
Las 11:30 subiendo montaña con 34º C gravitando en mi alma y hombros.
Ni los golpes de calor pueden conmigo.
Mala hierba nunca muere; pero no pierdo la esperanza.

Las 11:30 subiendo montaña con 34º C gravitando en mi alma y hombros.
Ni los golpes de calor pueden conmigo.
Mala hierba nunca muere; pero no pierdo la esperanza.

He conversado con vacías sillas de los vacíos pensamientos que a veces las ocupan.
Dicen que vacías están mejor aunque no cumplan su cometido.
Las entiendo, estoy de acuerdo.
Le he invitado a fumar y me ha recordado que es una silla.
Le he respondido que soy un cigarro vacío.
No me ha entendido.
Claro… Ni yo mismo me entiendo.

«Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo, no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa». (Gandhi)
Y una mierda, si el resultado no es acorde con el esfuerzo, la indignidad y la vergüenza son absolutos.
Aún se bañan en un Ganges infecto y comen con ratas a pesar de los años de muertes.
Gandhi no mataba; se limitaba a dejar que otros se esforzaran por él.
Iluminados de mierda…

A principios de agosto ha muerto mi amigo Draco.
De un cáncer cabrón, de una vejez imparable, incurable…
Ahora el mundo es peor sin él.
Todo empeora por momentos.
El mundo se ha hecho inconsolablemente más sórdido.
Cuando me toque morir seré feliz: no tendré que asistir a muertes de seres queridos.
Hasta nunca jamás, amigo.
Qué mierda…

La humanidad es la cosa inacabada de algo o alguien torpe o perezoso.
Negligente y malo como un cáncer.
Necesito creer que alguien es responsable de mí.
Que alguien me golpea y empuja a lugares y momentos que no deseo, a pesar de todas mis fuerzas.
Y la ira hace de mi corazón una bomba inestable.
No encaja que sea yo mismo mi propia responsabilidad, porque si alguien o algo no me jodiera continuamente, estaría metido entre tus piernas, con lengua y polla.
Porque te deseo aquí y ahora, no en un improbable futuro o irrecuperable pasado. El amor solo existe en el presente, no en el pasado no en un improbable e inexistente futuro. No hay cadáveres de amor ni profecías que se cumplirán.
Aquí y ahora… Pero alguien me zarandea, me sacude lejos de ti.
Algún puerco obstaculiza mi libertad y me obliga a aspirar aires viciados de pulmones humanos que no quiero, que odio, que detesto con todas mis fuerzas.
No soy responsable pues, de mí mismo.
Soy una bestia bruta luchando contra un ejército formado de excrementos que respiran.
Algún hijo de puta tarado hace las cosas mal conmigo.
Soy absolutamente irresponsable de lo que padezco.
Soy un pene embrutecido sin miedo a mutilarse en una carrera suicida a tu coño.

Estaba cagando y fumando (aunque no tengo claro que sea éste el orden) y se me ha ocurrido hacerme el típico autorretrato de lavabo con estúpida cara de felicidad. Los viernes son pura euforia y tenía ganas de revolcarme en la vulgaridad y así parecer humano.
Pero cuando he visto lo muy limpio que he sido capaz de dejar el lavabo, mi rostro no podía contra el blanco cegador de la porcelana que tantas blasfemias me ha costado de limpiar.
Prometo no masturbarme con la selfie.

Mujeres hermosas que ponéis a prueba mi sosiego, que lo rompéis en mil pedazos con vuestras voluptuosas formas y volúmenes.
Yo os maldigo, malditas hermosas mías.
Os deseo el infierno entre mis brazos, el húmedo y ardiente infierno dentro de vosotras, profundamente clavado entre vuestros muslos lamibles.
