
– El horizonte es espectacular. ¡Por fin! ¡He ganado!
– ¿El qué?
– Tienes razón…
– No se gana lo que es tuyo, simplemente recuperas lo que te robaron.
La libertad y por tanto el tiempo, eran tuyos de nacimiento, no confundas.
No es cosa de alegrarse, no es digno. Contente.
Ha de haber rencor por la libertad robada. Ira.
Y si pudieras devolver el mal que se te ha hecho, tu erección será eterna y Dios te la chupará por lo chingón que eres.
– Vaya… No me lo pones fácil. Mejor le pago veinte euros a la Montse por una mamada. No importa que no sea divina. Porque hay tantos que matar, que purgar… No creo llegar a tiempo para que nos la chupe Dios.
– Es igual, nos basta con ser excepcionales.
– ¿Quién paga la mamada? ¿Yo o yo?
– Yo.
– Genial. Estamos bien provistos de incongruencia.
– Somos múltiples. Es divertido.
– ¿Aún conservará aquel diente roto la Montse?
– Seguro que sí.
– Es que rasca.
– Ya…
Lo robado
Publicado: 13 diciembre, 2016 en Absurdo, fotografía, Humor, Lecturas, Maldito romanticismo, ReflexionesEtiquetas:Citas, Humor, Iconoclasta, Música, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, romanticismo, Ultrajant
0