Nunca se vuelve al punto de partida, no se puede comenzar algo de nuevo.
Los puntos de partida se pierden a la partida.
Es estúpido decirlo, ¿verdad?
Pues eso, cuando creas por un momento que has vuelto al punto de partida, visita al neurólogo.
Has caído más bajo de lo que pensabas y no te das cuenta por algún daño cerebral degenerativo.
El punto de partida
Publicado: 20 diciembre, 2014 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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