No sé en que momento ocurrió, quién trasnmitió esa maldición.
Le pasa como al hombre lobo, pero en puta, y todos los días.
Se tira todo lo que respira.
A ver si con un dildo de plata…
¡Hay que joderse con la maldición! Qué envidia…
La maldición
Publicado: 2 diciembre, 2014 en Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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