— Mamá…¿Por qué tengo leucemia? —pregunta el niño calvo por la quimioterapia que agoniza.
—Porque eres un niño bueno y hermoso. Por ello, Dios te quiere a su lado.
—La perfección es una gran mierda —responde el niño al expirar tirándose un sonoro pedo.
El niño perfecto
Publicado: 22 agosto, 2013 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
0