¿Sabes? Dios ha muerto. Te juro que esto de mis manos no es sangre seca.
Ahora nadie puede amarte más que yo.
Dios muerto
Publicado: 21 enero, 2015 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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