Las noches frías van quedando atrás, creando un camino de añoranzas por la ingenua y atávica búsqueda del calor que conforte la piel fría. Ahora llega la primavera y con ella demasiada luz. Demasiado cálida. Intentaré llegar al invierno, pero no me prometo nada, el optimismo es inversamente proporcional a la temperatura sobre cero.
Morir en primavera… Es un buen título para el último acto. No puede hacer daño irse antes de que el calor me robe el sueño y el descanso.
Noches frías
Publicado: 19 marzo, 2014 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
0