El tiempo pasa y arrasa con la esperanza. Es bueno que también mitigue el dolor.
Lo malo es que no es una vacuna y los dolores se suman. Se amontonan caóticamente.
La indiferencia es la mejor arma; pero es difícil de usar y calibrar. Causa demasiados daños colaterales.
Tiempo e indiferencia
Publicado: 27 julio, 2013 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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