![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeh0XWq7-lBZLuoCVywAp3DTMb-pYXCEAhZVHNGXlwHmpHFA8tkYEFEaz9qlz8TWhVOf8xjdwg8GO7ZoSZb_uuMSmkWd7bqZ4vs4B44QwuiR-qQscMCQzQkbRzSO_Vl65M52VHcETe2Zxi5IVDV1RBgx3MuG_HEGiYealq5lyOVxXAv32a52v_zQ/s641/La%20gran%20monstruosidad%20humana.jpg)
La gran monstruosidad que creó la humanidad y la hizo mierda hasta nuestros días y su futuro, fue la invención de Dios y el Estado.
Con la creación del primer dios/estado, la humanidad como especie animal inició su proceso de putrefacción biológica genética. Y ahora, cometiendo sus últimas imbecilidades sin poder contener la baba en la boca, se dirige a la extinción con la alegría y optimismo de un “nuevo amanecer” como una manada de idiotas profundos.
Cuando el primer mono humano dio gracias a dios o a su jerarca por los alimentos que él mismo recolectó o cazó, condenó a una muerte prematura a la humanidad.
Lo cobardes comenzaron a reproducirse en los establos humanos o asentamientos de forma ratonil. Los más fuertes e inteligentes morían luchando por su supervivencia en libertad; pero fueron tantos los cobardes, tan mezquinos y endogámicamente reproductores, que cambiaron para siempre a la especie humana a otra cosa irreconocible.
La humanidad es ya la especie más efímera del planeta.
De hecho, fue la especie menos longeva.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1dgH5xujCe3jFC_QO-QVxXJTgOHHu4MpmHbG9cDtQoqkJVLpSPQCI3W7Lk_SO8v_xzxHHJk7zYlk6ndqUl33aSgAtC4kypjq6rpYrYRGZtuiW8hgJzHrIRha2Q-w_qZKQbYabWkHiAGyrQDBufxA_4pSUJsDzmikDiKZOm-lWB63lwcGKvG6b4g/s114/ic666%20firma.jpg)
Iconoclasta