
Cantaba Serrat que de vez en cuando la vida toma un café con él. Que si está tan bonita que si bla, bla, bla…
Yo le tengo que arrancar a la puta vida un mal café.
Cosa que no me hace infeliz.
Los que no gozamos de suerte y amabilidades, derrochamos cojones.
El café, muy bueno. Así sí.