Se debe jalear la memoria “histórica” porque pareciera que los españoles y sus jerarcas, además de desmemoriados, son gente de bien; auténticos santos mártires a los que beatificar. Ser ciudadano nazi ejemplar no hace buena persona a nadie, por mucho que quieran convencer de lo contrario; hace de ese buen ciudadano un asesino o criminal por complicidad. El español es una raza dada a las dictaduras y al que la libertad le causa prurito genital y toda clase de síntomas alérgicos. No se debe olvidar que durante las torturas y asesinatos franquistas de disidentes o críticos con el régimen fascista, una inmensa mayoría del pueblo español afirmaba muy digna y didácticamente, con una fe inquebrantable en el asesino dictador Franco y sus perros de presa: “Algo habrán hecho”, refiriéndose a los torturados, encarcelados o asesinados. Aquí está el video y la noticia doctrinal y ejemplarizante de la prensa prostituida al entonces aquel, nuevo nazismo y dictadura española (de hace poco más de tres años), mostrando la ruindad de los vecinos nazis del coronavirus y sus carceleros policías, a tan solo una semana de haberse convertido España y sus cabestros habitantes en un land nazi criminal: https://www.20minutos.es/videos/nacional/4195870-una-runner-histerica-se-resiste-a-ser-detenida-por-dos-agentes-ante-los-abucheos-de-sus-vecinos/ Una noticia que fue emitida y repetida hasta la saciedad ante las narices cobardes y mansas de los cabestros encarcelados en sus casas, asistiendo a una auténtica catequesis del Caudillo Español Nazi Penitenciario Homosexual Sanitario (el Gran Hermano de 1984, en la España que nació en el 14 de marzo del 2020). Los vecinos que abuchean e insultan a la chica es la misma miseria subhumana que aquellos ciudadanos alemanes que escupían y golpeaban a los judíos por la calle obedeciendo a su führer. Una video-noticia-parábola del nazismo coronavirus español que no olvidaré jamás por lo nauseabundo: dos policías aplastando contra el suelo a una mujer que pide ayuda. Y la chusma como perros desde sus celdas, ladrando-insultando servil y cobardemente a la chica. Si hubieran podido esos mierdas rabiosos y fanáticos, la hubieran apedreado como putos moros hasta matarla. Los vidrios de sus ventanas debían estar sucios de sus babas perras. La voz principal, la de vieja puta barriobajera que le grita: “¡Lo que no es justo es que salgas a correr, gilipollas! ¡Poniendo en riesgo la policía, boba! ¡Ayuda dice…! Todos aquí metidos…!”. Esa misma voz de puta vieja, sigue diciendo que como baje ella, verás si la mete pronto en el coche patrulla. Posteriormente se van sumando los gritos de otros repugnantes vecinos tarados increpando e insultando a la chica. Y se convierte así el video, en una sucia y denigrante orgía de fanatismo nazi. Todo ello me provocó tal subidón adrenalínico que si llego a estar cerca de esos vecinos nazis cobardes, reviento la puerta de la casa de la zorra y con una verga de toro le arranco la piel a tiras, como al puto Jesucristo. Esta noticia y su video muestran en esencia el inicio y resumen de lo rápida, grotesca y fanáticamente que la población española se convierte al nazismo o fascismo. Cómo se transforma esa masa amorfa sin cerebro en una bestia mezquina a la que, sería un honor exterminar por fuego, por envenenamiento o simplemente por hambre; sin prejuicio o reparo alguno. El quid de este video está en lo que dice la guarra: “¡Todos aquí metidos…!”. Es la voz de la envidia. La cochina envidia elevada a su más alto grado ponzoñoso y asesino. No hay nada peor para la chusma borrega que una persona con valor luche por su libertad o la ejerza; porque esa sola persona pone en evidencia a decenas de miles de ratas humanas cobardes. La envidia es el motor y alimento de toda dictadura, de todo nazismo en cualquier colonia de insectos humanos. La envidia que asesinó a seis millones de personas en campos de concentración alemanes. Y por un resfriado, violó las más básicas libertades y negó las necesidades biológicas a millones de reses humanas quejumbrosas, decadentes y acobardadas por “la covid 19”, convirtiendo el nazismo en un “padre bondadoso y salvador” de mierda que se quedó definitivamente como una pseudo democracia infantil-paternalista. La noticia y su video debería emitirse en el Museo de la Vergüenza Humana, para que todos sepan cómo era la vida en la España del Coronavirus y en unas cuantas regiones del planeta, como China, Australia, Canadá, Nueva Zelanda… Por nombrar las más asesinas de la libertad y las necesidades biológicas humanas. Una anécdota: la cobarde Australia, por diez casos de coronavirus entre diez mil habitantes encarcelaba a millones.
MIerda…
Que nadie se sienta orgulloso de mierda de ser un nazi piojoso y servil. Un asesino cobarde al fin y al cabo que se sopla las uñas cuando oye gritar a quien empalan. Es todo un insulto a la dignidad y la inteligencia.
Yo digo que una bofetada se resuelve con otra hostia. Además, sería imposible pagar solo con otra. La decapitación… No se trata de poner la otra mejilla, no es tan fácil. Todo va más allá, a otra dimensión, en la que yo rijo. Yo lo puedo hacer; pero vosotros no y si lo hacéis será una chapuza. Un trabajo mal hecho e inconcluso por mucho que matéis. Pero lo más importante, es que desde el momento en que ese dios melifluo, iracundo y maricón me creó, nadie me ha dado una bofetada. Yo sí puedo hacer lo que digo, lo he hecho antes de alardear de ello. En un tiempo remoto, cuando le comía los dedos de los pies a un bebé ante su madre, dios me preguntó desde su palacio celestial mierdoso, que parece un burdel barroco: ¿Por qué lo matas todo, 666? Le respondí que no soy un hipócrita divino y sádico como él. Que no pido obediencia ni fe a sus amadas creaciones, monos de mierda… Dices ser amor, y sin embargo asesinas y torturas hipócritamente, cerdo todopoderoso. Le dije que es mi trabajo y disfruto con él, sin más liturgias de mierda. Incluso cuando el primate casi con alegría va a morir y por ello dejar de sufrir, le insuflo vida por el placer de observar el movimiento de sus intestinos que, parecen grandes y sucias lombrices retorciéndose al aire. Evito que el mono muera de un infarto cuando observa como descuartizo a todos sus seres queridos en largas sesiones, chapoteando mis pies en una balsa de sangre y restos cárnicos. Lo más fascinante llega cuando el dolor y el terror se les hace tan insoportables que su mente estalla y dejan de ser humanos para convertirse en un organismo desgajado o eviscerado, mugiente y convulso. Incapaz de pensar, solo buscando la muerte como un animal que va a morir abrasado y corre hacia el acantilado, al vacío. Juro que puedo escuchar el sonido a cristales resquebrajándose cuando la mente se les rompe y dejan de ser humanos. Algo que ningún mono del mundo podrá gozar jamás. Es mi privilegio exclusivo y la razón suficiente e insaciable para exterminaros lentamente cada día, cada noche, a cada instante… A todos, desde los recién nacidos a los que han creído tener la suerte de morir dulcemente en la vejez. No puedo creer, dios imbécil, como puedes asombrarte después de tantos millones de años viendo como desguazo y extermino a tus creaciones. Y cuando acabe con el último primate sobre la capa de la tierra, subiré a tu cochino cielo y comprenderás lo que es la fractura de la mente cuando te tenga en el filo de la muerte y el dolor inenarrable; y a tu hijo el nazareno, repartido a trozos entre los coros celestiales, después de haberlo despellejado como un muñeco de medicina. Cuando tu corazón negro dé el último latido en la palma de mi mano, tu mente se habrá rajado y dejarás de existir antes de morir. Y el mundo que creaste sufrirá un colapso que lo convertirá en otra piedra muerta flotando en el universo. Tu grito de dolor enmudecerá por fin allá en el vacío. Mientras ese momento llegue, herviré crías de primates humanos como golosinas para mis crueles. Mis queridos y obedientes cerdos diabólicos… Les gusta más cuando les doy carne de ángel, se matan entre ellos por un bocado de sus alas recias y musculosas, afeminadas hasta la vergüenza. ¿Por qué no los dejas acercarse a mí más a menudo, dios marica? Ese Dios melifluo y asesino hipócrita, hace ya rato que ha cerrado las puertas de su reino. No le gusta que sus primates inocentes, bienaventurados, ángeles y arcángeles escuchen mi verdad, mi volición imparable. Cuando desplego en todo su esplendor mi naturaleza en el infierno, el silencio se convierte en una plancha de plomo que lo enmudece todo, ni siquiera se produce eco. Un plomo que cae sobre las almas que sufren sin cuerpo para la eternidad o cuando a mí me plazca acabar con ellas. Puedo imaginar vívidamente un mundo sin vida humana y rujo al cielo y a la oscuridad de mi húmeda y oscura cueva. A medida que me tranquilizo tras mi furiosa epifanía, soy consciente del sonido que produce mi Dama Oscura entre mis piernas, chupando mi rabo y sus dedos chapoteando en su raja anegada y brillante, sentada a los pies de mi trono de piedra. Mis huevos captan el frescor de la piedra del trono. Me gustaría que la Oscura prestara más atención a estos detalles, que los acariciara y dejara de darse placer a sí misma. Extraigo de entre la carne de mis omoplatos mi puñal y goteando viscosidad sanguinolenta, deslizo la afilada e infecta punta por sus pezones acariciándolos, conteniendo a duras penas el deseo de cortarlos. Ante el caliente filo, se le escapa un gemido de la boca llena de mí y su orina se derrama entre mis pies y sus nalgas poderosas que esconden un indecoroso y hambriento ano. Un cruel emerge gruñendo de la oscuridad que nos rodea, se acerca al trono y lame con avidez los jugos derramados y el coño de la Dama Oscura cuando se lo ofrece separando las piernas. – ¡Hazme daño! –rujo. Desenfunda la fina daga, un estilete ceñido a su muslo y lo clava en el escroto atravesándolo de parte a parte, destrozando los testículos… El glande escupe unas gotas de sangre que caen sobre el hocico del cruel. Las manos de la Oscura están ensangrentadas, ardientes… Y bramo. El cruel huye apresuradamente gruñendo horrorizado hacia las oscuridades a esconderse. Eyaculo una gelatina rojiza que cae sobre las tetas de la Oscura, que mantiene su mano cerrada en mis mutilados cojones, apretándolos, sosteniendo el dolor en su nota más alta. Es una virtuosa del dolor, no sé si le queda algo de humana… Y como si leyera mi pensamiento lleva esa gelatina a su coño para extenderla mientras se corre y grita y jadea y sus pechos se agitan pesados, duros… Esta es la dimensión oculta que habito. La del dolor, la cuarta que tanto buscabais. Bienvenidos a ella, pasad y sufrid. Pasad y rompeos, primates. Moriréis todos. Siempre sangriento: 666.
Viendo una película de terror recapacito sobre las cosas horrorosas de verdad. Y llego a la conclusión de que por muy terrorífica que quiera ser una película, no puede ser peor que te taladren una uña sin cariño alguno o anestesia para drenar la sangre acumulada por un golpe o que la reparación de una persiana tarde ocho meses en realizarse. Eso sí que es desgarrador. En fin, lo que me encanta de las películas de terror superficial, son las protagonistas. Siempre son tetonas que al respirar agitadamente, sus tetas suben y bajan con hipnótica lascivia. Pretenden darles un aspecto juvenil de apenas dieciocho años; y al ser tan voluptuosas y carnales, parecen auténticas macizas treintonas (mature en idioma porno) y claro, dejan a sus compañeros machos de reparto como niños con pañal. Es pura masturbación desencadenada para los que inician la dramática y estúpida metamorfosis hacia la adolescencia. (YO, como soy viejo, necesito ver el pezón para cascármela) También es habitual que entre las pandillas de machos jóvenes en estas películas, haya uno tan feo y contrahecho que en lugar de aparentar diecisiete años o dieciocho, aparenta sesenta. Suele ser de los primeros en morir. Un castigo bíblico a su fealdad, y un recurso cinematográfico para no prolongar más tiempo del necesario su aparición ya que me deprime al público en caso de que le hiciera caso a la película y no anduviera haciéndose porros de maría. Este feo, además, es el que te lleva a esperar con impaciencia otra escena con la tetona corriendo aterrorizada con una camiseta de tirantes, o bien directamente con un sujetador que parece pegado con superglú a las tetas, porque por mucho que corra, salte o respire agitadamente, no asoma ni un trozo de la areola del pezón. Otra cosa a destacar es la situación idiota que muchos guiones proponen: intentar matar a un ser sobrenatural, semitransparente e inmortal con balas. Como si las balas USA fueran agua bendita que a chorros queman a los diablos vaporosos. Es en realidad, un mensaje subliminal de la Asociación del Rifle. Así que esto funciona inevitablemente, siempre así: un macho joven (el promedio de edad de los personajes en las películas de terror superficial) americano observa aproximarse a un espíritu maligno vaporoso (la tetona respira a su lado subiendo y bajando hipnóticamente sus lascivas tetas). Y de repente, el muchacho echa a correr al recordar aquel rifle que se le cayó en la poza séptica que usan en la casa de campo como retrete. Pretende asar a tiros a la maligna nube de gas o diablo cambiante. Muere el muchacho; pero con heroicidad. Y las tetas de la prota, suben y bajan, suben y bajan, suben y bajan, suben y bajan… No sé lo que pasa al final, tengo trabajo.
Un niño de ocho años con genitales masculinos sintió curiosidad por ver el mundo que dejaba tras de sí. Observar cómo se alejaba todo cuando caminaba.
Algo maravilloso ocurrió en su cerebro, porque no existían las enfermedades mentales. Se detuvo frente a papá y mamá biológicos, como era ley llamarlos en la escuela; en la asignatura de Catecismo de Familia Inclusiva: madre y padre biológicos o bien madre y padre del amor, lo que correspondiera.
Y dobló la espalda hacia atrás rompiendo con un terrorífico crujido la columna vertebral, hasta que la nuca descansó contra las pantorrillas. Ahora veía del revés a su padre biológico avanzar hacia él y le pareció mágico.
Papá biológico gritaba alarmado su nombre: Julia. Ya no había nombres de niño o niña. Mamá biológica en su niñez fue lesbiana y papá biológico dejó el travestismo cuando la conoció en el instituto.
Papá biológico hablaba por teléfono solicitando con gratas palabras una ambulancia para su hijo biológico con el terminal frente a los labios para que identificaran si estaba infectado de coronavirus. Mamá biológica se había detenido y gritaba afectada, porque estaba prohibida la palabra enloquecida, le enseñaron que se derivaba de loca y no existían locos y locas por decreto.
Julia caminaba alrededor de su padre, que seguía suplicando con todo el respeto que es debido a la Autoridad Sanitaria ayuda médica para su hijo.
El pequeño Julia trotaba feliz con la cabeza colgando entre las piernas, fue algo hediondo de ver cuando se cayó y se rompió los incisivos y los labios se partieron. Se agitaba como una lombriz aplastada por la mitad luchando por recuperar una verticalidad instintiva. Sus intestinos dejaron escapar excrementos que contaminaron el aire. Un policía hombre con genitales masculinos les amenazó con multarles climáticamente.
Una mujer con cabeza de hombre y genitales femeninos que pasaba por allí, aplaudió al agente.
El papá biológico elevó al pequeño Julia por la cintura y le aconsejó con voz serena, para evitar denuncias de maltrato, que apoyara las manos en el suelo para mantenerse en pie. Una joven mujer con genitales de mujer, con el móvil grabó un video hasta que llegó la ambulancia. Y lo colgó en Yutup como Niño Bisagra, al instante se hizo viral (“famoso” estaba en desuso y casi prohibido). Y se convirtió en tres minutos, Dana Ortiz, en influencer millonaria (bustos parlantes de internet que por alguna inexplicable razón captaban la atención de millones de mujeres con genitales masculinos o femeninos y millones de hombres con genitales femeninos o masculinos).
Fue muy comentado por los seguidores el plano del rostro amoratado de Julia, congestionado por la bajada de sangre a la cabeza y las escleróticas de sus ojos teñidas de sangre dándole un aspecto fiero, demoníaco. De sus labios partidos caía una baba semi coagulada, muy espesa y rosada que inundaba las fosas nasales.
A pesar de todo, Julia sonreía divertido como cualquier niño jugando, y se convirtió aún sin saberlo, en el amado fundador de los Caballetes Humanos.
La Excelentísima Doctora que acudió a la llamada de papá biológico, felicitó a Julia por tan feliz y valiente idea, lo plegó bien para que no desestabilizara la camilla y lo trasladaron al hospital.
Por alguna razón que no pudieron explicar los médicos, el niño seguía vivo y con las piernas y brazos operativos tras partirse la columna vertebral; pero su nueva condición, libremente elegida por Julia, tuvo consecuencias: las piernas quedaron rígidas como estacas, es decir sin articulación en las rodillas. Nunca más podría ponerse derecho, los intestinos se vieron afectados neurológica y posturalmente (los excrementos encontraban una gran dificultad para ser evacuados), se le hizo una colostomía permanente. El pene, era funcional, aunque debido a la antinatural morfología, orinar era difícil y antihigiénico, lo sondaron. Pronosticaron su ceguera en no más de tres años. A los seis meses los ojos colapsaron por la presión sanguínea y le trepanaron el cráneo para instalar una válvula de purga de sangre. Nunca más volvió a experimentar como quedaba atrás el mundo cuando caminaba.
Dana la influencer documentó con el permiso de la familia y pagándole un porcentaje de sus ganancias, el día a día del niño Julia que se convirtió en el símbolo de la libertad de cada cual a ser lo que deseara a costa de los demás.
Uno de los momentos más emocionantes que recuerdan millones de seguidores, fue la primera masturbación asistida de Julia, cuando llegó a la adolescencia, un año y medio después de convertirse libremente en aquella cosa. Tenía doce años.
La madre biológica retiró la sonda, tomó en sus manos aquel pene tierno y pálido y escupió en el prepucio. En principio fueron caricias sosegadas, delicadas, hasta que el falo se inflamó y se puso rígido; a partir de ese momento la masturbación fue frenética y el niño lloraba de placer y emoción. Balanceaba con paroxismo la cabeza entre las piernas ante la proximidad de la eyaculación, ante la millonaria audiencia que lo seguía. José Luís, la madre biológica, mostró su mano goteando semen ante la cámara, Julia aún gemía excitado, con los pulmones colapsados por la prolongada y agitada posición en V invertida y el rostro congestionado de sangre. Abrió la válvula instalada en la sien derecha para purgar el exceso de sangre. Sus ojos opacos, saltones y ensangrentados, miraban a un lugar donde no se encontraba la cámara para dar más dramatismo a la escena. La transmisión finalizó con la boca del adolescente en un rictus obsceno, jadeaba con la lengua colgando por encima de la nariz.
Dana contaría en una emisión por Yutup dos días más tarde, que Julia exigió a su madre que le hiciera un par de felaciones cada día.
En las redes sociales había un tráfico demencial. Se pagaban pequeñas fortunas por ver las mamadas en directo por webcam, entre los seguidores se encontraba el Caudillo de la Nación, que manifestó en una entrevista televisiva: “Ha sido lo más hermoso que una madre y un hijo habían llevado a cabo jamás”.
Un consejo de ministros decretó la condecoración a José Luís como madre biológica excepcional de aquel estado democrático de pleno derecho.
A los trece años Julia perdió la capacidad de hablar. Solo salían gruñidos de su boca debido a que órganos como la laringe, cuerdas vocales y úvula, se lesionaron o degradaron. Un transductor implantado en el cuello escribía en la pantalla de un smartphone lo que el pequeño Julia pretendía decir. A esa misma edad sus riñones dejaron de funcionar y no había posibilidad de trasplante debido a que la zona lumbar era inaccesible. Los riñones estaban ocultos en el ángulo interior que formaba su cuerpo, entre las nalgas y la espalda. Romper la columna vertebral de nuevo para dejar su torso erecto, lo mataría.
Cada dos días se conectaba a una costosa máquina de diálisis para depurar la sangre.
En una de las emisiones de Yutup, se pudo ver como la madre de Julia, dejaba en la meseta que formaba el vientre una toalla para secar tras el aseo el rostro de su hijo.
Alguien escribió en los comentarios, que no era un ser humano, sino un caballete.
Y aunque muchos seguidores le afearon e incluso le insultaron por ello, no pudieron evitar referirse a Julia, como el caballete.
Aprovechando el tirón viral, la madre, el padre y la influencer, impulsaron una plataforma social para la protección de los Caballetes Humanos que pronto tuvo una masiva cooperación con fondos y actos de voluntariado. Julia se convirtió en el primer niño caballete activista por los derechos a la libertad de transformar el cuerpo y por una vida digna.
Un día, eyaculó ante la webcam semen ensangrentado, los testículos se habían infectado y lo castraron; pero tarde, la infección se extendió y murió a los catorce años.
En todo el mundo, más de quince mil niños, alentados por sus madres y padres biológicos o bien del amor, hicieron el rito de conversión en caballetes humanos para ver el mundo alejarse cuando caminaban.
Diez mil dieciséis murieron en el acto de quebrar la columna vertebral y sus padres recibieron cuantiosas ayudas económicas a costa de los presupuestos sociales por la trágica pérdida sufrida en nombre de la libertad de elección.
La OMS creó un protocolo de tratamiento para evitar el deterioro físico de los caballetes humanos. Las afecciones del habla y la visión consiguieron ser contenidas con cirugías ortopédicas y medicación para la hipertensión así como licuación de la sangre para hacerla menos densa.
Seiscientos murieron con hemorragias internas entre los ocho y diez años de edad.
Se crearon jardines infantiles de uso exclusivo para estos niños, a los que llevaban sus progenitores biológicos o del amor, con una correa ceñida a la bisagra o vértice (la cintura de los que eligieron libremente no ser caballetes) para guiarlos y evitar las frecuentes caídas que provocaban humillantes y jocosos comentarios entre seguidores y público.
La sociedad parecía perder su capacidad de emotiva tolerancia hacia los monstruosos caballetes humanos.
Se prohibió la práctica del contorsionismo porque podía ser una forma de falsificar el estatus social y se consideraba ofensivo para la dignidad de los caballetes.
Los progenitores de los caballetes humanos que sobrevivieron al rito de transformación exigieron al estado que las pizarras en las escuelas se colocaran al revés, así como semáforos a nivel de suelo y prohibir la presencia de perros en las calles. También se sacrificaron los perros de los hogares para evitar que en algún momento escaparan e invadieran la calle que se haría prioritaria para los caballetes.
Les fueron concedidas semejantes demandas por los corruptos gobernantes del planeta, ávidos de votos fáciles. Pretendían ser gobiernos de la bondad y la piedad. A pesar de ser solo cuatro mil el número de caballetes vivos, los gobiernos pensaron que podrían ser con el tiempo muchos más, y se adaptaron escuelas, semáforos y señales viarias para los caballetes, los hubiera o no en todas las ciudades del mundo.
El papa de Roma beatificó en una gran gala a los pocos más de cuatro mil caballetes humanos de entre siete y trece años de edad.
El primer caballete humano que llegó a la mayoría de edad, fue designado presidenta honoraria de los Caballetes Humanos. Se trataba de una mujer con genitales masculinos llamada Feodor. Su secretario se hacía cargo de su movilidad y saciaba su deseo sexual, a los cuales tenía un derecho innegable.
Recibía a niños en su despacho para informarlos y demostrar con ella (a pesar de sus genitales masculinos, así quiso ser tratada) como ejemplo, la importancia de ser un caballete y los grandes beneficios sociales y económicos que reportaba semejante estatus.
Muy pronto se exigió una cuota de presencia de caballetes humanos en todas las instituciones mundiales. Se prepararon y organizaron espacios en las empresas y la administración del estado para la inclusión de caballetes adultos.
Debido a sus dificultades respiratorias, decretaron los caballetes humanos, como ministros de sanidad, los cierres de las tabacaleras y el consumo de tabaco en todo lugar, incluidos los hogares. Si ellos no podían fumar, nadie debía hacerlo. La sanidad pública celebró a sus nuevos ministros aplaudiéndolos en grandes concentraciones y promocionando con cortometrajes emotivos su gran capacidad para salvar a la humanidad de sí misma.
Consiguieron grandes sueldos y se elevaron a una casta superior a la de los seres humanos que habían elegido ser como nacieron.
Se fabricaron camas verticales con bisagra, se doblaban formando ángulo, bien podían dormir sobre el vértice o dentro del ángulo formado.
A medida que los caballetes llegaban a la mayoría de edad, eran situados exclusivamente en puestos del gobierno. Y exigieron secretarias y funcionarios caballetes, como ellos. Los gobiernos ofrecían grandes cantidades de dinero a funcionarios para que se partieran la columna vertebral mediante cirugía y así trabajar para los mandos caballetes.
Los momentos de actividad sexual estaban incluidos en la jornada laboral de los caballetes con altos cargos en el gobierno. Precisaban de especialistas sanitarios que los alzaran o movieran adecuadamente para realizar el coito, las estimulaciones orales o masturbarlos. Para las actividades anales disponían de largos vibradores articulados y flexibles para acceder al ano. Con el tiempo, en los despachos se colgaron columpios ortopédicos del techo para facilitar las penetraciones; pero siempre necesitaron la ayuda de humanos erectos.
Cuando los caballetes humanos sobrepasaban los veinticinco años de media, sus testículos se secaban y pudrían debido a la malformación del sistema circulatorio, por lo cual debían ser castrados e indemnizados millonariamente.
Un par de ellos se balancearon en las ventanas de sus despachos para precipitarse al vacío gritando que no podían correrse y “mi puta polla está muerta” o “mis cojones se han podrido”.
Gran cantidad de ellos se deprimían o sufrían graves alteraciones psicológicas que los llevaban a la violencia y mal trato de su servicio personal y humanos erectos en general, a los cuales discriminaban desde sus puestos de poder.
Entre la población se puso de moda llamarlos bisagras, cangrejos o rotos de mierda.
Y pronto se pasó de las palabras a la violencia.
El primer brote se dio en un colegio de primaria. Un niño erecto durante la ausencia de un profesor hombre con genitales masculinos, empujó al caballete humano diciéndole: “Me das asco. Tú no eres mejor que yo, cosa mierdosa.”.
El caballete humano se retorcía en el suelo entre una fila de pupitres intentando de algún modo incorporarse a cuatro patas. Los niños erectos del aula hicieron un corro en torno a él riéndose e insultándolo. Le llenaron la boca y la nariz con tizas hasta asfixiarlo.
Los treinta escolares de entre nueve y diez años fueron acusados de crimen contra la humanidad y la decencia. Los condenaron a cadena perpetua.
Un influencer secuestró a un caballete funcionario de baja categoría y en un almacén en ruinas e inidentificable lo decapitó ante la webcam, demostrando que por el tratamiento médico al que eran sometidos para prolongar la vida, sus cabezas cortadas seguían vivas durante diez minutos.
Feodor, la presidenta de los Caballetes Humanos, en un comunicado de prensa dijo haber tramitado un suplicatorio al tribunal para que los treinta escolares fueran condenados a muerte por decapitación. Tres días más tarde el palacio que le había sido asignado como vivienda oficial estalló con sus secretarios y cuidadores dentro. Murieron con ella, cincuenta y seis erectos y diez caballetes auxiliares.
Respecto al influencer que decapitó al funcionario caballete, los medios anunciaron que lo habían capturado, le partieron la columna vertebral con un martillo y luego fue decapitado a los pies de la Torre Eiffel como ejemplo para la humanidad.
Había rumores de que los servicios secretos del estado escogieron un influencer al azar y el verdadero asesino nunca fue descubierto.
Los humanos erectos en grandes multitudes organizaron manifestaciones y huelgas violentas exigiendo igualdad de trato. Era una atrocidad cometida por el estado el someter a los humanos erectos a la dictadura de los bisagras o caballetes que tan solo eran tres mil a esas alturas los que vivían.
Los gobiernos del planeta viendo peligrar sus votos eliminaron los privilegios de los caballetes. A partir de aquel momento fueron cazados sistemáticamente hasta su extinción. Al igual que los progenitores y los hijos adoptados por ellos.
No quedó nadie que hubiera sentido la más mínima simpatía hacia ellos.
En las escuelas anularon los sistemas de giro de las pizarras para los niños caballete y se destruyeron los semáforos y señales viarias para ellos.
Los últimos doscientos caballetes en el poder fueron eliminados en sus despachos en una operación mundial sincronizada por grupos de humanos erectos voluntarios. Los asfixiaban obstruyéndoles las vías respiratorias con colillas de cigarrillos y segundos antes de morir, tomando sus piernas y brazos, los enderezaban con un fuerte tirón. Luego los arrojaban por la ventana al vacío.
Los caballetes humanos cayeron en el olvido gracias a la eficaz revisión de la memoria histórica por parte de los gobiernos del mundo.
La ciencia avanzó. La gente podía cambiar su cabeza por la de sus animales preferidos o mascotas.
Y por ello surgieron miles y miles de cazadores de humanos-bestias.
Debido a aquellos trasplantes terribles y dada la baja calidad higiénica de los hospitales que ofertaban tales servicios, se desarrolló una potente bacteria que extinguió a la humanidad en cuatro meses. No quedó rastro alguno de la genética humana en el planeta, al menos, ninguna viva.
El resto de especies animales, tras milenios de evolución, aprendieron a hablar y elaboraron un lenguaje claro y preciso; pero siguieron viviendo como lo hicieron durante millones de años desde que surgieron en La Tierra.
Ningún meteorito cayó del cielo.
Simplemente, La Tierra se agotó y dejó de girar. Se convirtió en un astro sin vida. Abrasador de día, gélido de noche.
Estos son los principales dogmas sobre los que descansa la nueva constitución española reformada por el Gobierno Penitenciario Fascista Español Homosexual Sanitario fundado el 14/03/2020. Mandamientos redactados bajo auspicio chino y con el aval de la justicia española penitenciaria nazi sanitaria, sin que le temblara la mano sellarlos como “legalidad”. Fundamentos de los que surgirán las nuevas leyes a decretar de urgencia, código penal y código moral del gran estado de pleno derecho que es España. Y que en muchos momentos de la historia de la Nueva y Normal España, fueron pronunciados por ilustres jerarcas nazis sanitarios homosexuales todos los días y en todos los idiomas y dialectos del gran estado de pleno derecho español.
1º: La libertad es enfermedady no me temblará la mano 🤬 (sic) para manteneros sanas a todas las españolas y sanos a todos los españoles los días que YO decrete en este nuestro gran estado de pleno derecho (primera alocución del primer caudillo español penitenciario fascista homosexual sanitario, marzo 2020).
2º: Debemos luchar en nuestros hogares, escuelas, empresas y en cualquier lugar de nuestro gran estado de pleno derecho (sic), por erradicar el asqueroso acto sexual macho-hembra y viceversa 🤮. Y no me temblará la mano para ello.
3º: Un día sin mascarilla* 😷 es como un día sin arcoíris️🌈 en nuestro gran estado de pleno derecho, y no me temblará la mano para imponerlo las veinticuatro horas del día en todo lugar. *(bozal en nazi)
4º: La corrupción es un sacrificio 😔 con el que hemos de cargar nosotros los líderes (sic), los que formamos y servimos a las españolas y españoles (sic). En nuestro gran estado de pleno derecho corrupción es santidad. Y no me temblará la mano para mantener la santidad de este gobierno.
5º: Los días difíciles (sic) 😰 decretados para la ciudadanía, también son días de respeto y ovaciones a las instituciones 🤓 de nuestro gran estado de pleno derecho. Y no me temblará la mano para decretar cuantos días difíciles sean necesarios para las españolas y españoles.
6º: El tribunal constitucional 😬 será nombrado 🍌 por el líder de la nación, YO; para que las leyes decretadas, días difíciles, etc… Sean perfecta y rápidamente avaladas por la justicia 😬 contra todas las españolas y todos los españoles para nuestra lucha* por la salud y contra la infecciosa libertad. *(ver el primer dogma)
7º: En nuestro gran estado de pleno derecho y con el aval de jueces, expertos y chinos: Sí es Sí y Nó es Nó (sic) 😠. A MÍ y a mi ministro del Sí y del No, no nos temblará la mano para ser implacables con toda ambigüedad como: kizás o puéser*, por muchos días difíciles que YO haya decretado (sic). *(quizás y puede ser, en dialecto o grafía nazi)
8º: No nos temblará la mano para exterminar a todas las fumadoras y a todos los fumadores de tabaco 🚬. Y así la marihuana inunde los amaneceres de luminosos arcoíris a todas las españolas y españoles 🦮👨🦯; y además decretaré que sea más barata que el ducados y el marlboro. En nuestro gran estado de pleno derecho, la encontraréis en colegios, salas pediátricas de hospitales, parques, bares, salas de baile y en las puertas de las cortes de nuestro gran estado de pleno derecho.
He aquí los ocho pilares fundacionales o carta magna de la España Penitenciaria Nazi Homosexual Sanitaria, sobre la que se asentará una nueva Constitución Penitenciaria Nazi Homosexual Sanitaria en este gran estado de pleno derecho.
La luz oscura. Las palabras en el vacío. La oscuridad jadeante. Los párpados destripados. El pene desollado y la navaja sucia a tus pies. Escamas de óxido en una esclerótica. Llorar sangre y que no duela. La sangre del ano que caga vidrio. Una sonda de alambre en el meato. Una oruga en los labios. El filo que desguaza la uña de la carne. Un sueño de infinita pena y no despertar. Despertar de un sueño y quedar abandonado a la vigilia. Un alarido que no sale a pesar de las mandíbulas desencajadas. Un café amargo con mucho azúcar y los dientes ensangrentados. La nariz rota hurgando el cerebro. La vida rota. La alegría hecha pedazos. La tristeza como lepra. El mismo día. El último vómito del cáncer Su coño desbocado golpeando circularmente mi boca. El semen brotando como una meada, sin tocarme. Y ríen. El hijo que nace con las tripas fuera y llora y no muere. El amor era mentira. La existencia de Dios. El enfermo parto de una virgen. Papá muerto follando a mamá muerta en el Cielo Cristiano. Un jaco profundo en el oído y el caballo no calma el dolor.
Y fue así que vi a la Virgen María llorar acunando el bebé muerto en sus brazos. El cadáver de Jesucristito al que le habían arrancado los ojos. Y fue así que los fariseos con bozal gritaron que era la Covid 19. Y un policía municipal de negro bozal sancionó a la Virgen con una multa de cien euros por no llevar bozal en el hocico. Con la porra le golpeó los brazos y Jesucristo cayó al suelo rompiéndose los huesitos muertos. Y fue así que los que caminaban con bozal, le pedían a gritos al policía que le pegara un tiro a María. Porque podía contagiarlos por no usar bozal. El policía procedió a golpear las piernas de María hasta que cayó de rodillas. Y fue así que el policía municipal se sacó la polla y se la metió en la boca a la Virgen María arrodillada. Y fue así que la Virgen María padeció la Sagrada Arcada. Y los ciudadanos de bien aplaudían la mamada como una Pascua. Con mezquindad se separaban el bozal del hocico para escupir al bebé muerto, con su carita sin ojos manchada de la leche que escupió el pijo del policía. Y fue así que los ciudadanos con bozal, se dieron por satisfechos con la justicia impartida y retomaron de nuevo su camino cabizbajo y cobarde hacia la mierda.
El Evangelio del Coronavirus según Iconoclasta. Libro de la Mezquindad, capítulo 2021, versículos 3 al 7 (LdlM 2021,3-7)
Son tiempos normales, apacibles. No hay nada extraño y todo es mejor que hace cientos y cientos de años atrás por muchos feminicidios, infanticidios y parricidios que haya. La tan cacareada violencia entre machos y hembras primates es casi inexistente, comparando a los primates actuales con los de hace simplemente cinco mil años. Hoy día son unos rumiantes inofensivos que jamás usan la violencia con sus parejas reproductoras. Que un macho le pegue una buena paliza a una hembra, aunque habitual en las noticias, es un hecho puntual que estadísticamente no influye negativamente en la expansión demográfica de los primates, sois tantos que la muerte de una hembra o macho no significa nada. El asunto de los asesinatos “de género” como pomposamente los llaman, son meros hechos anecdóticos y noticiosos para llenar espacios de noticieros y prensa. Los humanos, sois plaga. No es preocupante que muera un mono o mona reproductoras y toda su descendencia. En algún momento todo cambió y algunas hembras aprendieron a conocerse y poco a poco (tan poco a poco que les ha costado milenios poder entrar en los círculos de poder) se han hecho poderosas algunas líneas genéticas de monas. Los monos machos no han cambiado, son idiotas en todas las eras geológicas y sociales del planeta. Las mujeres prehistóricas y antiguas no veían maltrato en las palizas y violaciones a las que eran sometidas a lo largo de sus cortas vidas. Nunca sintieron placer (como muchas hoy día, los machos más machos no saben follar y las dejan hambrientas y por tanto, putas). Hombres y mujeres eran animales en estado puro, incluso hasta hace apenas tres siglos atrás. El macho se la metía y ellas parían y servían de saco de entrenamiento cuando el mono frustrado y borracho por su propia torpeza no había sido capaz de aportar comida o dinero a la familia. Tal vez, por esa prehistórica o antigua sumisión de las monas, la especie humana se hizo plaga. Las monas tragaban con todo y no existía cuarentena entre parto y parto. Parían sus crías como las ratas en las alcantarillas. A medida que los monos os esclavizabais con las leyes y sus obligaciones, religiones y moralidades; os hicisteis más débiles machos y hembras, menos violentos y además, comenzasteis a procrear con más higiene y profilaxis, con más rapidez y seguridad. Las monas y sus crías sobrevivían más tiempo sobre el planeta. Os convertisteis en la peste que sois hoy. Degenerasteis hasta convertiros en la mediocridad cobarde que sois hoy día, en animales de granja, productores con amos que os atan corto y os hormonan (suministrando licores y otros narcóticos) si es preciso, para que no baje la producción y se mantenga esa imbecilidad tan característica que tanta repulsión me provoca. Lo cierto es que siempre os he odiado, os he matado y descuartizado por ser la especie más repugnante y amada por ese degenerado de Dios el melifluo, el maricón folla-ángeles. Pero siempre quedan genes que de vez en cuando se hacen más evidentes en algunos ejemplares machos o hembras y por ellos, aún hay parejas y unidades familiares más o menos numerosas; formadas por sumisas de coño baboso por amor a sus maridos machotes, borrachos, violentos y lo más incomprensible: incapaces de darles un orgasmo de verdad. He visto monas llorar por el macho que les ha pegado patadas en el coño, cuando lo he abierto desde el pubis hasta el esternón desparramando sus tripas. Tuve que hacer callar los gritos de la sumisa asfixiándola con mi pene en su boca llorona de mierda. Bueno, lo cierto es que mientras me la mamaba intentando respirar, le hice un coño más largo y sonriente con el cuchillo. En aquel charco de orina y sangre me sentía como el dios que soy. Que amen tanto a sus monos es algo que me divierte. A veces pisoteo bebés hasta convertirlos en pulpa que, tienen más capacidad intelectual y dignidad que esas sumisas primates. Creedme, he visto evolucionar el planeta y las cosas que lo llenáis; y de todas las bestias que torturo y descuartizo, las que me provocan más placer son los machos que aún a pesar de no saber meterla bien a sus monas, tienen muchas crías como prueba de su virilidad. También esas hembras taradas son gratificantes de matar: folladas sin placer, apaleadas como perras y pariendo como conejas, envejecen mal y en pocos años ya no inspiran una mísera erección. Vale la pena matarlas durante unas horas. Una pareja de monos así, es un buena forma de pasar el rato antes de la cena. Hace unos meses, mi Dama Oscura y yo pasamos una sangrienta y sexual velada con un matrimonio de primates de la especie que nos ocupa: sumisa-violento. ¿Sabéis que los más agresivos machos con las hembras gritan como cerdos acuchillados ante el más mínimo dolor? Y conmigo y mi puta Oscura no existe dolor mínimo. Os cuento lo que hicimos. Podéis hacerlo si queréis; aprended. Pero vosotros pagaréis las consecuencias legales e incluso podríais morir cuando vuestras víctimas se defiendan. No sois dioses, así que sed muy cuidadosos cuando asesinéis o torturéis. Barcelona es otra apestosa ciudad granja, que vestida de modernidad y cosmopolitismo, quieren creer sus reses que es un lugar especial. Dejando atrás el centro de Barcelon, marchando en dirección norte y ya en plena sierra de Collserola (lo de “sierra” es una broma, es una montaña pelada de tan pisoteada que está; allí hasta los jabalíes se sienten ciudadanos), se encuentra el último suburbio más miserable de toda la comarca (Torre Baró). Formado por chabolas de fibrocemento, planchas de metal y maderas podridas. En el mejor de los casos, hay casas que no se han acabado de construir y los primates viven dentro entre ladrillos desnudos y los bichos que allí se esconden entre tanta miseria. Gitanos, delincuentes sin cerebro, camellos que se colocan con su propia mercancía y las ratas que duermen e infectan con ellos y en ellos… En fin, si quieres hacer embutidos y chacinas humanas, allí hay suficiente carne para ello. Solo hay que matar el que más te guste, lo despedazas y te lo llevas a casa sin ningún problema legal. Como ya he dicho, son tantos que el asesinato de cuatro o cinco monos de piel oscura por raza o por suciedad, crea hasta cierto alivio. Así que aparco mi Aston Martin frente a un solar en el que hay varias tiendas de campaña sucias y unos cuantos tipos fumando hierba entre la mierda, bebiendo vino de cartón ante un hoguera maloliente. No tocarán ni la pintura de mi coche, son bestias que entienden muy bien quien es el macho dominante y captan el peligro de una forma muy primitiva. Su cerebro es muy ineficaz; y de tan primitivo, instintivo. Les sirve para salvarles la vida alguna vez por ese carácter básico y animal. Tal vez los mate luego si me apetece. Miran las rotundas piernas bronceadas y musculosas de mi Dama Oscura al bajar del coche, su microfalda de piel deja ver su coño desnudo y rasurado y su blusa negra, abierta en un gran escote, deja asomar las areolas de sus pesadas y sólidas tetas a través de las copas de un sujetador negro sexualmente pequeño. Todo primate sabe que es un hembra vedada, a ellos. Solo es mía, jamás podrían tener y satisfacer semejante mujer. Por eso la observan con disimulo, desconfiadamente y con sus pequeñas pollas duras latiendo en sus calzones cagados. Tres chabolas más adelante y hacia la montaña se encuentra la casa a medio construir y con los agujeros de las ventanas cubiertos con plástico y maderas, del matrimonio cuyo macho es un tal Axel Perea y la sumisa Desiré Expósito. El macho tiene treinta y siete años; la hembra, a pesar de aparentar sesenta, solo tiene treinta y cinco. Un niño de doce años (Luismi) y una niña de cuatro (Angelina) son los hijos. Madre de Desiré: “No puedes seguir con ese hombre, un día te matará”. Desiré: “Es el padre de mis hijos, es un buen hombre, solo está pasando un mal momento”. Cuando Axel la tira al suelo y la patea durante minutos, al quedarse sola restriega su clítoris con el puño hasta correrse. Es una subnormal absoluta, una enferma y retrasada mental. Sin pretenderlo, resulta que estoy haciéndole un favor a los humanos primates. El bueno de Axel le ha dado una buena paliza a Desiré (la segunda del día) porque no le ha comprado la cerveza como él le ha ordenado. Los niños lloran en su habitación bien calientes por un par de bofetadas que les ha pegado su padre tan macho. Desiré con la nariz y los labios sucios de sangre y de rodillas, le chupa la polla a su marido en la cocina, si así se le puede llamar a esa pocilga. Axel marca el ritmo del movimiento de su puta mona sucia agarrándole el pelo con fuerza. De vez en cuando le pega una bofetada para que use bien la lengua. Tarda mucho en correrse porque es un borracho y no es tan hombre como se cree. Hoy no se correrá en la boca de su hembra idiota. Axel trapichea con drogas, roba en el centro de Barcelona en comercios y a los niños y adolescentes al salir de los colegios. Un día trabajó en una obra como peón; pero se cansó demasiado y tuvieron que ingresar en urgencias a Desiré y extirparle el bazo tras una patada que le dio al llegar a casa tan cansado. “Por tu culpa tengo que matarme a trabajar, asquerosa”. Entramos en la casa, casi con una actitud aburrida. A veces nos pesa un poco la iteración de nuestro trabajo. Mi Dama Oscura se deja caer mostrando sin cuidado su coño en un asiento de coche que usan como sillón frente a la tele. Yo me dirijo al cuarto donde se encuentran los niños. Los degüello con el cuchillo y los decapito. Los he poseído, he entrado en sus pequeños y apenas eficaces cerebros para que no gritaran. No han muerto dulcemente, simplemente les inhibo la capacidad de hablar y moverse, les duele y son conscientes de todo. Me gusta que sufran los primates por muy pequeños y lindos de mierda que sean. Le doy una cabeza a mi Dama Oscura, la de la niña, e irrumpimos en la cocina.
-¡Ejem! -carraspeo ostentosamente.
Desiré me mira boquiabierta, y también la cabeza del pequeño Luismi, con la polla de su macho a unos centímetros de sus labios y el puño sujetándola con profesionalidad. La inmovilizo entrando en ella antes de que pueda gritar o hablar mierda, como a su marido. A mí se me escapa la risa. La Oscura lanza la cabeza de la niña y el Axel no intenta cogerla, le golpea el pecho y cae a sus pies. Es tan sórdido que me siento como en mi infierno. No hablan, no dicen nada. Ni siquiera pueden moverse. Son tan graciosos que les hago una foto con el móvil para subirla a mi Instagram. Es que me parto. Con el cuchillo corto muy lentamente el pene del macho permitiéndole que se muerda la lengua para intentar descargar un poco de dolor. Le quito ese pequeño rabo de los dedos a su puta sumisa y se lo meto en la boca. Axel parece estar fumando un extraño puro mientras de su pubis mana un torrente de sangre que impacta en los inmóviles labios de la sumisa Desiré. La Oscura trabaja con Desiré: rasga la camiseta de Metálica (su macho se la regaló hace cinco navidades). Sus tetas ya deformes y de largos pezones oscuros le caen por encima de los michelines de la barriga. Mi Dama saca una larga aguja que sujeta su melena negra y la usa para ensartar los dos pezones juntos. Los ojos de ambos primates están anegados en lágrimas y por la forma en que los abren, parece que se les van a salir de las órbitas. Dentro de sus cerebros puedo sentir el dolor y el pánico que vociferan mentalmente pidiéndome piedad. No sienten pena por sus hijos muertos, ahora mismo están pendientes de un pene que ya no tienen y unos pezones que duelen sin que el puto Dios sea capaz de hacer nada por ayudarlos. Cuando los primates ateos son sometidos a una buena lección de anatomía forense, le rezan hasta a las cabras si es necesario. Me acerco a Axel y permito que sus pupilas se dilaten cuando le corto las fosas nasales para que se asemeje a un jabalí. También corto sus mejillas desde las comisuras de los labios hasta el tope que marcan los maxilares. Sus muelas podridas se hacen visibles y se aprecia en el aire el olor de una dentadura con muy poca higiene. La Dama Oscura ha practicado un pequeña y precisa incisión en el cuello de Desiré para que mane un chorro de sangre que usa para untar sus manos (una práctica habitual con las reses en las aldeas africanas hambrientas). Se arrodilla ante mí, saca mi falo malvado y lo unta con toda esa caliente sangre, me besa con devoción el glande y yo le regalo una gota de semen en la punta de su lengua. Conduce mi rabo ensangrentado a la boca de la inmóvil sumisa que bien podría confundirse con una fea muñeca de látex hinchable. Tengo unas absolutas ganas de rugir de caliente que estoy. Le follo la boca y hiero mi polla profundamente con sus dientes y muelas. Mi Dama Oscura hace algo con el Axel que provoca un chapoteo. Me corro en la boca de la mona y le doy un golpe en la cabeza con una sartén. El lado izquierdo de su cabeza se deforma con un crujido al romperse el cráneo y su pelo se apelmaza de sangre. Me giro con curiosidad apartando la cabeza de Lusmi con un pie; resulta que la Dama Oscura ha hecho una larga raja en la garganta del macho, le ha cortado los testículos y los ha colocado de forma horizontal en la herida. El vello rizado que asoma por esa llaga fresca resulta repugnante. Coloco de nuevo a la sumisa frente a su macho mutilado con el rostro mirando hacia a mí y los fotografío para enviarle a Dios la imagen por wathsapp. La amo. Amo tan profundamente a mi Dama… Tiene una sensibilidad inhumana. Es una rareza entre millones y millones de primates. La muy graciosa le quita la polla de la boca y simula que es un puro al que le da una calada mientras se mete los dedos en su caliente y húmedo coño incitándome a metérsela. Juguetea con la cabeza decapitada de la pequeña Angelina, metiendo sus dedos entre su pelo ensangrentado. La subo sobre la mesita de la cocina y la follo, y la follo, y la follo… La cabecita rueda mudamente por el suelo hasta el salón. Mis pies resbalan en sangre y la muerte huele rancia. Los gemidos de la Oscura se extienden por todo el barrio que, permanece silencioso, expectante de una forma primigenia y atávica. Supersticiosa… Y es que cuanto más pobres son los primates, más parecen involucionar. Nos corremos, nos fumamos un cigarrillo en silencio frente a los cadáveres y permito que sus cuerpos se derrumben ya (ambos han muerto desangrados hace unos minutos). Dejando pisadas ensangrentadas en la calle, llegamos al Aston Martin y mato a tiros a los monos del solar con mi Desert Eagle .50. Las mitades superiores de sus rostros desaparecen en una nebulosa rojiza antes de caer en la basura muertos. Y ahora vamos a un buen restaurante a cenar en la “exclusiva” Barcelona.
Os aseguro que no salió en las noticias. Que unas mierdas mueran no importa a nadie.
Nada nuevo bajo el sol y una familia de piojosos monos menos en el mundo.
Tenéis que reconocer que sin mí, el mundo sería infinitamente peor.
Son tan pequeños… Con sus ojos cerrados (si los tuvieran), y sus piernecitas semiflexionadas parecen muñequitos de un roscón de reyes. Muñequitos flotantes en sus frascos de formol. Al que le falta un brazo se llama Raúl (concluyeron que algunos de sus órganos internos no se habían desarrollado). El de la cabeza deforme, dividida en dos partes asimétricas es Jordi. Y de la columna partida (si agito el frasco, se puede ver como asoma un trozo de columna vertebral a través de la espalda) es Borja. Son mis hijos muertos abortados para evitar sufrimientos, seguramente poco tiempo antes de que murieran por si mismos. Los salvé de ser incinerados pagando a los encargados de los deshechos biológicos de los hospitales donde no nacieron. Me los entregaban en bolsas amarillas cerradas con una brida y dentro de una bolsa de supermercado. Mi naturaleza crea seres deformes, mujer que dejo preñada crea un monstruo, un tarado. Mi polla escupe mierda, por así decirlo. Sacando el polvo a los frascos de conservas de legumbres donde flotan, siento cierta pena de no haberlos conocido, cómo serían sus sonrisas; pero dudo que sonrieran. Hubiera sido un padre que tendría que haber oído sus lamentos y la absoluta vergüenza de tener hijos aptos para nada. O abrir una feria ambulante de monstruos. Al final, los hubiera acuchillado y ahora estaría en la cárcel. O no, soy bastante más inteligente que cualquier policía, que cualquier ser humano. Cuando desde la ventana incide un preciso rayo de luz en sus frascos, se iluminan en color dorado y parecen pequeñas divinidades que duermen plácidamente; podrían despertar de un momento a otro con una sonrisa piadosa hacia su padre. Sé que la culpa es mía; pero sentí un odio peligroso hacia sus madres y me divorcié de ellas. No sin antes darles una buena paliza, claro. Úteros de mierda… Y en mis cojones la podredumbre y la miseria. A lo mejor soy uno de esos hijos míos que flotan en formol. Solo que por dentro, con mi capacidad motriz intacta y la tara es mi pensamiento y mis testículos ponzoñosos. Toda esta amargura que contengo bajo un rostro impasible día tras día. Ni siquiera cuando acudo al banco de esperma para donar me siento mejor. Si un día llegara a saber qué mujer va a parir/abortar/escupir mi próximo hijo flotante, acudiría al hospital en el momento adecuado. Los hermanos deben estar juntos. Los amo, esos pequeños fetos, o niños a medio formar, representan la inocencia absoluta y la práctica demostración de que hay razones por las que algunos humanos no pueden crear descendencia. La naturaleza no es sabia, es solo cruel. Y mis pequeños hijos flotantes, pequeñas y mártires divinidades de un mundo extraño.