneración de la sociedad en la que viven, deberían reconocer la suya propia y su cobardía; cosa que no les complacería si tuvieran la suficiente intelectualidad y cultura para concluir que gozan de semejantes “virtudes”.

Un solo tarado estafador, alimenta y da esperanza a millones de seres, sin que haga ninguna de las dos cosas. Desde siempre ha sido así.

Es una sociedad ciega que ocupa todo el planeta. Y no sé ya si su cobardía se debe a esa ceguera, o la cobardía le infectó los ojos. A efectos prácticos poco importa el origen o causa de ambas cualidades.

A efectos filosóficos, como ocurre desde tiempos inmemoriales, se han convertido la ceguera y la cobardía, el gobierno y la estafa; en un misterio indescifrable para ocultar la indignidad de que millones de seres humanos sean pastoreados por un sujeto de pocas luces y mucha suerte.

A un parásito, el gobernante; se une otro en simbiosis, el filósofo que los disculpa con sus meta estupideces (los filósofos, al final acaban creando leyes, tradiciones y culturas adecuadas para el rebaño). Al fin y al cabo, el filósofo, como animal nacido en granja, se avergüenza de sí mismo excusando al poder y por tanto su dignidad al vestir de complejos pensamientos su propia cobardía, inoperancia e indolencia.

Amén.

Iconoclasta

No me puedo quejar, he hecho cosas por las que no he pagado y follado a quien amaba.
He salvado la vida en muchas ocasiones y ganado el suficiente dinero para satisfacer mi vanidad.
He sido esclavo; pero jamás he respetado al amo y lo he engañado.
Y cuando era obligatorio rezar, de pequeño movía los labios sin pronunciar, sin creer. Masticaba aquella hostia insípida y blasfemaba como los mayores con mis primeros cigarros a escondidas.
Me fascinó la pornografía y luego me aburrió, como los videojuegos y las grandes obras de la literatura universal que son afines a la ideología que ha hecho de la sociedad en la que habito, un vertedero de gente sin cerebro y serviles hasta la vergüenza ajena.
Y ahora que he hecho todo lo bueno y malo que me ha sido posible, soy un hombre incrédulo con una imaginación desbordada.
Un hombre que no se niega ningún placer, porque de morir no me libro y no hay premios allá donde no hay nada.
Un hombre que odia este tiempo y lugar en el que ha vivido y se siente ufano de ser feroz e impío de pensamiento y letras con los rebaños de humanos que le rodean y roban el aire y el espacio.
Un hombre con un hijo que sabe despreciar (como su padre lo educó) toda ley y toda tradición que son los grandes cepos de la libertad, la imaginación y el saber. Y sin embargo, sobrevive y consigue lo que pretende en este muladar que nos encontramos al nacer.
Soy un hombre que sabe más que dios y si pudiera, mortal como un césar loco. No me puedo quejar.
Soy un hombre fuera de lugar y tiempo. No ha sido accidental, ha sido mi voluntad, mis cojones. No me puedo quejar.
Soy un hombre que ha dejado miles de pensamientos plasmados en tres dimensiones, táctiles y legibles en el planeta; y nadie ha podido evitarlo. No me puedo quejar.
No ha sido duro ser hombre, ha sido fascinante poder mantenerme libre y al margen de la moral de una sociedad podrida y abyecta.
Algún idiota sin cerebro y con toda probabilidad, algún miembro destacado de esta sociedad dijo: no hay mal que cien años dure.
Y una mierda, el mal es eterno como un cáncer que no acaba de comerse nunca al enfermo hasta denigrar su cuerpo y su dignidad; son las reses humanas las que mueren en y con el mal.
El mal (la sociedad grupal y tribal, la que usurpa y degrada la creación del individuo) es eterno y permanecerá cuando yo muera. No me puedo quejar.
Que se jodan los que queden vivos.

Iconoclasta

Hay tal cantidad de ignorancia, ergo desinformación, que los periódicos de media y gran tirada se permiten escribir editoriales doctrinales sin pudor alguno, como las hojas parroquiales de los domingos.
En definitiva predican como en internet lo hace la chusma, ganan lectores y prestigio para tener influencia y vender sus servicios al poder.
Tan paternalistas y moralistas como el mejor de los panfletos falangistas o comunistas de antaño.
Es pura literatura barata evangélica con sus “creemos que” “legislación bienvenida” “dificultar acceso a los jóvenes” …
Predican de una forma retórica y sibilina dando la bendición a un ministerio (como el periódico La Vanguardia, por ejemplo) que la educación de los hijos la debe proporcionar el estado. Y el estado cuidará de su salud y les instruirá en ella. Igual con sus hábitos de comida, bebida, sobre los peligros de fumar y los beneficios de beber alcohol.
Porque continúan callando, los muy putas periodistas, médicos prostituidos y otros funcionarios inquisitoriales; que los crímenes de toda calaña, los accidentes mortales laborales y de tráfico, el hundimiento afectivo de las familias, la ruina de la economía doméstica y la salud son la consecuencia del alcohol, no del tabaco.
Esconden los muy putas periodistas las grandes concentraciones de estudiantes borrachos y las grandes manadas de obreros ebrios y narcotizados semanalmente en las salas de fiesta y baile de cualquier puta capital del mundo. Y es socialmente aceptado que el fin de semana existe para emborracharse, aunque se maten durante el proceso (cosa que me da algo de esperanza, sinceramente y con alivio lo escribo).
Es mejor un borrego narcotizado como sea, que fumando y recapacitando durante un descanso en la esclava jornada laboral. Y por supuesto es mejor que aspire toda la mierda de un disco abrasivo, que el humo de un cigarrillo.
¿De verdad los idiotas lo son tanto para no ver lo obvio de la manipulación? ¿De verdad creen en la prensa y en su “Creemos que”?
La prensa evangelista calla lo obvio y lo molesto para que el poder le acaricie la cabeza.
Seguramente estarán deseando que el estado eduque a los “jóvenes” como obreros, como especialistas, técnicos o catedráticos según un análisis genético; pero sobre todo por la influencia y dinero que las familias puedan tener en el gobierno materno-paternal que cuida (intentan) de todos nosotros de mierda.
Estos periódicos, sueñan con constituirse en los privilegiados portavoces (una especie de BOE franquista o como el Pravda de la Unión Soviética exterminadora) de un nuevo falangismo o comunismo disfrazados de un Gran Hermano con falso pelaje democrático.
Tolerante y exquisitamente educado hasta la náusea.
No es de extrañar que las secciones de cartas de los lectores, sean un catálogo de mediocridad y pedantería donde los afines al régimen del paternalismo y la coba a los gobiernos y sus políticos, escriben de su amor por esta sociedad, su integración y lo muy muy muy respetuosos que son. Aburren hasta la médula de los huesos.
A mi hijo, ni el estado y mucho menos un periódico con ansias de ser el evangelio de la moralidad le ha enseñado nada.
Yo lo he instruido y educado sobre la vida, le he facilitado acceso a conocimientos y no ha doctrinas castradoras. Lo he educado alejándolo de toda esa falacia de trabajo en equipo y la ferviente fe en las instituciones corruptas y tiranas.
Y desgraciadamente no fuma porque no quiere, muchas veces le he invitado a hacerlo.
Afortunadamente, tampoco bebe.

Iconoclasta

Eso del indulto para algunos funcionarios y cargos políticos presos es una idea que solo se les ocurre a otros políticos por puro corporativismo. Es decir, cuando se descubran sus delitos y negligencias quieren tener asegurado también su indulto.
Idéntico al corporativismo de los médicos que respaldan y apoyan a sus colegas negligentes y homicidas.
Esta piara de políticos que se revuelca en el fresquito barro que ellos mismos producen, no han considerado jamás indultar al trabajador que le han embargado su casa y sus bienes por una mala y corrupta gestión o administración gubernamental. Y esos mismos negligentes y corruptos que provocaron la ruina de muchos trabajadores, siguen ocupando puestos de relevancia o cobrando una inmerecida pensión por un puto trabajo que hacen e hicieron mal.
Y hay mucha gente inocente en las prisiones que no son políticos, subnormales.
Y como una florecilla en una montaña de estiércol, aparece el anodino Zapatero diciendo su gilipollada para hacerse visible de entre su propia mediocridad.
La democracia española ha inaugurado una nueva corriente política: la corrupción del buen rollo sanitario y sus bienaventurados.
Joder, al menos en México algunos casos de corrupción se resuelven de forma efectiva, con balas.
Aquí los corruptos se aplauden unos a otros y se llaman entre sí continuamente al diálogo de mierda. Sin dar un palo al agua.
El calor no solo hace a los políticos más corruptos, los hace descaradamente imbéciles y previsibles.
Gordos nerones comiendo uva y tocando la lira viéndose a sí mismos en los telediarios, soltando su mierda de declaraciones mentirosas hasta el vómito.
Y por supuesto la chusma ciudadana carece de capacidad para recordar (seamos claros, para leer y entender algo), cosa que es campo abonado para la corrupción y la subnormalidad institucional.

Iconoclasta

No soporto a ningún político sea de la secta que sea, aunque al final todos son fariseos.
No importa si están libres, encarcelados, torturados o ejecutados. Los odio de una forma vehemente, con saña.
En este momento no podría mencionar un político muerto; me es indiferente la muerte de cualquier individuo de esta especie. Sinceramente, cuando uno muere si me lleva a algo es al optimismo: uno menos.
No me voy a arrodillar para hacerle una mamada al hijoputa que me ha jodido toda la vida, al que me ha querido hundir aún más cuando he estado mal y al que piensa dañarme y robarme próximamente.
Mira, el mejor político es el muerto, porque se escriben numerosas hagiografías de él (mentiras glorificantes, literatura para subnormales) y así pasa a ser una especie de santo o mártir en el imaginario de la chusma.
Un político que sufre o muere, jamás compensará el daño y el robo cometidos desde que nací (porque me importa el rabo de la vaca lo que ocurrió antes de mi existencia).
Han intentado acabar conmigo desde que nací (políticos y sus instrumentos de poder): exijo que mueran a cientos, incluso su descendencia.
El político va contra mi libertad, mi trabajo e insulta de una forma continua mi inteligencia: que muera será motivo para que yo pueda aspirar una bocanada de aire más sano.
Pero la verdad es que cuando uno muere, me importa tan poco que ni siquiera me acuerdo de sonreír.
La peña que se manifiesta por ellos y los aprecia, padece de ese taedium vitae tan propio de los indolentes de la clase alta de la Roma clásica. El rebaño bosteza y se asusta al ritmo de sus amos, los políticos.
El político se merece la muerte como pago al mal que me ha hecho, la libertad robada y la humillación de haber nacido en el repugnante momento y lugar que han creado y perpetúan.
Si Kennedy (el que se follaba a la Marilyn Monroe) hubiera sido asesinado en este tiempo, con toda la mediática comunicación y redes sociales que hoy existen, hubiera escrito: “Joder… ¿Por qué coño no mataron antes de nacer al putañero? Me duele la cabeza, callad ya hijos de puta”.
¿Políticos muertos? Sí gracias.
Es un sueño (no puede hacer daño) y un buen, justo y honrado lema.
Los hay que aman y los hay como yo: odiadores profesionales.
¿Verdad que es hermosa esta diversidad social de mierda?
Si yo tengo que tragar, que traguen otros también. La democracia es muy puta.
Mierda para dios y para ellos (políticos).

Iconoclasta

Es algo sexual, se me pone dura con solo imaginarlo.
Políticos y jerarcas en la cárcel…
Y sus becerros seguidores llorando a lágrima viva por su encierro…
No jodas. Hay cosas que vale la pena vivirlas y no leerlas en libros de historia.
Los sectarios, fans, simpatizantes y seguidores de cualquier político o personalidad pública son perros que lamen la mano del amo que le apaliza y lo mata de hambre. Perros y militantes no son diferentes, hasta los cojones tienen situados entre las patas. Son parecidísimos.
Se me escapa una risa incontenible, entrecortada y maliciosa cuando veo llorar a los seguidores de los líderes mesiánicos y ladrones (lo son todos). Y pienso que toda esa chusma se merece acabar también en una cárcel o picadora de carne; los serviles solo son esclavos clavados a una pantalla electrónica que emite mensajes pueriles, indignos de adultos.
Deberían desaparecer de la faz de la tierra todos los militantes y seguidores de políticos, jerarcas, mesías y jugadores. Cesar su reproducción que hace de la sociedad un gran vertedero de basura de indignidad y pobreza mental.
El control de mi vida es exhaustivo por parte de la administración, de lo que gano me retienen todos los impuestos innecesarios posibles y cuando hay una multa, nadie me indulta. Me obligan a mirar el culo de otro en largas colas de espera y los precios suben por encima de lo poco que gano.
¿Y voy a llorar porque un político, un jerarca o un deportista se va a la cárcel o incluso muere?
Una mierda. Mi glande se humedece como si estuviera preparado para la penetración del más deseado coño.
Los fanáticos son idiotas por pura definición y están tan inmersos en su propia miseria, que se tratan a sí mismos, como los tratan los putos políticos privilegiados.
No hay un solo ser humano en el planeta más valioso que yo.
No existe ningún líder que pueda mover mis emociones, soy absolutamente impermeable a la retórica y la creencia de la buena voluntad de los buitres.
Nadie aprende una mierda de la historia.
Yo soy el Guardián del Ancestral Rencor.
La confusión de las bestias entre justicia y leyes, no acaban de entenderla. Aunque les reventaran con un martillo sus cráneos, no saldría de ellos un solo gramo de entendimiento y libre albedrío.
Bestias, políticos y mesías; que los jodan o se mueran de una puta vez.
Y cuando meten en la cárcel a un cabrón, lo multan o lo cesan; mi erección se hace, de tan potente, cuasi dolorosa.
Yo soy el Guardián del Ancestral Rencor.
Porque a mi polla baja en torrente la sangre y los deseos de pagarles a todos esos idiotas con la misma moneda que me han estado metiendo por el culo desde el momento que nací. Tengo el suficiente rencor para vivir cien vidas sin comer.
La prensa, en cualquiera de sus formatos es la puta de los gobiernos y el dinero. De hecho, solo los millonarios que reciben lluvias doradas del poder en sus rostros, pueden crear este tipo de empresas: manipulación y ocultación informativa.
La prensa es la encargada de sensibilizar al electorado en una u otra doctrina: la chusma reirá, gritará, llorará o se deprimirá de todas estas formas por la muerte, encarcelación o victoria de un político o cualquier otra figura pública de mierda.
Sin embargo, hay que leer y escuchar la prensa para mantenerse al día de las mentiras y mantener vivo el rencor y el asco.
Hay que recordar que la prensa necesita noticias o inventarlas para seguir vendiendo. Y sobre todo, para mantenerse en la élite de puercos que ostentan el poder y el control.
Si alguien se cree que existe una publicación honesta (como un político, juez o empresario multimillonario), tiene el cerebro podrido de ingenuidad infantil, esto es: retrasado mental. O con menos sesos que una mosca.
Premios nobel de la paz y literatura, premios de grandes editoriales y periodísticos, son solo mamadas entre iguales. Una orgía de hijos de puta.
Yo soy el guardián del ancestral rencor. Y si un día tuviera un botón rojo nuclear al alcance de mis dedos, el juicio ya está hecho. No reflexionaría.
He visto cerdos en un camión de transporte con más valor que muchos humanos de mierda.
En tiempos de mensajes de paz, mierda y tolerancia; yo digo que mentiras e indignidad, con muerte y dolor se pagan.
Siempre se ha infravalorado la violencia por un excesivo celo cobarde.
La única tolerancia que contemplo son los centímetros que varía mi pene del reposo a la erección.
La letra inicial de “poder” en principio era la “j”. La jota de “joputas”.
Buen sexo, pardillos.

 

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Iconoclasta

La perfecta y angelical República de Catalunya

Imaginemos que a Puigdemont no lo meten en el trullo o no se escapa a algún país sin tratado de extradición.

Una vez el Puigdemont sea coronado Rei Puigdemont I de la «República» de Catalunya (conocido en España y el resto de Europa como Lex Luthor, con las variantes: Lex Puigdemont o Carles Luthor), no hace falta más que haber vivido un par de años en este lugar donde hombres, mujeres y niños son uno solo pensando exactamente lo mismo y con los mismos gustos por todo. Donde nadie discute y todos son prácticamente seres celestiales como en las mejores películas Disney. ¿Quién dijo que eso era una utopía?
Como decía, con un par de años de experiencia, si no eres demasiado estúpido, puedes deducir los actos más inmediatos que Puigdemont I y su Gestapo (Ómnium Cultural) cometerán.
1º Traducción obligatoria de nombres y apellidos de todos aquellos catalanes que estén españolizados. Puigdemont I, en una de sus homilías habituales, explicará que será un proceso democrático y conciliador. Tan solo una necesidad logística, puesto que los ordenadores e impresoras «de nuestra (mía) «República» de Catalunya» carecen de tipografía española.
Se dirigirá a la Comunidad Europea y a la prensa internacional, afirmando muy serio él: «No es una medida de represión, es pura concordia». Ya luego, publicará uno de sus beatos y pacíficos tuits.
2º Todos los documentos oficiales (incluidas las escrituras de propiedades y testamentos) deberán corregirse y adaptarse al idioma oficial de la «República» de Catalunya, aunque conlleve un gasto de miles de euros para muchas familias; pero todo el mundo pagará feliz y contento regalándole al cajero un clavel.
3º La Gestapo Catalana (Ómnium Cultural), hará un estudio genealógico de aquellos catalanes que no sean puros.
Como en todas sus homilías, Puigdemont I, insistirá en que es una medida de control pacífica para cuidar de este pueblo catalán que es uno solo.
4º Los que no resulten puros, serán colocados ante dos puertas iguales sin indicación alguna. Tendrán capacidad para elegir por cual salir. Una llevará a España y otra a un horno crematorio.
Puigdemont I, volverá a declarar internacionalmente lo democrático de este método donde los ciudadanos pueden elegir libremente y culminará su enésima homilía de manos cruzadas ante la barriga, con un tuit que muestra la foto de un charnego (español inmigrante o hijo de inmigrantes) disfrazado y en posición de «cagané»(figurita navideña de un pastor catalán defecando) sobre una senyera (bandera catalana). «Hay que evitar estos actos antidemocráticos que atentan contra nuestra pacífica convivencia», dirá dicho tuit.
También explicará que es un montaje, una mentira ese video tuiteado que circula por ahí. Donde dos mossos (policía catalana) en plena calle y ante una coro de catalanes felices y sonrientes cogidos todos ellos de la mano, le están metiendo un ramo de rosas de Sant Jordi por el culo a una vieja que ha dicho «mierda» (español) en lugar de «merda» (catalán) al tropezarse con el escalón de entrada al banco Santander.
«Espanya solo quiere desprestigiarnos; pero no podrá con nosotros que somos uno solo», explicará el beato rey.

Puede que no sea así, puede que llueva mierda, pudiera ser que los cerdos (los de cuatro pezuñas) hablaran, pudiera ser que de haber existido Jesucristo vomitara sangre al morir…
Lo único que me importa es pasarme por el culo las ideologías y a sus pacíficos e iluminados mesías.
Disfruto mi genialidad, sinceramente.

 

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Iconoclasta

 

El moderno oscurantismo

Desde el momento en el que un ignorante aprendió a escribir su ignorancia y ambición enfermiza con tinta en un papel, nació la política.
Y los que veían aquellos símbolos escritos, debían pensar: es magia.
Y se postraron ante los genitales de aquel señor tan listo.
El tiempo perfecciona el engaño hasta convertirlo en dogma, verdad y al final: ley.
Una mentira o una ignorancia pronunciada mil veces, se convierte en ley.
Los códigos penales, la biblia, el corán, la torá… Todos esos libros sagrados eran las herramientas básicas para la propagación del oscurantismo.
Solo que no son llamativos para el actual gusto de la chusma y son lentos transmitiendo su mensaje de dependencia y obediencia ciega.
Ahora se ha conseguido repetir las mentiras mil veces en muy pocos segundos. Es lo que tiene la informática y la tecnología.
Los actuales presidentes, jueces y magistrados son los sucesores de aquellos ociosos y bien acomodados borrachos que sabían escribir su nombre con suficiente legibilidad, creando así los primeros documentos para mantener a la chusma o pueblo bajo control económico y social. Los de ahora publican un tuiter de mierda, que no dice nada y la peña se vuelve loca retuiteando lo que no entiende. O dando un «me gusta» en el feisbuc, porque hay muchos que lo hacen.
Ahora es internet la que salvaguarda el mismo oscurantismo creando desinformación y mentiras que la chusma sin ningún criterio, ni tipo de análisis medianamente inteligente, asume como verdades y por tanto leyes.
Los bulos (noticias falsas o amañadas según el interés de quien las propaga, siempre alguien con mucho poder) de internet, esos que llaman virales, son asumidos como verdades por la chusma que se cree todo lo que ve en una pantalla.
Hay miles de videos en la red que instruyen para que seas feliz con tu mierda de vida, que lo que importa es la felicidad interior (¿será eso que mana del coño o el pene en forma de blanquecino maná?). Hay tanto consuelo espiritual hoy día que dan ganas de meterse los dedos en la boca y vomitar el veneno.
Un pueblo ignorante era una fuente inagotable de dinero y mujeres a las que someter a pernada.
No ha variado en absoluto, solo que se ha optimizado el engaño porque los hay que ya saben leer e incluso entienden (de una forma primitiva) algo de eso que descifran. En el tercer mundo, cualquier ignorante peón especialista de una fábrica de automóviles, puede conseguir una mamada de una putilla por tan solo dejarla subir en un coche llamativo. El estúpido obrero se siente potentado y se conforma. Y el que está en el poder se conforma con vampirizar su vida y economía .
Se permite que la chusma tenga sus momentos «prohibidos» para que se sientan transgresores y por tanto, sufran el espejismo de ser libres.
De ahí que la droga no se legalice: es un válvula de escape controlada por el poder para aliviar ciertas presiones.
Y el dinero del «perico» que recogen esos ilustres próceres siempre va bien para comprar ciertas posesiones como grandes casas, coches y humanos para las tareas domésticas y del follar.
Pongamos que mientras un papá abraza a su hijo con cariño y lo instruye sobre la felicidad y la grandeza de su planeta, y con ello el orgullo de ser humano, todo ello frente a un paisaje de impactante belleza; el juez o el político sodomiza a la madre que grita verdaderas obscenidades tras toda esa sensibilidad de teatro pueril.
Las redes sociales han conseguido ocultar los gritos y blasfemias de placer de papá y mamá violados, con una andanada aburrida de mensajes de superación y consuelo barato.
En fin, más de lo mismo, los esclavos han cambiado el uniforme a lo largo del tiempo y los repulsivos jueces y políticos siguen haciendo lo que sus decadentes, ociosos y borrachos antecesores hacían con los palurdos aldeanos.
El oscurantismo, la inmersión del pueblo en la ignorancia de forma sistemática y doctrinal, se propagaba hasta hace unos años por medio de los programas de televisión a horas determinadas; ahora, gracias a internet y la tecnología de consumo, está presente las veinticuatro horas del día en el bolsillo de cada borrego.
Bueno, es una simbiosis donde el esclavo vive bien (no importa el espejismo) y su amo, mejor. Los dos contentos.
Y yo deseando que ocurra alguna catástrofe a nivel planetario, sinceramente.

 

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Iconoclasta