
La violencia es el don más precioso que Dios nos ha dado. Es un pecado mortal castigarla.
El dolor es otro don de Dios; pero nadie lo prohíbe o castiga.
Es la hipocresía de lo obvio llevada a la indecencia pornográfica.
La violencia es el don más precioso que Dios nos ha dado. Es un pecado mortal castigarla.
El dolor es otro don de Dios; pero nadie lo prohíbe o castiga.
Es la hipocresía de lo obvio llevada a la indecencia pornográfica.