1 Samuel, capítulo 18, versículos 6 al 11 y 25.
(1 Sam 18, 6-11.25)
David ante Saúl.
3 últimas páginas.
Archivos para mayo, 2016
La biblia for dummys
Publicado: 3 mayo, 2016 en Chusma, Citas, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:biblia, humor, sarcasmo, pecado, condenación, sexo, Iconoclasta, Ultrajant, Pablo López Albadalejo, telegramas de iconoclasta
Un amor cortante
Publicado: 3 mayo, 2016 en Amor cabrón, fotografía, Lecturas, Maldito romanticismo, ReflexionesEtiquetas:Citas, Humor, Iconoclasta, Música, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, romanticismo, Ultrajant,

Si Atila fue el Martillo del Universo, yo seré El Brutal e Impío Filo que rasgará tus dimensiones y tu piel.
(Exracto de Mi filoso amor, de Iconoclasta)
Mi filoso amor
Publicado: 2 mayo, 2016 en Amor cabrónEtiquetas:amor cabrón, pasión, deseo, posesión, dominación, amor, ternura, dureza, locura, indecencia, sexo, paranoia, Iconoclasta, Ultrajant, Pablo López Albadalejo,

Quisiera ser algo afilado para rasgar tu piel e invadirte con mis indecentes gérmenes ponzoñosos de amor. Pornógrafos… Perversos…
Ser una jeringuilla para aspirar tu sangre, inyectarme en tus venas y acariciar tu pensamiento con microorganismos de amor cuasi patológico.
Extremadamente radiactivos.
Y provocar orgásmicas mutaciones en tu poderoso e imbatible cerebro.
Soy un tomahawk que voltea en el aire lanzado a toda velocidad, masivo y pesado hacia tu coño que es mío. Y ofrecerte al Gran Manitú que se erecta entre mis toscas piernas destilando densos hilos de baba fiera y sexual.
Pareciera que rosas y nubes no tienen poder suficiente para hacer trizas las defensas de tu piel y alma.
Las diosas por su poder requieren medios potentes, definitivos. Necesitan ser impactadas para que lleven sus dedos con desesperación a sus indecentes clítoris duros y hambrientos de lengua y dedos. Folladas contra una pared, a cuatro patas. Que los dientes voraces y peligros se arrastren amenazantes entre los labios que los muslos ocultan. Entre los labios que se dilatan ante mis ojos y dejan oscuras manchas en las telas, en las bragas.
La violencia desatada del deseo que late en las venas de mi polla.
Quiero ser cortante y golpeador, quiero ser uranio y heroína para que sucumbas a mí como una lánguida puta drogada y sometida. Y en el paroxismo del insano e indecente deseo, sellar tu cuello con un grueso collar de hebilla, como si una hermosa y peligrosa pantera fueras. Atarte a la pata de la cama para cometer con tu cuerpo las aberraciones más secretas que mi alma podrida de amor imagina.
Luego, cuando ronronees y por tus muslos se escurra mi leche; te susurraré de las hirientes y frágiles rosas, del dador de vida y muerte que es el inabarcable mar y de las hermosas y letales estrellas que pulsan y esplenden en el cosmos a millones de vidas luz.
Y cuando desfallecida necesites en una cálida noche que la ternura te arrope, mis filos se enterrarán en mis propias carnes para mortificarme y ser seda en tu piel. Susurrarte amores viejos como los cometas en tus oídos.
Si Atila fue el Martillo del Universo, yo seré El Brutal e Impío Filo que rasgará tus dimensiones y tu piel.
Luego, mi amor, mi puta.
Luego te contaré de oscuros secretos de amor con el tallo de una rosa arañando dulcemente tu coño en una caricia impúdica, apenas conteniendo mi furia por metértela.
Luego, cielo…
Y te sonreiré y todo estará bien.
Soy tu amor afilado y desbocado.

Iconoclasta
Foto de Iconoclasta
Perdido
Publicado: 1 mayo, 2016 en Conclusiones, fotografía, Lecturas, Maldito romanticismo, ReflexionesEtiquetas:Citas, Humor, Iconoclasta, Música, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, romanticismo, Ultrajant,

No sé cómo he llegado hasta aquí.
El pensamiento se ha hecho potente y profundo y me ha llevado entre ilusiones y llantos a un lugar alejado de todo.
Alejado de mí mismo.
En algún momento he encendido un cigarro, satisfecho de la lejanía alcanzada. Y con un miedo primigenio a no encontrar el camino de vuelta.
He llegado donde los cucos cantan sin cesar, sin miedo. Donde no soy extraño a nada ni nadie.
Un día ocurrirá que mi pensamiento me llevará a una distancia sin retorno, donde las fuerzas no sean suficientes para volver.
¿Volver a dónde?
No importa, un día se acabará todo.
Tengo la certeza de estar perdido en el bosque y en mi pensamiento desde el nacimiento de mi conciencia.
Me ha llevado tiempo extraviarme.
No puedo volver, no debo, no quiero.

