
Los amores llegan, se instalan, desprenden sus esporas de fantasía y luego, se marchan.
Sin embargo, las esporas siguen actuando en el córtex hasta que te das cuenta, ya demasiado tarde, de que no tienes a quien amar.
Es lo que se conoce como narcosis de amor y se cura extirpando el cerebro.
¡Madre mía!, pues sin cerebro mal, eh. Ten cuidado que igual te pones mascarilla jajajaja(es una broma)
Salud.
Tengo poco cerebro, Azurea. Nunca he sido muy listo, solo voluntarioso.
Cuídate, amiga. Un abrazo.