Lo que crees conocer se convierte en una sombra apenas reconocible cuando el sol rojo atraviesa la ventana como luz del infierno. Incluso uno mismo no se reconoce ante esa luz. Somos espejismos cambiantes, enamorados y amados en un momento en que la luz fue propicia.
Cargamos con las culpas de una luz voluble.
La voluble luz
Publicado: 14 abril, 2014 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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