No sé como ocurre, no soy consciente si soy el autor del bodegón o alguien lo crea cada mañana para cuando despierto, solo sé que me encuentro sentado ante él con los pies fríos y la sensación de inexistencia. El cigarro es una mecha que me lleva lentamente a la realidad y el café no acaba de templar mis pies.
Café y tabaco
Publicado: 24 enero, 2015 en Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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