Que triste destino para esa bestia furibunda que es Hulk. Está preso en un feo y sucio lugar y nadie le presta atención.
Sé que es un mal muñeco, pero parece un monumento a la desesperación y frustración.
Lo siento…
Un triste Hulk
Publicado: 21 abril, 2014 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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