Archivos para julio, 2015
Silvia y Alejandro
Publicado: 23 julio, 2015 en ReflexionesEtiquetas:"ciencia ficción", adultos, desdén, tamagochis
Comercial del nuevo producto de Deadalive Ludocorp:
«Somos Silvia y Alejandro, los nuevos tamagochis perfeccionados para vosotros, adultos. Somos capaces de gestionar tal gama de emociones, que pasaremos de la euforia más narcótica, a la depresión suicida según nos tratéis. Adóptanos, no te arrepentirás.»
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-Serás mi hermana -le dice Marta de forma lenta y clara oprimiendo el discreto pulsador en uno de los plásticos omoplatos de Silvia.
Silvia intenta sonreír y lo consigue tras unos segundos de procesar estadísticas que la llevarán a hacerlo de forma audible o discreta. Su hermana la ha dejado sentada con las piernas colgando en una balda del librero del salón. Apenas supera los treinta y cinco centímetros de los pies a la cabeza.
Ha articulado la boca y los arcos superciliares para mostrar una sonrisa discreta, ya que no ha podido analizar aún las distintas gamas de frecuencias de la voz de Marta para optar por una sonrisa más notoria.
Queda almacenada la fecha y la hora de la sonrisa en su base de datos, junto con parámetros como temperatura, datos de frecuencia cardíaca y respiratoria y el ph epidérmico.
Marta no le ha prestado atención, así que Silvia, tras cuatro segundos, retorna a una expresión neutra y su procesador queda en suspenso esperando una nueva señal sensorial por parte de su hermana adoptiva.
Tras registrar la compra de Silvia en la web de Deadalive Ludocorp, se prepara la cena.
Come mirando el noticiero de las nueve y chateando con el móvil.
Cada vez que suena el aviso de mensaje recibido, Silvia sonríe y moviendo torpemente la boca dice:
-Espero que sean buenas noticias. Que tu pareja esté enamorada de ti, que tus hijos te expresen abrazos y besos, que sea tu mejor amigo o amiga…
– ¡Calla, Silvia! -ordena Marta.
Silvia apaga el brillo de sus ojos y el tono cálido de su piel.
Ha detectado malhumor por el análisis de la frecuencia de sonido en la voz de Marta tras compararla con parámetros estándar precargados en la factoría . Otro dato que queda almacenado en su memoria.
La mujer escribe a su amiga:
– ¡He comprado una Silvia! Es una monada. Ya la he tenido que hacer callar.
– ¿Es verdad que pueden alcanzar la felicidad y la depresión tan fácilmente y de forma tan realista? -le pregunta Lidia.
-Eso pone en el libro de instrucciones.
– ¿Has visto que en Yutup ya hay un canal para Silvias y Alejandros? Son una delicia, pero me dan pena.
-Claro que he visto los videos, por eso me he comprado una. Ya te diré.
-Te envidio, chocho.
-¿Cuándo te vas a comprar una?
-No lo sé, son muy caros, tal vez espere a que salgan modelos de otros fabricantes.
-Puedes hacer el pago fraccionado, Nuria, cómprate una Silvia, o un Alejandro, puedes adoptarlo como novio.
-Te dejo, Marta, voy a ver la isla de los famosos. Mañana me pasaré por la tienda a ver si me animo.
-Ok, amiga.
Marta tomó en sus manos a Silvia, acarició el sedoso cabello rubio platino. Silvia esbozó una amplia sonrisa y le dijo:
-Hola Marta, hermanita.
-No soy tu hermana, pequeña mierda.
Se dirigió con Silvia a la cocina, tomó unas tijeras y le cortó el pelo tirándolo a la fregadera.
Silvia esbozó un gesto de tristeza bajando la comisura de los labios.
-Pequeña asquerosa, te he comprado para meterte en el microondas, me das asco.
Los ojos de Marta sonreían, disfrutaba, estaba ilusionada por provocar el suicidio de Silvia, cuanto antes mejor.
Se durmió a las doce de la noche, estaba agotada de trabajar.
Silvia vertió unas lágrimas tirada en el suelo, al lado de Marta, que dormía más arriba, en la cama.
Marta tiene treinta y nueve años y es directora de un colegio privado de enseñanza primaria. Es divorciada.
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Comercial del nuevo producto de Deadalive Ludocorp:
«Hacednos felices y obtendréis una magnífica coreografía y una bellísima canción, exclusiva para cada unidad y que podrás registrar como prueba de haber logrado la máxima cota de empatía entre tu Silvia o Alejandro. Si la tristeza se apodera de nosotros, podríamos autodestruirnos, suicidarnos.
Interactuad con nosotros, enseñadnos y pasaremos unos ratos inolvidables.»
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Tras comprar a Alejandro en un Hiperciberland, Cristóbal se apresuró para llegar a casa, expresar a Alejandro que sería su amigo y registrar el número de serie del equipo en la web de Deadalive Ludocorp. Lo sentó a su lado, en el sillón frente al televisor. Se desnudó y metió un DVD en el reproductor, una película pornográfica de zoofilia. Mientras se sucedían las imágenes, se emborrachaba con ron, se acariciaba el pene y cada poco tiempo tomaba a Alejandro en sus manos y le decía:
– Tu vida no vale nada, muñeco asqueroso, no debería haber energía en tu CPU inútil. No sirves ni para lo que hacen esos perros en la película.
Tras procesar toda la gama de frecuencias de la voz de su amigo, frecuencias respiratorias, cardíacas, y el ph de la piel, decidió que debía llorar.
Y por los pequeños lagrimales, brotaron gotas de agua destilada a modo de lágrimas.
Cristóbal, soltero, de cincuenta años y conductor de autobús, estaba disfrutando seguro de que iba a conseguirlo en muy poco tiempo.
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En la tercera tarde desde la adopción, Silvia, ante la continua vejación de su hermanita Marta (le había arrancado el vestido rasgándolo y desgajado una pierna del tronco) expulsó unas lágrimas de agua destilada por los conductos lacrimales y con sus manitas y bracitos giró su cabeza hasta romper el cuello y con él los conductores y semiconductores medulares que forman parte de la CPU alojada en la cabeza.
Marta filmó el suicidio con el móvil y se apresuró a colgarlo en Yutup y en la web Deadalive Ludocorp.
Tiempo empleado para llegar al suicidio desde su adopción: 50 horas.
Promedio de habilidad: lento.
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Nota de prensa:
«Apenas superan las cuarenta y ocho horas de funcionamiento y cuestan la mitad de un jornal mensual medio; sin embargo, ningún cliente o comprador ha efectuado reclamación alguna. La demanda de Silvias y Alejandros de Deadalive Ludocorp, está superando todas las expectativas de mercado.
Las redes sociales están atestadas de videos y comentarios de estos tamagochis, un fenómeno que ha marcado un hito en la industria del ocio.»
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Cristóbal, ya de madrugada y completamente ebrio amenazaba casi a gritos a Alejandro, diciéndole que le arrancaría la «puta cabeza», que lo abandonaría en un vertedero lleno de ratas.
Alejandro no puede imaginar nada, pero es sensible a las frecuencias hostiles y a los ph epidérmicos que muestran estrés en alto grado. Todo ello lo traduce en iniquidad profunda.
Alejandro expulsa sus lágrimas de agua destilada y con una mirada triste y la boca formando una «u» invertida, mete la cabeza en el vaso de ron hasta inundar los circuitos integrados y cortocircuitarlos.
Cristóbal graba con el móvil el suicidio.
Tiempo empleado para llegar al suicidio desde su adopción: 8 horas.
Promedio de habilidad: rápido.
Tres horas más que el récord registrado por un tal Eladio en la web de Deadalive Ludocorp.
Es el tercer suicidio que registra Cristóbal en tres meses.
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Nota de prensa:
«De los tres millones de Silvias y Alejandros vendidos y registrados en la web de Deadalive Ludocorp, solo un 0,5 % de los equipos han llegado a desvelar su canción secreta y su coreografía especial.
El fabricante está diseñando una nueva generación de Silvias y Alejandros que dispondrán de un software que incluirá respuestas hostiles al cliente. Para llegar al Breakdown CPU (suicidio del equipo técnicamente hablando), se deberá emplear más tiempo. A cambio de esta pequeña «dificultad añadida», Silvia.2 y Alejandro.2, dispondrán de sensores bajo la piel sintética para simular dolor.»
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Nota de prensa:
«Ante la acumulación de deshechos electrónicos y la imposibilidad de los ayuntamientos por procesar tal cantidad de material, Deadalive Ludocorp ha firmado un acuerdo con los países afectados para llevar a cabo el reciclaje de sus productos a cambio de una rebaja en el IVA de un 3%.»
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Nota de prensa:
«Los usuarios de la redes sociales Feisbuc, Tuites, Instagrac, Tueti, etc… Exigen con mensajes virales al fabricante Deadalive Ludocorp, que moldee los respectivos genitales en Silvias y Alejandros. Consideran que unos seres tan avanzados emocionalmente, deben tener sus órganos sexuales definidos: «Aunque sean equipos electrónicos, también merecen dignidad.»
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Nota de prensa:
«Deadalive Ludocorp sacará al mercado el primer día del próximo mes, los nuevos Silvia.3 y Alejandro.3, con órganos genitales modelados y cigarrillos especiales para efectuar lesiones en ellos, sin elevar el coste de los equipos.»
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Nota de prensa:
«Los usuarios de las redes sociales han elogiado al fabricante. En los «muros» de los usuarios, se multiplican las fotos de portadas de perfil de usuarios con los mini genitales lesionados de Silvia.3 y Alejandro.3, las nuevas versiones de los célebres tamagochis que hoy se han puesto a la venta.»
Iconoclasta
Una larga cabellera negra y rizada, piel chocolate y vestido blanco.
Y la impúdica lluvia haciendo de ella deidad humedeciendo su ropaje.
Y luego dicen precisamente las divinidades y sus secuaces, que blasfemar y tener pensamientos impuros es delito teológico castigado con severas penas que van muy bien cuando hay que despegar el trocito de papel higiénico del rulo de cartón y es insuficiente.
Pero ella es una diosa disidente y yo un carnal ateo.
Y la lluvia está de acuerdo, habemus papa.
A quien no le guste que se joda
Publicado: 22 julio, 2015 en Chusma, Conclusiones, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas, Ultrajant
Si alguien muere, para unos será una tragedia porque «ahora que estaba tan bien…». Y para otros habrá tardado mucho en morir o ha vivido demasiado tiempo el bicho.
No vale la pena ser ambiguo o diplomático (hipócrita) para parecer bueno a todo el mundo.
Al que no le guste, que se joda como yo.
Así que cuando esté a punto de morir, pensaré si me ha quedado alguien o algo por denigrar. Ése será mi balance.
Porque tú te mueres, pero los idiotas se quedan.
666, armagedón, Iconoclasta y una camarera
Publicado: 21 julio, 2015 en Chusma, Citas, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas, Ultrajant
Confirmado, Jehová está que se sube por las paredes de ver tanto marica y tanta tortillera y va a enviar un Armagedón que os vais a cagar todos, pecadores.
Porque se dan besos delante de ella, ahí cuando les sirve.
En 1919 ya se hizo una buena criba santos y pecadores, pero ahora… ¡Vamos a cagar latas de cocacola para toda la eternidad!
Tras dar un buen repaso y preguntarme porqué llevo un tatuaje con el nombre del diablo (666) y explicarle que es por gusto y vanidad de llevar a un personaje de terror que creé para pasarlo en grande, me dice:
– ¿Usted ha leído la biblia?
Me he arrepentido al instante de no vestir una buena camisa de manga larga durante el tórrido verano, aún así, he sentido un mortificante placer, una vanidad de lo más tonta que me ha hecho sonreír con superioridad.
-Sí que la he leído -le he respondido sin ningún tipo de alegría, me da vergüenza reconocer algunas cosas.
-Pues ya sabe que 666 es el diablo y que es real.
-Pues no, porque también leo a Supermán, los 4 Fantásticos, Spiderman… Y no existen.
Ha puesto cara de decir: no sé de que me habla, yo solo leo cosas verídicas.
Y luego se ha puesto roja como un tomate y es cuando ha hecho mención a que hay tanta depravación sexual que Jehová está supernervioso.
– ¿Por qué se cree que las mujeres tienen la regla y sufren? Porque comieron del árbol prohibido, y fue ése el diablo, 666, el que la engañó -me dice agitando el dedo índice con neurosis.
Me hubiera gustado que hubiera habido una feminista cerca, o cualquier mujer no analfabeta para que la oyera, siempre me quedo solo ante toda esa iniquidad y luego nadie me cree.
¿Solo me pasa a mí o qué?
Yo le he dicho:
-Yahvé era un tipo realmente avaricioso y ambicioso. Y no quiso que nadie supiera tanto como él. Así que fomentó la ignorancia como cualquier otro dictador (según la mitología de la biblia, claro).
-En primer lugar no es Yahvé, es Jehová y castigó a Eva por desobedecer -contestó rápida como una víbora atacando.
En ese momento ha pasado una chica muy bien bronceada, nada ajustada. Tenía un sujetador negro con tirantes finos y he podido ver la copa calada, todo eso a través de una axila, luego un pantaloncito bien holgado que dejaba ver el inicio del muslamen, me he esforzado por ver el color del tanga, pero no he podido. Y he sentido que si la observaba por más tiempo, podría enamorarse de mí.
Y así que mientras me decía la mujer que me preparara para el Juicio Final, yo pensaba que lo único que se avecinaba era una Orgía Global, en el que hombres y mujeres copularíamos durante cuarenta noches y cuarenta días sin parar, hasta que los testigos de Jehová resbalaran y cayeran al suelo por los humores sexuales derramados.
-Y ahora ya sabe un poco más de como va a ir la cosa -me dice la camarera.
La sonrío y le digo:
-Vale.
Y por fin se ha ido a limpiar al interior del local, creyendo que me había convertido y que ya tenía un asiento preferente de palco en el Armagedón.
Mira que me gusta escribir ficción, odio las cosas reales o verídicas; pero es que me he visto inmerso en una película surrealista. ¿Habéis visto El Perro Andaluz? Pues estaba esperando que se hiciera una llaga en mi mano y salieran hormigas.
Y qué buena estaba la del sostén negro. ¡La virgen…!
¡Qué buena y qué buena talla!
Me espera acostada de lado, inmóvil, durante el tiempo en el que me lavo la polla.
Pienso en su coño y cómo su boca se entreabre suspirando de un placer que crece vertiginosamente, no me seco el pene, tengo prisa por joderla.
Llevo los dedos a la vagina y acaricio la unión de los labios hasta que sus muslos se separan pidiendo que sea más profundo.
Me duele mi erección, necesito dios y ayuda para no metérsela con violencia, para bombear en ella y quitarle la respiración y el ritmo cardíaco. Para metérsela hasta el alma y embarazarla y mostrarla en sociedad con una enorme barriga que es producto de una follada tremenda.
Me limito a desflorar el clítoris y hacer presión en él, una presión creciente que la obliga a llevar los brazos por encima de su cabeza arquear la espalda y ofrecerse más a mí. Meto los dedos profundamente en el coño y se le escapa un gemido que ahogo mordiendo sus gruesos labios sensuales hasta el suicidio. Ella responde clavando sus uñas en mi espalda, y le pido que haga lo mismo en mi polla.
– ¡Hazme daño! -le ordeno sin ninguna amabilidad.
Atenaza mi pene con fuerza.
– ¡Más! -se excita cuando le doy un suave golpe en la vagina y retuerce mi bálano mirándome con los ojos brillantes de lujuria, de malicia.
– ¡Más! -le ordeno tomando su vagina con la mano plena y presionándola con hostilidad.
Sus pezones responden contrayéndose con fuerza.
Cierra tan fuerte el puño que siento como sus uñas rasgan la fina piel que cubre las venas del bálano, duele. Sale sangre y gruño de dolor. Y ella aprieta más mordiéndose el labio inferior con ansia y lascivia.
Y mi glande parece que va desprenderse y salir disparado al espacio.
La obligo a que se incorpore y me cabalgue, ahora que sale sangre.
Y nos corremos, yo aferrado a sus pechos, medio incorporado, mamando de sus pezones gordos que aún me ofrecen la leche de la pequeña Sonia que murió hace dos meses.
Me levanto para ir al lavabo a limpiarme y me caen unas gotas de semen en los pies.
Ella mira a la ventana, sus ojos lloran y sus pezones supuran leche.
-Mírale el pañal a Sonia, por favor.
Ella nunca mira a la cuna vacía…
-Está seca -le respondo al cabo de unos segundos.
Y me acuerdo de que ni una sonrisa vi en el rostro de mi hija antes de que sus pulmones quísticos dejaran de funcionar en la cuna.
Me limpio el pene y aplico yodo a las heridas, aunque no sé porqué. No tiene sentido.
Vuelvo a la cama, mamo de su leche y ella me acaricia la cabeza.
-Mi pequeña Sonia, tenías hambre ¿verdad, mi amor?
Y trago la leche de que debería beber mi hija y la locura y la podredumbre de nuestros cerebros.
Sin dejar de mamar, corto la carótida de su cuello con la navaja de afeitar de mi padre, yo no sé usarla para afeitarme. Ella apenas se inmuta cuando el filo corta tanto y tan profundamente. Trago durante unos minutos parte de la sangre que resbala por sus potentes pechos llenos de leche. Tal vez sonría, no lo sé. No quiero ver más el rostro de la locura.
No siento vida en ella, dejo de mamar del pezón.
Y me corto el cuello con un tajo rápido y decidido.
Sangrando me acerco a la cuna vacía, quiero asegurarme que la pequeña Sonia sigue seca.

Iconoclasta
Shorts vs. Túnicas
Publicado: 20 julio, 2015 en Conclusiones, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas, Música, Ultrajant
Todas quieren llevar pantaloncito short hasta casi las ingles. Y a mí me parece fenomenal. Eso hace de la calle una fiesta de lujuriosos pensamientos; pero no hay criterio.
Ya sé que no hay mujeres feas. Todas guapas en mayor o menor medida. Soy lo que rima con joya de diplomático.
Ocurre que se ha menospreciado el uso de las túnicas (Demis Rousos sabía muy bien de lo que hablo) o eso, o hay mujeres que no han sido educadas en los diferentes tipos de prendas de vestir.
Se ponen histéricas y se lo ponen todo sin tener en cuenta condiciones como peso, diámetro de muslos y cierta elegancia o gracia a la hora de calzarse el micro pantalón.
No todas son tallas deseablemente pettite (ella sabe de que hablo), merde…
Estoy harto de escupir tragos de cocacola ante los sobresaltos estéticos.
Y nadie sabe lo que me alegro, dado el caso, de las machaconas campañas publicitarias de productos depilatorios.
Nublado
Publicado: 20 julio, 2015 en Conclusiones, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas, Humor, música, Ultrajant
El sol ha sido cubierto por nubes altas, posiblemente no lloverá; pero es suficiente alivio, no son necesarias las gafas de sol. Solo el tabaco.
Y mi pensamiento denso como el mercurio. Nublado y eficaz como el cielo que cubre al sol.
Me gusta el sonido apagado del mundo cuando rebota contra las nubes. No me basta ya con ser solitario, me conformaría con ser único.
Si estuviera ebrio, me entendería. Lúcido, me limito a asentir.
Buenas noches, padre
Publicado: 20 julio, 2015 en Conclusiones, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Citas, Humor, música, Ultrajant
No hablas, amigo mío. Muriste y callaste y dejaste de oír.
Y de ser.
Te digo en un sueño, como tantos en los que estás vivo, que casi con tu misma edad, casi muero.
Una parte de mí murió.
Como si estuviéramos malditos… Es hermoso que padre e hijo compartan cosas en común. Una romántica maldición.
Hubiera sido bonito celebrar juntos nuestra cumple muerte en el sueño de alguien.
En mis sueños debería darte consejos yo a ti, que soy mayor.
Algo hice mal y no sé porqué viví el día que mis pulmones se encharcaron en sangre. Me dijeron que soy como un fantasma, no debería estar vivo. Tal vez sea el sueño de alguien que me quiera y yo esté muerto. Son extrañas las posibilidades.
Ser fuerte tiene sus inconvenientes; pero hago lo posible, poco a poco, kilómetro a kilómetro por enmendar mi error.
Morir y ser el sueño de alguien y charlar, amigo mío, no lo olvido, tengo que arreglar este asunto de alguna manera. Antes de ser viejo, no quiero parecer tu abuelo en sueños.
Mi soñado padre muerto.
Hoy toca un llanto sereno, no importa por qué. Lo disfruto.
Solo busco arreglar lo que salió mal conmigo.
Tal vez esta noche, o ya pronto, me convierta en ese sueño de quien me quiera, contigo.
Nos vemos, papá.
Vacío
Publicado: 18 julio, 2015 en Amor cabrón, Conclusiones, Lecturas, Maldito romanticismo, ReflexionesEtiquetas:Citas, Humor, música, Ultrajant
Hola amor.
Solo quería decirte que estoy completamente vacío, no he dejado de amarte, solo que estoy fatigado, que todo duele y ya no puedo prestar atención a las cosas hermosas.
Que todo mi mundo es un horizonte rojo de respiraciones forzadas y lastimosas.
Te amo, te amé por encima de todas las cosas, pero cuando vomitas dolores, sangres y emociones muertas, es hora de salir por la puerta de emergencia.
Porque cuando duele la vida, tiendes a ser hostil con todo y con todos.
Y eso es una degeneración que tú no verás, me queda suficiente lucidez para protegerte de mí mismo.
Me gustaría decirte: Nos veremos en otra vida.
Ya no puedo, se agotó la ilusión.
Estoy vacío y soy un agujero negro que se traga todo, lo bueno y lo malo.
Si un caballo total de morfina no lo arregla, al menos me dejará en el otro lado, donde no hace falta amar, ni respirar. Donde no hay que ponerse unas monedas en los ojos para pagar a un barquero que jamás existió.
No tiene sentido vivir y no ser.
Bye, amor.



