Cuando las esperanzas y los sueños se rompen, queda algo por hacer: pisar los fragmentos ; que se claven profundamente en la carne.
Porque un dolor cubre otro dolor y las frustraciones avivan el ingenio y la memoria.
Los vidrios rotos dentro de la carne son cuentas de un rosario mierdoso e inevitable.
Vidrios en la carne
Publicado: 7 octubre, 2013 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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