
Pareciera que la alarma de coronavirus es en realidad la suelta de los perros de caza.
Es cuanto menos, anecdótico conocer la verdadera cara mezquina, envidiosa y asesina de tus vecinos, los policías y los policías oficiosos que ejercen de delatores.
Y no se mueren….
Ni sus hijos.
Se reproducen como ratas.
Tengo mis razones para estar asqueado.