La lluvia nos deja solos y pequeños; los paraguas nos convierten en muñecos fuera de lugar y sin rostro.
Muñecos que se apresuran por miedo a deshacerse y ser arrastrados por las cloacas de la ciudad.
Muñecos bajo la lluvia
Publicado: 1 octubre, 2015 en Conclusiones, Lecturas, Maldito romanticismo, ReflexionesEtiquetas:Citas
0
