A veces se hace inverosímil la facilidad con la que se puede cambiar de hogar y de país.
Es solo desearlo y ponerse en movimiento.
Determinación y ese placer casi narcótico por cambiar.
La libertad tiene una gran variedad de disfraces.
Y pensar que el carnaval es la celebración de las frustraciones…
¡Qué ironía!
Libertad y disfraces
Publicado: 1 marzo, 2015 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, romanticismo, Ultrajant
0