Con menos hipocresía y menos eternidades idílicas, la realidad es que la fidelidad de las parejas de enamorados es un trastorno transitorio que dura hasta que se encuentra algo mejor, algo nuevo, algo diferente o algo más grande.
Otras consideraciones son puro romanticismo de literatura facilona.
El Probador de Condones.
La idílica fidelidad
Publicado: 17 junio, 2013 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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