
Dios se arrodilla frente ante sus ángeles sin temor a que nadie castigue su lujuria babosa, como él condena y castiga.
Es razonable que mi fin único sea descuartizarlo; porque si algo es capaz de hacer una felación, es que puede ser troceado.
Él y sus creaciones.
Todas, hasta que solo quede yo.
Siempre sangriento: 666