Nada hay más caliente que el humo de mi cigarrillo que me abrasa los pulmones.
Pareciera que me he pasado la vida entrenando para respirar el ardiente aire del desierto.
El aire del desierto no me puede ya molestar demasiado.
Humo y aire
Publicado: 4 junio, 2013 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
0