La gente muere en accidentes mecánicos, el resultado final no se diferencia de un perro o un gato aplastado en el asfalto. La muerte es un mal negocio para la dignidad, sea cual sea el cuerpo que habitaba.
Muertes indignas
Publicado: 30 junio, 2014 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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