Posts etiquetados ‘selección humana ganadera’

Los héroes de tebeo como Batman surgen por una necesidad de justicia real: la venganza. Limpia, carente de la perversión y corrupción de la legalidad represora y extorsionadora del estado/dios.
Es una agradable fantasía esperanzadora la de los héroes haciendo justicia. No puede hacer daño soñar con semejante romanticismo de saldar una ofensa con otro acto igual o más cruento; todo depende del momento, el lugar y la sensibilidad emocional.
La venganza es la justicia que la legalidad niega a unos muchos para preservar la riqueza y el poder de unos muy pocos.
La legalidad niega siempre la justicia por sistema.
A nadie llama la atención esa farsa y corrupción semántica que nombra a los tribunales como “de justicia”. Es una broma de mal gusto que se ha institucionalizado como un tumor por todo el planeta.
Las leyes y su aplicación no se inventaron para hacer justicia.
Y ley es antónimo de justicia por mucho que la retórica política del estado/dios y algunas acepciones del diccionario digan lo contrario.
En los juzgados sólo se aplican leyes y sus tasas y condenas. Cualquier otra consideración es pura ingenuidad, una seria merma de intelecto.
La legalidad es un código de prohibiciones, sanciones y condenas con la que pretende el estado/dios controlar, reprimir, extorsionar, explotar, robar y humillar a las clases míseras o trabajadoras.
Danton lo resumió con autoritaria obscenidad: “Seamos nosotros terribles para evitar que el pueblo lo sea.”.
Esta legalidad o falsa justicia surge con el primer pacto social en el que un brujo o hechicero estafador y alérgico al trabajo propone a la manada de cobardes primates humanos que, con sus conjuros los protegerá de la ira de los elementos (dando pie a la creación de dioses) y el hambre desde su madriguera/templo. Y a cambio, los primates de la manada deberán renegar de su libertad y mostrarle sumisión, así como pagarle con parte de lo obtenido durante el día, alimento y sexo.
Esto ocurrió en algún momento de la prehistoria humana, cuando tenían un vocabulario de apenas una veintena de palabras y machos y hembras los pies peludos.
Sucedió lo inevitable: los obedientes cobardes y crédulos (rebaño) se reprodujeron a gran velocidad en sus aldeas y, los valientes con algo de inteligencia (individuos) fueron expulsados, condenados religiosamente (posteriormente política o legalmente). Y por tanto, en unos pocos siglos extinguidos.
Fue una auténtica selección ganadera de humanos llevada a cabo por aquellos primeros brujos y perfeccionada por las distintas religiones que evolucionaron y crearon otros credos sin liturgias mitológicas o supersticiosas: la política o ideología social.
El resultado de aquella selección ganadera es la actual especie humana agrupada en miles de millones de reses de explotación y a la que se designa como “globalidad”, “democracias” o “socialismos y comunismos”. Y cuya principal característica es su mansedumbre y un pensamiento puramente colonial o insectil.
Y sigue la degradación humana mientras los códigos legales continúan engrosándose para conseguir que la chusma trabajadora y votante, al fin evolucione al mutismo para erradicar cualquier asomo de humanidad, la más primaria: el habla. Porque el esclavo no necesita hablar, como los cerdos tampoco.
¿Justicia el poder judicial? Es una broma de pésimo gusto, un insulto a la inteligencia. Un genocidio maltusiano de la especie humana.

El éxito de toda dictadura, fascismo o totalitarismo radica en la extinción de toda persona noble, con inquietudes culturales y librepensadora con el fin de crear una uniforme población mezquina a la que sojuzgar. Genéticamente mezquina, con más precisión.
Franco, como todo fascista que se precie, con su dictadura y masacre de la inteligencia, libertad, conocimiento y nobleza; creo así un paraíso generacional para próximos dictadores.
Con este ensayo afirmo que el ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, se encontró con el trabajo más duro hecho y está sacando buen partido de esa selección de ganado humano, también conocida hoy día con el eufemismo de “limpieza étnica”.
Lo votos del “sanchizmo” son herencia del franquismo y su mezquindad.
Pedro Sánchez es un parásito que ha sacado provecho del trabajo que otro realizó para imponer su nueva dictadura y conseguir una gran fortuna. Hasta ahora, de una forma incruenta; pero, para que sea duradera, al final deberá recurrir a una nueva selección ganadera para depurar mejor la raza humana ibérica mezquina.

El mundo y yo somos dos vecinos mal avenidos.
Yo tiro mis colillas a su patio, ensuciándoselo.
Y él me cobra un alquiler abusivo.
(¡Yo!)