La mentira existía antes de conocerla; pero con ella se hizo omnipresente.
La hipocresía lo llenó todo y desplazó el aire y lo que contiene.
Al final no valió la pena tanto esfuerzo en fabricar tantas, solo con la primera mentira se condenó y corrompió el aire.
La verdad es que de hipócrita, pasó a ser patética.
Nada nuevo bajo el sol, una de tantas.
La vulgaridad en todo su esplendor.
La verdad de la hipocresía
Publicado: 23 febrero, 2015 en Conclusiones, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
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