Entre las obras de las calles y los terremotos, no se siente ningún tipo de relajación por muchas iglesias que hay por metro cuadrado en la capital angelopolitana , que por cierto, no he visto más que algún ángel de piedra muy viejo y muy tosco.
Ahora espero impaciente q que lluevan excrementos blandos y cremosos.
Y lo espero con la misma ilusión que gozan los niños que creen en esa patraña de los reyes magos y Santa Claus.
Soy más adulto y mis deseos más prácticos y razonables.
La hostia puta de relajado
Publicado: 8 mayo, 2014 en Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
0