
En lo más profundo del planeta.
¡A que no me pillas, cara de papilla!
A veces me dejo llevar por un indigno infantilismo.
O eso, o las neuronas ya escasean alarmantemente.
Da igual, estoy aquí adentro, aunque sea con el cerebro podrido.
En lo más profundo del planeta.
¡A que no me pillas, cara de papilla!
A veces me dejo llevar por un indigno infantilismo.
O eso, o las neuronas ya escasean alarmantemente.
Da igual, estoy aquí adentro, aunque sea con el cerebro podrido.