Archivos para agosto, 2016

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Soy un ser tan complejo y profundo…
Incluso tomando un café, mi visión profunda no descansa y observa críticamente los cul… los agujeros más profundos de las muj… de las galaxias y perforar… Y así desentrañar sus misterios.
Está bien, coño. La metafísica y la cuántica me importan una mierda.
Soy indecorosamente obsceno a conciencia.
A veces vale la pena ser lujuriosamente sincero.

Una imagen divina

Incluso le da cierto asco la puta que orina un caño inverosímil de orina contra el pene de un macho de mirada idiota en la película porno; pero su polla no tiene reparo alguno y se mantiene dura y latiendo en su puño.
Eyacula, suelta su carga de semen y deja que le resbale por el vientre, por las ingles y gotee lentamente enfriándose en la sábana.
Se enciende un cigarro, su pene late perezosamente con los últimos ecos del orgasmo; pero no hace caso.
Es salvaje e inmoralmente libre. Inmoral para el punto de vista de la chusma, el no cree en leyes o pautas morales, hace lo que debe sin tener en cuenta a nada ni nadie.
Le apetece un café; pero no quiere preparar una cafetera. Su vientre aún está húmedo de semen, no se limpia. Es suyo, no hay nada de él por lo que sienta asco.
En el café se sienta en la mesa más apartada y escribe cosas en un cuaderno que ofenden al mundo entero.
Y está bien, le viene a la cabeza esa cobardía tan generacionalmente insertada en los cerebros idiotas: «Un día puedes necesitar a alguien, sé cuidadoso». Hace tiempo que se limpió el semen de una paja con aquel consejo. Porque es mejor morir que necesitar a nadie.
Y concluye que muchos están respirando un aire que no debieran, por lo tanto.
Así que escribe y ofende. Así que escribe y se caga en dioses y leyes.
Observa que es el único que está solo en el local, en las mesas charlan, hay un barullo caótico que lo aísla aún más de todos.
Alguien le saluda y le habla del tiempo, el responde con una sonrisa, pero su pensamiento es un nudo de cólera: «Ojalá te parta un rayo, cabrón «.
El hombre le da una palmada amistosa en el hombro, él se caga en «su puta madre»; pero le sonríe y le dice: «Hasta luego».
Observa con desagrado a las pocas parejas que ocupan mesas. Su tiempo de errores ya pasó, ya no necesita ni quiere a alguien a su lado. El tiempo lo ha curado de cobardía, si alguna vez la tuvo.
Una vez la masturbó, le metió los dedos en el coño mientras ella conducía el coche, hizo que se corriera y sus dedos se crisparan al volante; luego no quiso que se la chupara: sentía asco por la zorra. Solo pretendía hacer su toma de posesión: él hace lo que quiere con quien quiere.
Y la vida se torna tristemente predecible, más de lo mismo cada día.
Escribe en el cuaderno que follar ya no es la cuestión: se trata de hacer lo que quieras con alguien. Usar personas…
Y eso ofende la moral y las ideas del amor y el respeto.
La familia es un asco y hace de la libertad un excremento cuya montaña gana altura con los años.
Son cosas que no se dicen, solo se escriben en la intimidad que proporciona la chusma parlante y gritona.
Sale a la calle y llueve, los hay que corren, los hay que ríen por lo divertido de mojarse por un repentino chaparrón.
Él usa el agua de lluvia para refrigerar su cerebro demasiado recalentado, demasiado potente para tanta banalidad.
Llega de nuevo a casa, se sienta en el sillón frente a la televisión apagada, se observa reflejado en la pantalla: y le gusta lo que ve.
Hubo un tiempo que no había intimidad para observarse, para oírse a sí mismo.
Ya todo está bien, vivir más sería estropearlo todo, acabar con indignidad.
El filo de la navaja se hunde en la carne de su muñeca con sorprendente facilidad, pero se le escapa de las manos por el trallazo de dolor cuando los tendones se seccionan.
El cigarrillo está sucio de sangre y crepita al aspirar.
El gato se acerca a él y lame la sangre, se sube a su regazo y se acurruca entre sus piernas. Él apoya su mano ensangrentada y deja que la sangre corra por el pelaje de su único amigo.
Observa la pantalla del televisor con el corazón a punto de fallar por falta de sangre: es tan sórdida la imagen… Casi como lo que él escribe.
Sonríe ensangrentadamente y el gato ronronea tranquilo, ajeno a la muerte que le gotea.
Fin.

 

ic666 firma

Iconoclasta

Agosto 2016. Naturaleza muerta Fuji

Esto es una auténtica naturaleza muerta, literal.
Toda esa rigidez…
Todo ese sol implacable incinerando todo lo que fue y lo que pudo ser.
Yo seré una naturaleza muerta algún día, no hay drama.
Solo tomo nota, constato con cierta tristeza.

Citas, Humor, Iconoclasta, Música, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, romanticismo, Ultrajant,

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Sin pretenderlo, el planeta me regala instantes de grandiosas soledades.
A veces, muy pocas, tengo suerte.

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Es el único consuelo, difuminar, pixelar a la chusma para hacerme la ilusión de que no están ahí con su cacofonía y hedor. Soy tan ingenuo a veces…
Eliminarlos es como correr tras el viento.

Natalia París

En Telegramas de Iconoclasta.

Respiraderos. Iphone. Agosto 2016

En el futuro, si queda alguien vivo para entonces (alguien humano), se preguntará para que servirían esos monolitos perfectamente alineados, le buscarán explicaciones y orientaciones esotéricas a esos malditos respiraderos que ocupan el espacio de árboles.
Posiblemente buscarán la precisa alineación con alguna estrella y les darán el nombre de alguna galaxia hacia la que creen que están orientados.
Los respiraderos de hoy, son el Stonehenge del futuro.
Me reiré de ello donde quiera que esté.

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Nadie en la luz, nadie en la sombra. Los humanos son cobardes para todo.
Se esconden de los contrastes como alimañas.
La chusma solo habita la ambigüedad.
Y yo, dos veces bien cuando no hay nadie.
La ilusión de su ambigua inexistencia me da paz.

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Si yo tuviera que vivir tanto me pego un tiro.
He quemado mi vida en cincuenta años, ya lo he visto todo, lo sé todo.
Vivir más sería cultivar el hastío.

«Una y otra vez la lluvia caerá
como lágrimas de una estrella.
Una y otra vez la lluvia dirá
cuán frágiles somos.»