Uno suda y se la suda todo. Al final, nadie conseguirá que vaya al baño. La ducha no limpia por dentro, donde se encuentra lo podrido, como huevos que nos inoculan y no eclosionan, solo se pudren.
Sudor y podrido
Publicado: 26 marzo, 2014 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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