Sus bigotes son tan grandes como su curiosidad, su inocencia. Clarís mira el mundo, yo la miro a ella y yo permanezco en la penumbra. Ya no soy curioso. Soy exigente, solo quiero admirar.
Curiosidad
Publicado: 10 febrero, 2015 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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