Archivos para junio, 2015

elamorquetodoloconfunde promo

El amor que todo lo confunde, una novela de Iconoclasta.

Una pareja tan degradada, unos cerebros tan podridos…
El amor entre un psicópata asesino y una deficiente mental, el sexo y la sangre.
Y ahogada en todas esas miseria, un amor aberrante.

«Yo soy su muñeco de plastilina y para mí ella es una tía real a la que me follaría hasta subida en un cubo lleno de vísceras, revolcándola entre los restos de la

jornada de una casquería; entre hígados y riñones podridos, entre cabezas de cordero anidadas por larvas blancas; entre ojos empañados por cataratas de muerte afilada

que derraman lágrimas de sangre por el suelo. Y cuando al dejar ir la carga de mis cojones grito, las cabezas quieren cerrar los ojos, pero no tienen párpados que los

protejan. Siento que las avergüenzo, que sienten asco de mí incluso muertas.»
(de El amor que todo lo confunde)

En ISSUU:
http://issuu.com/alfilo15/docs/el_amor_que_todo_lo_confunde_edici_

En Binibook:
http://binibook.com/details.php?id=1716

El arbol humano Portada libro

«La soledad es su naturaleza, o una parte de ella. Porque su otra naturaleza se marchita de pena entre savia y fibras que no acaba de asimilar como suyas.
Las noches son el descanso de los árboles, la fotosíntesis es agotadora.
El vegetal se retira y da paso al hombre.
Al hombre más solo del mundo.» (Iconoclasta)

Para leer en:
http://issuu.com/alfilo15/docs/el___rbol_humano_libro
y
http://binibook.com/details.php?id=1656

El pozo del deseo

Foto de Sacrila.

Tiene el tamaño necesario para alojar la punta de mi lengua endurecida, como si quisiera penetrarte también el vientre; para llenarlo de mi saliva hambrienta como la de los lobos que lo custodian.

Un pozo de deseo que arquea tu espalda cuando lo lleno.

Lo enfoco como el animal que caza, como una presa, como una posesión.

Como un hombre que te anhela…

Es el punto del reposo de la lengua, una sima en tu vientre que es promesa, el anticipo de lo que beberé más abajo, más profundo.

El centro de la perspectiva de mi deseo y de él radian las líneas de convergencia del placer y la excitación.

No sé si es perfecto, no lo contemplo en su proporción, lo contemplo en su profundidad, en su trascendencia, con devoción. No puedo pensar más que es tuyo.

No puedo comparar porque no existe parangón.

Acaricia el ombligo y sentirás mi rostro en tu vientre.

Y déjame inundarte, amor mío.

Maldita mía.

Maldita

Publicado: 3 junio, 2015 en Amor cabrón
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Maldita 10

Foto de Sacrila.

Lo difícil de amar no son esas pequeñas cosas como cultivar el amor en los pequeños detalles, en eso tan cacareado de hacer de cada día un nuevo y maravilloso comienzo. Eso viene solo, sin esfuerzo.
Lo duro es follarte para después, casi en el acto, evocar tu sabor y el perfecto roce de una penetración que funde y confunde nuestras carnes.
No es fácil amarte, me arrebatas el control.
Maldita seas.
Mi mano en tu cuello, incrédula de acariciar toda esa sangre y respiración que manan por esa piel tan amada y tus ojos poderosos que parecen mirar tan adentro de mí que temo sangrar, te convierten en maldición, en condena.
Lo difícil es mantener la serenidad.
Te adoro, maldita seas.
Eres un tormento hermoso al que amo sísmicamente.
Lo titánico es no masturbarse una y otra y otra y otra vez, evocando cada momento en el que gemías, en el que mi saliva caía sobre tu piel.
Es aniquilador no estar dentro de ti.
Tú no eres consciente de la carga erótica que dejas caer en mis hombros.
En mi rabo erecto…
Maldita, maldita, maldita…
No eres consciente de la pesadez pornógrafa de tus pechos que oscilan entre jadeos, que se erizan por la amenaza de mis dientes. Eres inocentemente maldita en tu natural erotismo, en tu innata forma de amarme.
Y aún así, cargas con el pecado de ser mi obscenidad.
Maldita tu belleza que me hace patán de boca abierta.
Maldita tu piel porque ofrece una calidez que me embriaga y me roba la voluntad.
Malditos tus labios que he devorado y mi glande los ha hidratado.
Malditos tus pechos desproporcionados en su grandeza enmarcados por unos hombros adolescentes.
Eres tan obviamente sexual…
Malditas tus piernas preciosas que conducen inexorablemente a tu coño, un infierno al que me arrastras y no tengo fuerza para resistir. No quiero resistir.
Malditas tus manos que aferran mi pene hasta el dolor y me guían como un muñeco por la ruta del deseo desmedido de tu sexo insaciable.
Maldita la cadera rotunda que servirá para afianzarme cuando te embista y pierda el control dentro de ti, adentro.
Más adentro, más fuerte…
Maldita toda tú, porque eres pura heroína en vena, me provocas síndrome de abstinencia.
Soy un yonki de tu pensamiento, de tu alma diosa.
Maldita seas…
¿Cómo es posible amar semejante maldición?
Maldita porque eres voluptuosa hasta el tormento.
Porque cuando me he saciado de tu cuerpo, está tu alma omnipresente que vectorialmente unidireccional (es física, es mensurable, es táctil tu poderosa mente) ataca directamente a la línea de flotación de la realidad, para convertir un tiempo y un lugar anodinos, en el más misterioso y seductor universo.
Maldita porque tus palabras de amor me hacen agua.
Recuerdo siglos atrás de estar contigo, recuerdo tu vientre y tu mirada aniquiladora y milenaria como un sortilegio.
Eres maldita porque has hecho de mí un amante errante que vaga buscándote desesperado en todas las eternidades y universos.
Yo te amo, Maldita.

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Iconoclasta

Reflexiones redes def

― ¡Hola caracol! ¿Dónde has dejado tu casita?
―Soy una babosa, joder.
―Y entonces ¿Dónde vives?
―Entre los cuernos de tu padre.
― ¡Ah, qué buena sombra! Adiós, también te amo, antipática babosa.
―Adiós, hijo puta.

Un águila

Publicado: 1 junio, 2015 en Conclusiones, Humor, Lecturas, Reflexiones
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Un águila