Tengo mil bebés en mis testículos.
Practico el aborto de forma habitual, con cada masturbación, con cada gemido que doy en la oscuridad, en la soledad obscena.
No tengo corazón, me entretengo con extinguir lo que un día pudiera nacer.
Y no me duele nunca.
Soy Iconoclasta el genocida.
Buen sexo.