Un humano mata a otro humano… ¿Y qué? No es un hecho extraordinario, por repetición ocurre lo mismo que con la mentira y la ignorancia: es tradición y no se debería considerar delito.
Eso sí: que el matador pague limpieza, recogida e incineración de la pieza que ha matado.
Que los cadáveres apestan cosa mala.
Archivos para noviembre, 2015
No hay para tanto
Publicado: 8 noviembre, 2015 en Conclusiones, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas
Lo que el sol arranca de la tierra
Publicado: 8 noviembre, 2015 en Lecturas, Maldito romanticismo, ReflexionesNiebla y tren
Publicado: 7 noviembre, 2015 en Absurdo, Conclusiones, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas
La más pura imperfección
Publicado: 6 noviembre, 2015 en Absurdo, Lecturas, Maldito romanticismo, ReflexionesEtiquetas:Citas
Soy un dechado de imperfecciones que no tienen tiempo ni paciencia para convertirse en mediocres perfecciones.
Soy lo que la lluvia no puede arrastrar: una capa de tristeza que no se degrada, no se diluye.
Soy fuel en el agua del ánimo.
Cristo el charlatán no pudo redimirme, no sirvieron de nada aquellos latigazos y escupitajos que ofrendaron al loco.
Solo sé que soy lo que no tiene arreglo, la miseria que la muerte se llevará en estado puro.
Soy la imperfección incontaminada.
La más perfecta imperfección.
Parece contradictorio; pero ¿qué no lo es?
Cumple años Rebecca Romijn
Publicado: 6 noviembre, 2015 en Citas, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas
Este díscolo e inquieto Julio César
Publicado: 5 noviembre, 2015 en Humor, Lecturas, Libros, Música, ReflexionesEtiquetas:Citas
Es que no podía dejar la espada tranquila, fuera cual fuera el conducto donde la ensartaba… Era todo un dominatrix.
Y lo que debió amar a Rufián para darle todos esos legionarios…
Seguro que está en el Olimpo bailando al son de I Want To Break Free, con zapatillas de conejito atisbando por debajo de la mini falda de Freddie Mercury.
En el colegio, la historia que me enseñaron era repugnantemente aburrida, suerte que me hice mayor y no creí nada de lo que intentaron enseñarme.
(Vida del divino Julio César, de Suetonio)
Si no comes te quedarás pequeño
Publicado: 5 noviembre, 2015 en Chusma, Conclusiones, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas
Cuando eres pequeño no te preocupa, no importa ni se considera si algo es verdad o mentira. Simplemente se acepta: los juguetes son seres vivos, los monstruos habitan y llenan la oscuridad y somos los más valientes si hay luz.
Y poco a poco a los juguetes se les va la vida de sus plásticos ojos, lo que parecía el metal más duro del mundo y los rayos láser resultan patéticos y provocan indiferencia. La valentía se convierte en simple trabajo y repetición.
No hay memoria histórica en los humanos, hay un momento que les aqueja la idiotez, sobre todo cuando se hacen padres o madres. Automáticamente pasan a ser una especie de beatos y aconsejan a sus hijos e hijas que no follen, que no se emborrachen como ellos: «Haz lo que te diga, no lo que yo haga».
Quien hace caso a sus padres, está perdido. Se convierte en una extensión mediocre de ellos.
La maldita hipocresía extendiéndose como un manto de mierda generación tras generación.
Y por eso a los pequeños se les amenaza con quedarse pequeños cuando no comen, por esa subnormalidad que da la madurez a algunos.
Porque lo cierto es que quedarse pequeños, sería lo mejor que les podría pasar en esta sociedad tan sensiblera, repetitiva, ignorante y banal.
El juramento del dolor
Publicado: 4 noviembre, 2015 en Amor cabrón, Lecturas, Maldito romanticismo, ReflexionesEtiquetas:Citas
El dolor no forja ni endurece.
No hace fuerte a nadie, no lo curte.
El dolor enfurece, provoca miedo y fatiga y hace asquerosa la vida.
No tiene nada bueno. Los sofistas y piadosos no saben de qué cojones hablan, no tienen ni idea. Si sufrieran dolor, matarían a sus hijos si fuera oportuno para librarse de él.
El dolor no es virtud, es el constante aviso de que algo va terriblemente mal.
Y la certeza de que con el dolor no va a haber un final feliz, eleva la ira al cuadrado.
Pero si alguien es amado por alguien que padece, debe saber que se encuentra entre los seres más amados del planeta: siete u ocho como máximo. Nueve si diera la casualidad de que está naciendo otro ser tan amado en este momento.
Que nadie busque ventajas y consuelos en el dolor. Sería cobardía y una patética candidez.
La inocencia, a partir de según que edad, pasa a ser hipocresía o imbecilidad.
Solo el ibuprofeno en dosis de 800 mg. por comprimido, puede dar un efímero consuelo.
«Hola, cielo.
No quiero ser romántico, no es un buen momento porque hay un dolor que pulsa muy adentro, donde la mano posándose no puede conjurarlo o consolarlo.
Y me lleva peligrosamente a la ira, a descerrajarme un tiro en la puta cabeza.
Solo quería decirte que si no hubiera tanto dolor, te sonreiría más a menudo.
Y te juro que si no te amara tanto, no te hablaría nunca.
Y éste último juramento es pura retórica, porque si no te amara con todas mis fuerzas, no estaría contigo. Jamás sumaría al dolor el hastío.
Te amo con todo mi dolor.»
Árboles pato
Publicado: 3 noviembre, 2015 en Absurdo, Conclusiones, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas
La evolución ha de ser rápida, porque o aprenden a nadar para cuando crece el río o se transforman en algas.
Ellos tranquilos, solo dicen «cua-cua».
Como las libertinas gallinas de Jericó que aprendieron a nadar para chingarse a los patos…
Estoy a un paso de entrar en la dimensión desconocida.
Tiri-riri, tiri-riri…
El demiurgo
Publicado: 3 noviembre, 2015 en Amor cabrón, Conclusiones, Lecturas, Maldito romanticismoEtiquetas:Amor cabrón, arcano, caos, coherencia, creación, dios, el demiurgo, Reflexiones

«…bueno, entonces agradezcamos al demiurgo por el reencuentro.
Y ahora sí me voy convenciendo que nunca es tarde para lograr lo que se quiere»
Nunca es tarde. Aún muerto buscaré la forma de lamer tu pensamiento y tus palabras, sólida e inextricablemente unidas a la piel y la carne que deseo .
No hay concepto de amor sin tu pensamiento, sin cada palabra que dices en el momento preciso, con la pasión segura, con la firmeza absoluta.
No basta la carne, lo quiero todo.
Podría haber agradecido a un dios el reencuentro, pero no sería específica, sería demasiado fácil. E infantil.
Y ella puede ser cualquier cosa, pero infantil sería una idea desconcertante, absurda.
El demiurgo en su connotación y en su fonética provoca una turbación atávica en la razón, hace banal al dios conceptual y universal.
Su idea es absolutamente efectiva y acertada, es tan inteligente la muy amada…
El demiurgo… El creador y administrador de un caos o el universo. Como si un idiota (dios usual) creara algo verdaderamente complicado y otro ente (el demiurgo) tuviera que dedicar su tiempo a darle coherencia y orden.
El demiurgo es más que un dios: la parte imbécil de la divinidad, la que crea cosas y seres por aburrimiento, con despreocupada crueldad. Y luego retoca.
Ergo, usa la inteligencia, se da cuenta de lo que mucho que se ha equivocado.
Cosa que explica tantas miserias: a veces sufre accesos de ira contra sí mismo.
A mí me ocurre.
El demiurgo es creador y responsable, un dios es solo un idiota con suerte.
Hay filósofos que llegan a la conclusión de que el demiurgo es el pensamiento humano y otros que es la maldad; pero lo cierto es que no hay maldad en el pensamiento humano, solo una falta de eficiencia intelectual.
Semánticamente dios y demiurgo es lo mismo: creadores.
La semántica me la paso por el culo, hay palabras que llevan encerradas sutiles y subliminales imágenes en su redacción y dicción. Lo culto es tentacular, no se conforma con la versión para dummys.
Me gusta creer en el demiurgo. Y en los centauros si ella los nombrara.
Agradecer al demiurgo el reencuentro…
Como si el demiurgo no tuviera cosas mejores que hacer.
Ella es el demiurgo y si es maldad, beberé maldad entre sus piernas, la sorberé de sus pechos y de sus labios.
Y la he imaginado desnuda, hermosa. Potente ordenando las cosas del universo, poniéndome frente a ella, donde debo, donde quiero estar.
Solo sé que es más inteligente que yo, y es privilegio para un ser de mis características, de mi cultivada brutalidad.
En cualquier caso, sea cuestión de azar o de la voluntad de una entidad divina y oscura, en este reencuentro yo gano y ella no tiene fortuna como yo.
Yo gano su amor, su pensamiento («no dejes de pensarme» me dice y yo siento que me hago jugo de vanidad), su belleza y su piel.
Ella solo gana algo como yo.
Pobre demiurgo cegato.
Necesita lentes.
Urgentemente.
Haré lo posible para que me adore desbocadamente, para que se sienta absolutamente amada, tanto que sentirá que soy lo mejor que ha creado. No tengo escrúpulos, creo en la mentira porque la verdad es mediocridad, desencanto y tedio; es absolutamente innecesaria mentarla. Las verdades existen para ser ignoradas, para estrellarme contra un muro pensando que no puedo morir. Es mi capricho y la verdad no tiene poder de convicción.
Quien sepa de la vida no necesita averiguar verdades, solo usarlas o desecharlas a su conveniencia. Los hay que nacemos enseñados y los hay inseguros que necesitan cantar sus verdades continua e hipócritamente, o buscarlas husmeando y envidiando vidas y espacios ajenos.
Las verdades son para los niños, los hombres solo buscamos el demiurgo y su cegata voluntad para lamer sus ingles deslizándose sin pausa hacia el eje de simetría de sus muslos.
Ordenando el universo a lengüetazos lentos y arrastrados.
Dejando mi vida en sus manos, que le dé sentido, que me haga útil.









