
Bueno… No tan inseparable.
Es algo habitual que me lo deje olvidado tras tomar un café.
En muchas ocasiones.
No es que sea malo, me ayuda.
Es que soy así de insensible.
Y un pelín orgulloso, yo no soy cojo.
Al menos cuando estoy sentado…
Vaaaale… De amputaciones ya hablaré otro día.