Esto del tráfico de órganos humanos es de lo más kafkiano que hay. Da miedo pensar que te puedan poner un plato de hígado a la plancha y no sea de res, cerdo o cuadrúpedo al uso.
Lo más seguro es que sea cerdo, pero el de dos patas.
O médula idiota para el caldo…
Y es que no le veo otra utilidad a cosas de segunda mano. Vaya usted a saber el CI del donante.
La idiotez anida hasta en la piel y es contagiosa como un catarro.
Tráfico de órganos humanos
Publicado: 7 noviembre, 2013 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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