Como si un cocinero paranoico hubiera batido el cielo para crear una enorme y apocalíptica nube con el único fin de inquietarme.
Y mientras esa enorme muralla ocupaba todo el horizonte, yo pensaba en un ataúd y la hermeticidad.
He encendido un cigarro y al final del día he sonreído. Tal vez, imaginar el fin es alentador cuando has vivido asaz.
Gracias cocinero loco, no te olvides la medicación.

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