Que corra el tiempo, raudo y veloz. Sin pausa y sin piedad. Porque lo inmóvil, lo conocido y lo pasado es muerte del ánimo. No importa la hora, solo importa que el segundero avance, que no se detenga y me deje prisionero en un tiempo de mierda.
El segundero
Publicado: 5 diciembre, 2014 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Refle xiones de Iconoclasta, Ultrajant
0