Es hora de decirte obscenidades al oído. Ya he dejado claro al universo lo desesperadamente que te amo.
Ahora por tus ingles ha de correr la baba que escurre de mis belfos y tu monte de Venus debe lucir el rastro de mis dedos que lo acarician lascivamente crispados.
Ahora el alma reside en tu coño.
Tu alma en lo profundo
Publicado: 31 octubre, 2015 en Amor cabrón, Lecturas, Maldito romanticismo, ReflexionesEtiquetas:Citas
0